febrero 27, 2011

Otra serie de lineas... de palabras y de emociones que salen hoy... espero les gusten... Saludos!! espero pronto tener los capis xD Este va con dedicatoria para mi Dany que aun festeja!! =D y que me da animos para escribir una serie de garabatos jajaja Saludos!!
Suerte!!
Xau!!






Deseos..

Quiero gritarle al viento lo que pienso
Quiero sonreírte por primera vez desde hace tiempo
Quiero cantar en la noche cuando nadie me esté viendo
Quiero soñar contigo este abril
Quiero besarte bajo el árbol del jardín
Quiero un poco de mar en mi cuerpo, que me bañe y me refresque
Quiero tu boca, tus ojos y tu cuerpo
Quiero y no quiero quererte
Quiero caminar a la deriva del camino sin presiones
Quiero tenerte y dejarte
Quiero besarte y no arrepentirme
Quiero huir y quedarme
Quiero estar y desaparecer
Quiero tanto y el tiempo se agota…
Quiero hablar y callarme con un beso
Quiero tu cabello y tu boca
Quiero esos jeans que me hacen enloquecer
Quiero tu frío y tu calor
Quiero tu verdad aunque es mentira
Quiero volar y caminar
Quiero tu luz y también tu oscuridad
Quiero la noche de invierno y el despertar de primavera a tu lado
Quiero hundirme y flotar
Después de pensarlo solo una cosa olvide pedirte… Quiero que me ames y me elijas… 





Este no es un OS solo algo que me salio de la cabeza... no se si decir que es un episodio personal o quizás el ocio de la madrugada.. o quizás fue el resultado de mi medicamento xD Pero es algo que escribí.. es corto y se lo dedico a mi amiga Danny!! que es muy importante para mi... que ayer cumplió años y que hizo que en un tiempo fuera fuerte.. Con todo mi cariño!!! Mi Danny! ya te lo recite en vivo y a todo color!! por que eres mi bohemia favorita con la que hablo como loca... con la que crecí y a la que extraño la mayor parte del tiempo demasiado "Mi comadre" jajaja Y como te lo prometí!! aquí tienes este pedacito de mi mente.. Lo publique para ti!! ¬_¬!! Tramposa! En fin saludos a las demás chicas!! y perdonen mis lineas sin sentido!! 
Xau!!
Saludos!! xD






Instantes...





Tu estabas… yo te mire, vi tus ojos recorrer el lugar, tu boca con la sonrisa y tus manos en el pantalón...

Caminabas deteniendo mi tiempo… mientras yo solo observaba y después desvié la mirada cuando llegaste a ella...

Sonreíste y ella te beso… la tocaste y yo mordí mis labios…

Intente mirar hacia otro lado, sentirme en otro lugar, desaparecer un rato… Tú giraste y me encontraste, caminas lento y letal como siempre… Me pregunto si es mi imaginación concebirte de tantas formas… unas veces un guerrero otras un caballero y algunas un extraño...

Te paras frente a mi… me saludas haciendo que tu barba me roce la mejilla, esa barba que es mi perdición que miro cauta a distancia cada día…

Agacho la mirada cuando me dices amiga… tu mano toma la mía nunca sabrás lo que eso significa para mí lo que me hace sentir

Tu novia no se encuentra ya en la barra, en algún momento ha desaparecido… tú me miras diferente, tomas mi cabello y cierro los ojos…

La distancia entre ambos la acortas con un abrazo… suspiro sintiendo mi corazón pulsando rápido… Mis manos se revuelven en tu cuello y tú sonríes con los ojos entreabiertos…

Tu mirada se convierte en cómplice… tu boca me invita a probarla… no puedo creerlo tenerte tan cerca y aun yo sintiéndome lejos…

Llevas tu mano a recorrer mi rostro… pareces examinarlo y después te diriges a mi cuerpo… siento palpitar cada parte lugar de este… Te alejas de mí y sonríes…. Te levantas dejándome ahí… necesitada y triste...

Cada vez siento que he perdido la razón…. Serán reales esos momentos o mi cordura se ha ido al infierno?...

Caminas a la barra y te quedas esperando, me miras fijo mientras el hombre de azul se acerca conmigo…

Yo intento sonreírle… no es lo mismo… miento cuando me besa, cuando sus labios revuelven los míos… Te miro fruncir el ceño y tensándote... tus ojos me dicen cosas que no creo…

El me besa pero no siento ningún cambio… mi respiración es tranquila y no hay sobresalto...

El me acaricia y yo te miro… tú me dices que me aleje silencio solo mueves los labios… yo intento concentrarme… intento sonreírte intento dejar de pensarte... de desearte…

Un día este juego terminara?... tu juegas,  yo soy tu peón o acaso solo tu distracción?.. Cosas que decir… cosas que no dices… cosas que pasan y cosas imposibles

Quiero que me beses y oírte decir mí nombre… que nos besemos libremente… que me mires sin reparos… que tomes mi mano y nos vayamos…

Te quedas callado… miras a la chica que regresa a la barra… después diriges tu mirada hacia mi… todo se va al infierno... ambos caemos de nuevo… los papeles que jugamos lo que fingimos lo que callamos y por miedo a errar no intentamos...

Él toma mi mano y enfría mi corazón cuando tú la besas, cuando me miras fijo y sin culpa…

Quiero gritar que los celos me comen… que el aliento me falta y el frio se apodera de mi… pero no eres mío nunca lo has sido...

Camino a la salida sin antes suspirar… algún día te darás cuenta que mis labios susurran tu nombre... que mis lágrimas son para ti… que en mi pecho vives… que en mi mente juegas y que en mi corazón duermes…

Amor mío algún día volverás a besarme a hacer que mi mundo pare... que gire mi cabeza buscando tu mandíbula con barba...

Ayer te vi indeciso en mi ventana… vi  tus pasos retroceder y yo pensando que vendrías y te quedarías…

Debo dejarte... por mi propio bien, por instinto por que pensarte me hace daño… esperarte ya no puedo... haces que viva, que ría y que llore… pero últimamente las lágrimas son más que los besos furtivos... Te dejo en el beso inconcluso... mi alma rota y el corazón…

Hoy te dedico lo que fui... lo que soy... lo que me sobra ... lo que no quisiste… lo que rechazaste lo que hiciste a un lado… lo que amaste… lo que un día de otoño necesitaste.. Lo que en las noches en mi buscaste…

No fui lo mejor para ti… no eres lo mejor para mi… la cama esconde la verdad de los dos… aquella que juramos callar por tu indecisión y deseo…

Sonrió mientras me marcho… mientras tus ojos relampaguean fuego...  Debo respirar lentamente o necesitare impulso para alejarme…

Adiós amigo... amante… 

febrero 24, 2011

Maldita delicia. Capitulo XVIII

Chicuelas...
Nos acercamos a la recta final de esta primer temporada de Maldita delicia. Si... estoy super emocionada. No teman, yo espero no tardar mucho entre capitulo y capitulo...
Aqui les dejo el capi de Jennifer... Toda felisota con ese Rosty XD
Espero que les guste muchote. Gracias por leerme. Adelante el capitulo, ya que los viernes no cargo con mi Warri, y andare de vaga je XD Y el fin, sera fin de la remodelacion de mi casa, por fin... ;D Wiii, soy retefeliz! ;D Cuidence harto... Comentenle y gracias por todo chicas :)


PD: Mi Ale te amo harto! ♥ For ever & ever. Never de lemmon lo olvides! ☺










18. Aun no te das cuenta

Jennifer Lamb

-No te dejare ir al trabajo hoy – amenazo Rosty.
Ahora prácticamente amanecía casi todos los días en su casa. O en algunas ocasiones pasábamos las noches en mi departamento.
-Tengo que terminar la sorpresa de mis amigas – chille.
-No me importa, puedes terminar la sorpresa aquí… - dijo echándose hacia atrás, tenia mi mano entre la suya y el movimiento provoco que cayera sobre él.
Ok, también me avente un poco a él. Solo un poco.
-Rosty…
-No digas mi nombre con ese tono… No puedo resistirme cuando me hablas de esa forma.
-¿De que forma? – inquirí inocentemente.
-Tú sabes de que hablo – respondió y abrazo mi cadera. Apretándome contra su duro cuerpo. Si, literalmente. Duro.
-Rosty… Tengo que irme.
-¿Tienes o quieres? – beso mi mentón.
-No puedo contestar eso. Pero, creo que ‘tengo’ que irme.
-¿Lo ves? Dudas de tus respuestas. Entonces no tienes que irte.
-No puedo llegar tarde, Victoria me matara…
-¡Oh vamos! Ella te ama, me lo dice a diar… - cayo abruptamente.
-¿Qué?
-Nada – se incorporo y dejo mi cuerpo libre de su
s brazos.
-Rosty, te escuche. Dime que pasa. Dilo… - exigí.
Lo escuche claramente. Él decía que Victoria me amaba, lo que quería decir que él la conocía. ¡Lo sabia! Lo intuí desde el momento en que la llamo Vico. Estar cerca de Luna, ahora daba resultados.
-Jennifer… - rogo con la voz, no quería confesarse, eso era más que claro. Se meció el cabello, sentándose en la orilla de la cama.
-Rosty, yo te conté todo de mí. O todo lo que me has preguntado. Sobre mi madre, mis amigas, Carter…
-Lo se – me miro. –Solo que prometí no decirlo…
-¿Es peligroso que yo sepa la verdad?
-No, no es peligroso… Pero me… me odiaras.
-Bueno, no lo sabremos hasta que no me lo digas – dije sentándome a su lado.
-Victoria es hermana de mi madre, era hermana de mi madre – espero a mi reacción.
-Ok… Es tu tía entonces – resumí. Bueno, no le veía nada de malo a que ella fuera su tía, pero la espinita de que omitiera ese detalle me hizo tensar los hombros.
Baje de la cama, y comencé a vestirme.
-Jenn… - se incorporo. La sabana que rodeaba su cadera cayó al suelo. -¿Lo ves? Por eso no debía decírtelo. No quería que… que pensaras que por mi…
-¿Cómo dices? ¿Qué por ti tengo el empleo que tengo? ¿Eso dices? – Esta vez alce un poco más la voz.
¿Acaso él no me creía capaz de obtener mis propios sueños?
-No… ok, si. No quería que pensaras eso. No quería… por eso no te dije que tenia parentesco con Victoria. Y créeme, obtuviste el empleo por ti misma. Yo no tuve nada que ver en eso.
-¡Oh por Dios! – lo empuje. –Rosty… ni por la mente me paso que tú al ser sobrino de Victoria me hubieras conseguido el empleo, pero gracias por hacerme dudar. Gracias – di media vuelta y tome mi bolso y mis zapatos.
-No, no, Jenn, no te vayas. ¡¡Jennifer!!
Jalo mi brazo y me hizo girar para verlo.
-Lo siento, en serio.
-Si… Ya, déjalo.
-Jennifer. Entiéndeme, lo siento. Ok, soy el sobrino de Victoria Sparks; Robert Sparks.
-Ya… olvidémoslo ¿si? Te creo – sonreí.
Ahora evite mirar por debajo de su ombligo. Recordé que estaba desnudo.
-Te contare todo de mi, todo.
-Ok, empieza por contarme tu desnudes. Ayer solo dormimos. Y si mal no recuerdo, tú te acostaste con tu pantalón de dormir – dije cruzando los brazos sobre mi pecho.
Rosty sonrió con picardía. –Digamos que me dio calor, y termine quitándome todo. Te abrace y escuche un gemido cuando me sentiste contra sus braguitas lilas – dijo dando un paso hacia mi.
-Mmmh, si, recuerdo eso.
-Ahora… ¿Iras a trabajar? – pregunto cruzando la distancia que nos separaba e inclinándose a besar mi cuello. Suspire. – ¿Eso es un ‘no’?
-Eso es un cállate y tómame – dije y lo abrace de la cadera. Baje las manos a sus nalgas y las apreté.
Desde la primera vez que vi su trasero, me dije: Ese culo tiene que estar entre mis manos.
Rosty sonrió contra mis hombros y bajo los tirantes de mi blusa para besarme a conciencia. Sin duda este hombre me tenia tan feliz, tan agusto. Apenas sentía sus manos recorriéndome y yo me humedecía, su voz llamándome por mi nombre, su sonrisa dándome ánimos, sus brazos rodeándome cuando hacia frio.
Por las tardes cuando salía del trabajo, Rosty siempre estaba esperándome. Caminábamos por Central Park, rodeando el lago muchas veces, hasta que las piernas nos dolían. Platicábamos de todo.
Él me conto que desde la primera vez que me vio y decidió ayudarme, quedo aturdido por mi belleza. Y que le digan eso a una chica que tenia la autoestima baja después de su último novio, era sin duda lo mejor. Me conto que su madre murió, y su padre la siguió tiempo después. No me había contado que era sobrino de Victoria. Pero ahora todo tenia sentido.
-Rosty… por favor…
Trazo un camino de besos húmedos pasando por el valle de mis pechos, mi estomago, deteniéndose un par de minutos más en mi ombligo. Que bien se sentía…



Un sonido nos detuvo. Rosty gruño. Se volvió a su buro, tomo su móvil y observo la pantalla.
-Es Vico… - dijo antes de pegarse el móvil a la oreja. –Hola…
-Robert, ¿aun tienes de prisionera a mi mejor modista?
-Algo por el estilo, ¿la necesitas? – respondió.
-Niño, Jennifer es mi mejor empleada. La necesito siempre. Ahora, déjala libre… Después podrás venir por ella.
-No tengo otra opción – Rosty suspiro. Cubrió el teléfono con su pecho. –Victoria te quiere en su oficina.
-Ya mismo voy – acomode mi ropa y mis bolso. -¿Nos vemos más tarde? – pregunte antes de salir de la habitación.
-Seguro. Suerte… - cruzo la habitación hasta poder juntar sus labios con los míos. Ese beso me supo a gloria. –Mmmh, que tengas un buen día – musito contra mis labios. –Cuídate.
-Gracias. Buen día para ti también en el gimnasio.
-Si – sonrió y volvió el móvil a su oreja. –Vico, ella sale para allá.
Colgó antes de que saliera de su habitación y me besara por última vez.



Grite por un taxi.
Pague y baje del taxi. Entre a la tienda de Victoria. Subí a su oficina. No tarde ni 20 minutos en llegar con ella, desde casa de Rosty.
-Jennifer – saludo Victoria. Alzo la mirada de su pila de papeles y telas. –Robert te tiene prisionera toda la semana, ¿ah? – alzo una ceja.
Me sonroje.
-Algo por el estilo…
-Robert en un buen chico, Jenn, y créeme que cuando te digo que te quiere mucho, es porque es más que la verdad. Ahora, a trabajar. Quiero que hablemos de la línea nueva de invierno.
Victoria me había tomado en cuenta para la nueva línea de ropa, teníamos muchas ideas. Gorros, bufandas, guantes, abrigos, faldas y de todo un poco. Estaba muy emocionada con el proyecto. Incluso Victoria decía que podía darme una entrevista para una beca al 100% en Parsons. Eso me tenia aun más emocionada, por eso trabajaba como esclava en las sorpresas para mis amigas, y en mi línea de ropa, para mi entrevista.
Después de la lluvia de ideas que tuvimos, me dirigí a mi pequeña oficina. Y digo pequeña, porque a comparación con la de Victoria, la mía apenas tenia un escritorio, una maquina de coser portátil y muy moderna, tres maniquíes, y un perchero con ruedas para colgar mis prendas. Tres de las paredes de mi oficina eran de cristal. Mi ordenador, sobre mi escritorio, tenia de fondo de pantalla a mis amigas. Emily, Renata y Luna sonreían. Ellas eran todo lo que tenía. Y las amaba mucho.
Sin duda el tiempo pasa volando cuando te diviertes. La tarde se me fue como agua, y cuando menos me di cuenta ya eran las 9 de la noche. Aun no terminaba la sorpresa de Luna. La sorpresa de mis demás amigas ya estaba lista. Me tumbe sobre mi silla de escritorio. Recosté mi cabeza sobre el respaldo.
-Jenn, ¿Aun aquí mujer? – Victoria se asomaba por la puerta.
-Si… - conteste un poco adormilada. –En un rato más me voy. Saldré por la puerta de atrás como siempre.
-Pero con mucho cuidado, Jennifer – me señalo. –Que descanses, nos vemos mañana.
La vi desfilar hasta las escaleras que daban a la salida de atrás. La tienda ya la habían cerrado 2 horas atrás. Solo quedaba yo en la oficina.
Cerré un poco los ojos, descansándolos… Cuando un ruido me sobresalto. Mire a través de las paredes de cristal. Los cubículos de las costureras estaban a oscuras, la luz de mi oficina era la única que alumbraba. Me pare silenciosamente de mi silla. Tome unas tijeras grandes entre mi mano temblorosa. No quería salir de la oficina. Me aterraba andar a oscuras en aquel lugar tan grande. Siempre intentaba no quedarme sola ahí. Pero esta vez tenía tanto que hacer que lo olvide. Abrí la puerta de mi oficina. Ésta nunca había chirriado. Pero esta vez sonaba con una de esas puertas de las grandes casonas de la antigüedad. Camine por el piso de madera hasta el primer cubículo. Mis zapatillas sonaban sobre la duela. Mi pulso estaba agitado. Mis manos aun más temblorosas.
Otro ruido a mi espalda me sobresalto. Di un brinco y mire hacia atrás. La luz de mi oficina se apago.
-¿Hola? ¿Quién esta ahí? – pregunte.
Si, claro. Eso hacían en las películas. Preguntar por alguien desconocido, pero ese alguien que acechaba a la victima nunca contestaba, siempre salía detrás de algo de lo que la victima nunca sospecho. Trague con dificultad.
Decidí dejar las tijeras debajo de una montaña de telas. Si dejaba el arma letal a la vista de todos bien podría matarme quien quiera que estuviera detrás de mí. No volví por mi bolso a la oficina, en los bolsillos de mi pantalón tenia mi teléfono móvil y dinero. Podía regresar a casa sin problemas. De loca volvía a la oficina, donde seguro había alguien. Di un par de pasos dirigiéndome a la salida, solo un pequeño foco en una esquina alumbraba el camino.
Di otro paso hacia atrás, con el corazón latiéndome en mi garganta. Quería correr pero sabía que mis zapatillas no lo permitirían. Mal día para usar tacones de 15 centímetros. Gire en media vuelta y choque con algo… No, era alguien.
Grite con todas mis fuerzas. Y empuje a lo que quiera que estuviera frente a mí.
-Jennifer, Jennifer… - Alguien tomo mis muñecas. –Tranquila, soy Rosty…
-¡¡Rosty!! – jadee y cese en mi pelea. –Me asustaste cretino – jadee, lleve una mano a mi pecho. Casi podía jurar que mi corazón se saldría de mi pecho.
-Deja de ver películas de terror – dijo entre risas.
-Cállate, tonto – bufe. –Casi me matas…
Regrese a mi oficina. Encendí la luz.
-No quería asustarte – dijo en la puerta.
-Si claro… - voltee los ojos. Me incline por debajo de mi escritorio y tome mi bolsa, mi suéter. -¿Qué haces aquí, por cierto? ¿Querías matarme de un susto? – chille.
-No, nena… Solo pase por ti, te esperaba abajo, en la camioneta. Entonces Vico me dijo que aun seguías arriba, así que subí. Después te vi en tu oficina, y decidí…
-Darme un susto de muerte – gruñí. –Lo lograste, gracias…
-Lo siento… no fue mi intención. Además quería poder besarte sobre tu silla, pero entonces decidiste salir a ver quien estaba afuera. Apague la luz, con la esperanza de que volvieras, pero no fuiste predecible…
-Las películas de terror con Renata y Luna me han enseñado un par de cosas – dije con orgullo.
Rosty torció la boca en burla. Pero después de un segundo alzo los hombros y me atrajo a su cuerpo con un brazo.
-Yo puedo enseñarte un par de cosas más.
-¿Ah si? ¿Cómo cuales? – acaricie su rostro. Su barba rasguñaba la palma de mis manos.
-Como esta… - bajo la cabeza al hueco entre mi cuello y mis hombros. Su lengua paso por mi piel, estremeciéndome.
Rosty saboreo mi piel durante horas. Mi cuerpo ya dolía de tantas mordidas. Dolía de tanta acción. Ya no podía ver mi oficina como antes.
Riendo y tomados de la mano, salimos por la puerta trasera de la tienda. Una vez en el callejón, Rosty me aventó a una pared, y me subió hasta que mis piernas lo abrazaron de la cadera.
-Me tienes vuelto un adicto al sexo, Jennifer – decía mordiendo mis hombros.
-No es mi culpa ser tan sexy – respondí.
-Claro que es tu culpa, pequeña perversa – dijo y apretó mi cuerpo aun más.
-Robert, llévame a casa – logre decir una vez que su boca dejo la mía.
Rosty besaba jodidamente bien.
-Ok – me puso en el suelo y caminamos hasta su camioneta.
Me ayudo a subir y después él subió del lado del conductor. De pronto una idea fantástica me azoto.
-Oh mierda – fingí que mi brillo labial se había caído. Rosty ya manejaba por la calle. No se imaginaba lo que tramaba.
Bese su pierna encima de la tela vaquera de sus jeans. Dio un respingo.
-¿Qué tramas? – pregunto a pesar de saber la respuesta.
-Nada – respondí inocente. Abrí sus jeans y libere su pene.
Estaba tibio. Grande. Listo para mí. Relamí mis labios. Rosty se detuvo.
-El semáforo esta en rojo – anuncio con un hilo de voz.
-Perfecto.
Me incline hasta sentir su punta contra mis labios. Comencé a besarlo. Rosty apretó con fuerza la bocina de la camioneta.
-¡Mierda! – grito.
Seguí con mi ardua labor. Metía su hombría dentro de mi boca y succionaba con fervor. Aquello era algo extrañamente delicioso. Nunca había sentido tantas ganas de comérmelo, literalmente.
-Oh sigue…
Rosty acaricio mi cabello. Echo el asiento para atrás y logre hincarme frente a él. Lo mordía un poco de vez en vez, y acariciaba su saco con ternura.
-Oh nena…
Escuchar a Rosty jadeante por mi causa me hacia sentir completamente feliz y al mando. Él era mío, solo mío.
-¿Te gusta? – pregunte, a pesar de sospechar la respuesta.
-¡Me encanta!
Él seguía detenido. Quizá era de madrugada, ya que habíamos pasado la mayor parte de la noche en mi oficina, “trabajando arduamente”. Rosty acaricio mi nuca. Supe que quería, su respiración era jadeante y pesado.
-Un poco más por favor…
Me incline una vez más, perdí la vista de su rostro perlado de sudor, con el ceño fruncido y los ojos cerrados.
Unos minutos después, Rosty tomo mi nuca y me alejo de él. Estallo en un rugido poderoso. Sonreí orgullosa. Estire la mano hasta mi bolso y tome un pañuelo para limpiar su desorden.
-Eres un chico muy sucio – dije al tiempo que limpiaba su cuerpo, y parte del asiento.
-Jenn… - decía cansado. –Eres estupenda… - me atrajo a su rostro y me beso. Subí a horcajadas sobre él.
Paseo las manos por mis piernas y llego a mi trasero. Lo apretó y me mojo. Basta decir que escuchar los ruiditos de placer de la voz ronca de Rosty me tenia súper excitada. Saber que yo le provoque un orgasmo me inflaba el pecho, sentía que volaba. O quizá eran los besos y las manos que recorrían mi cuerpo cada noche, cada mañana y cada media tarde, siempre que podían.
Ignoro como es que logramos pasarnos al pequeño espacio detrás de los asientos principales de la camioneta. Lo único que se, fue que grite su nombre con fuerza, pero que él tapo mi boca para no despertar a media ciudad. Estalle en su boca como él estuvo por hacer conmigo.
Relamiéndose los labios me atrajo de nuevo a su cuerpo y beso mi cabello.
-Jamás me cansare de hacerte el amor – soltó y me abrazo.
-¿Seguro?
-Por mi vida – respondió. –Jennifer… ¿quieres vivir conmigo?
-Rosty, yo…
¿Qué demonios estaba pasando? ¿Cuándo dejamos de ser solo una aventura y pasamos a algo más serio?
-Ya… - Rosty tenso la mandíbula. –No digas anda. Te llevo a casa… a tu casa, supongo – me dejo en el asiento de atrás mientras él se acomodaba adelante.
Lo vi alborotar su cabello. Lo conocía tan bien, que sabia que esa acción era igual a frustración. No dije nada, hasta que llegamos fuera del edificio donde vivía.
-Servida – dijo sin soltar el volante.
-Gracias – me pase al asiento de enfrente, tome mi bolso. –Ros…
-Cuídate – corto serio.
-Igual – le di un beso en la mejilla y baje con velocidad de la camioneta. Rosty no encendió el motor. No lo escuche. Intentaba abrir la puerta de la entrada. Por las noches la cerraban. Pero por los nervios o quizá por el miedo a la reacción de Rosty no lograba encontrar la llave adecuada. Escuche un portazo.
-Jennifer… - Rosty jalo mi codo con cuidado, para que lo mirara. -¿Qué sientes por mi? Dime.
-Rosty… - ¿Qué se supone que diría? ¿Eres la mejor persona que he conocido en mi vida? ¿Mi mejor amigo? ¿Mi pilar? ¿Mi héroe? No, me mandaría al carajo. Mire sus ojos celestes. Esperaba por mi respuesta. No quería lastimarlo, pero lo cierto era que no sabía que sentía por él. –No lo se… - baje la mirada.
-Entiendo – dejo mi brazo. –Cuando lo sepas… me buscas…
-¡Rosty! – grite cuando se encamino a su camioneta.
-¿Si?
-Te quiero… - musite. –Eres mi mejor amigo, la mejor persona que conozco. El único hombre que se que no romperá mi corazón. Puedo confiar en ti.
Rosty sonrió.
-Soy más que eso, Jennifer. Solo que aun no te das cuenta.
-Mereces algo mejor que yo…
-No… - negó con la cabeza.
-Si… Rosty… - Odiaba tener que pensar que estaría con otras. Lo necesitaba. Lo quería a mi lado, siempre. Pero tenía miedo, miedo de decir las palabras que me llevaron a la ruina.
-Jennifer… - Rosty tomo mi rostro. –No te hare daño, nunca. Eres la mujer más hermosa que he conocido. Jamás te haría daño… jamás.
Sonreí.
-Solo quiero estar contigo, ser tu amiga, estar a tu lado. Que me abraces, que estés conmigo…
-Si eso es lo que quieres, así será – beso mi frente.
-¿Quieres pasar? – me separe y removí una vez más mi bolso en busca de las llaves. Rosty me quito el bolso y abrió un zíper de uno de los lados de mi bolso, saco las llaves.
-Si quiero – respondió y abrió la puerta.
Una vez dentro del departamento. Rosty me arrastro a mi habitación.
-Tranquila, solo dormiremos – dijo serio.
-Te creo – asentí.
Comenzó a despojarme la ropa. Quede en ropa interior, se volvió a mi armario y tomo mi camisón de seda.
-Prometo firmemente no tocarte – dijo mientras me invitaba a alzar las manos y meterme dentro de la prenda. Una vez dentro, lo deslizo hacia abajo, tocándome con sus dedos. –Falle, lo siento – se disculpo con un puchero.
-Esta bien – camine hasta mi cama, pero Rosty fue más rápido, e hizo a un lado las cobijas para que me metiera y me arropara.
-A dormir, hermosa – me metí dentro de las cobijas.
-¿Dormirás conmigo?
-Si es lo que quieres, si – dijo y empezó a quitarse la ropa. -¿Quieres que este… desnudo?
-Boxers esta bien – respondí.
-Así será – dijo y entro a la cama como se lo pedí.
Me abrazo, rodeando mi cintura con su brazo. Su calor me envolvió por completo.
-Buenas noches, Rosty – bese su pecho.
-Aaauh – ronroneo. –Buenas noches, Jenn – lo vi cerrar los ojos.
¿Así sería un día entero con él? Abrir los ojos entre sus brazos, y cerrarlos de nuevo al anochecer. Siempre, entre sus brazos. Rodeada del aroma cítrico de su perfume. Sentirme segura todo el día porque él me… me quería. Él me quería, me quiere. Cerré los ojos y me uní a la respiración tranquila y pesada de él. Pegue mi cabeza a su duro pecho. Escuchando el bum-bum de su corazón termine por caer en un sueño profundo.

febrero 16, 2011

Maldita delicia. Capitulo XVII

Porque soy jodidamente feliz. Y todo se lo debo a mi Cricri. ¡Que carne! ¡Que hombres! ¡Carne de primera calidad! Sin duda jaja

Y solo porque me hizo feliz, les adelanto el nuevo capitulo de Maldita delicia. Tenia pensado en subirlo el viernes, pero soy muy feliz! =) Te amo mi Ale, y never de los nevers de lemmon olvides que eres importante apra mi. Tan importante que si un dia no parlo contigo por el mensajero me siento incompleta! Siempre seras mi Imps, mi Mita', mi Cricri, mi hermana, mi TODO.


Las quiero a todas por leerme ;) Espero les guste el capi y una disculpa por hacerlas esperar :) Cuidence y enjoy! ^^







17. Perdonar y ser perdonado

Emily Wildest

-Despertar entre tus brazos fue mejor de lo que imagine – soltó Patrick frente a mi escritorio.
Tenía la mirada sobre un par de reportes de mis alumnos. Me sonroje sin poder evitarlo.
No lo escuche, pero de pronto él estaba detrás de mi, besando mi cuello. Bajo los tirantes de mi blusa y beso mis hombros, bajando peligrosamente las manos a mis pechos. Gemí.
-Me encanta ese sonido – Susurro en mi nuca.
-Patrick… Alguien podría entrar.

¿Qué? Ahora mi lado tímido salía a relucir. Algo mal andaba conmigo.

-¿Y?
-¡¡¿Y?!! Pueden vernos – chille.
-Pensé que te gustaban las emociones fuertes…
Sonreí.
Si me gustaban, pero no quería… Ok, ya una vez lo hice aquí con Dorian. ¿Qué podía pasar ahora?
Me levante de mi asiento y jale a Patrick de la corbata para acercarlo a mí. Él me subió al escritorio. Acaricio mis muslos, y subió la falda a mi cintura.
-Eres deliciosa… - Sus dedos rozaban mis piernas y poco a poco fueron adentrándose a la unión de mis piernas. Gritaría en cualquier momento.
-Oh, Pat – jadee. Sus dedos acarician la zona más intima de mi cuerpo.
-Estas lista para mi…
El tipo era muy observador. Abrí su pantalón y acaricie su hombría para frotarla con rudeza. Jadeo y …

-¡¡Profesora Wildest!! – aporrearon la puerta.
Patrick gruño molesto y yo… yo solo me acomode la ropa. Baje de un salto de mi escritorio mientras Patrick volvía a su lugar y acomodaba sus pantalones. Pobre. Lo bueno de ser chica era que ocultabas tu excitación debajo de la ropa interior. Ellos… bueno, ellos necesitaban algo más que una ducha fría.
-Adelante… - me senté en mi silla.
-Hola profesora Wildest. Oh… Hola Sr. Snyder… - sonrió nerviosa y sus libros cayeron al piso.
Otra chiquilla más enamorada de Patrick. Nada nuevo.
-¿Qué tal Ale? – salude mientras la chica tomaba sus libros roja como tomate. Pobre.
-Yo… venia a ver a la profesora Wildest, por lo de un trabajo… - balbuceo perdiéndose en la mirada de Patrick. Típico.
-¿Oh si? Bueno Alejandría, ¿Cuál era el problema?
-¿Perdón? – por fin me miraba. –Oh si… bueno, quería saber si lo quería en primera persona o en tercera persona…
Les había pedido un relato sobre la libertad y el libertinaje. Ya saben… Una tiene que ver como piensan los chicos.
-Bueno, Ale… es tu decisión como empezar el relato. Sorpréndeme.
Alejandrina era una de mis estudiantes más destacadas. Tenia buena ideas y las planteaba en clase sin vergüenza. Seguro que cuando creciera seria como mis amigas, incluso como yo. Además de que escribía muy bien, siempre quedaba sorprendida por sus historias. Tenía una imaginación sorprendente.
-Bien, gracias. Hasta luego – salio con rapidez del cubículo.
-Traes de cabeza a media universidad. Incluso los hombres te encuentran atractivo.
-Gracias, creo – sonrió. –Pero yo no soy Jack Twist para verlos atractivos a ellos. Solo te encuentro atractiva a ti y solo a ti.
-Ok – baje la mirada de nuevo.
Ya ni recuerdo que demonios hacia antes de que Patrick me tomara de la cadera y comenzara a besarme. Él tenia algo que me hacia olvidar todo, todo.
Era lindo, guapo, inteligente. Y amanecer entre sus brazos… fue… Mmmh.

>>





Abrí los ojos. La luz del día, quizá del medio día me hacia entornar los ojos. Patrick yacía sobre mi cama, con las sabanas revueltas sobre su cadera. Una visión como pocas. Sus músculos definidos atormentaban mi cabeza. Su piel bronceada me invitaba a pasar los dedos sobre su piel. No se como definirlo, pero me sentí como una adolescente de nuevo.
No sabía bien que era. Si era él, o algo más lo que me hacia sentir… contenta de nuevo. Las lágrimas se habían ido de mi cuerpo ya hace siglos. Él venia a poner las cosas en su lugar, a acomodar las cosas. Podía sentirlo en mi interior. Podía sentir como algo mejor, algo que me haría sonreír siempre que se acercaba.
Patrick abrió los ojos.
-Sabias que es de mala educación mirar – torció los labios en una mueca sensual.
-Lo siento, yo… pensé que te… Hola – No termine lo que le diría, que seguro seria que pensaba que se iría al amanecer.
-Hola. ¿Estas bien? Luces cansada…
-Eso por tu culpa – alce una ceja.
-Puedo compensarte… - Jalo mi cuello y me atrajo a sus labios.
Besando con fiereza.
Olvídense de los malos alientos, este tipo sabia a gloria. Mi cuerpo se calentó en el acto y me monte a él, uniéndonos de una buena vez.





>>

Para que recordar esos momentos tan calientes… Más aquí, dentro de la Universidad. Lo mejor era alejarme de él. Si… porque sino, tendría que montarlo de nuevo y hacerlo gritar mi nombre como esa mañana.
Despeje mi mente con un poco de agua. Tenia que dejar de pensar en sus deliciosos movimientos, en sus labios de infarto y en sus ojos tiernos y profundos.

-Toc, toc.
-Adelante… - esta vez fue Patrick el que invito a quien quiera que estuviera fuera del cubículo.
-¡Patrick! – Una chica de cabello castaño rojizo se arrojo a los brazos de Patrick.
Quisiera decir que no son celos los que ahora siento. Pero es imposible. La chica era preciosa. Estatura promedio, cabello a la altura de los hombros, delgada.
Oh mierda… Mi estomago dio un vuelco. ¿Por qué me pasaba esto a mí?
Salí en silencio del cubículo.
Quizá no debería sentirme así, ya que yo era una chica nueva. Solo que Patrick en serio que me gustaba. Incluso pensé ir en serio con él, ser exclusivos. Ahora sabía que él no pensaba igual. Suspire.
Camine a la cafetería, fuera del campus. Iba tan aprisa que choque con un par de estudiantes.
-Un expreso – casi le grite al tipo que atendía la cafetería.
Me miro ceñudo pero después sonrió.
Esto me sobrepasaba. Era raro, muy raro sentirme así. Así por él. Por Patrick. Venga, ¿Cuánto tiempo hacia que lo conocía? Un mes, 3 semanas, quizá menos, quizá más.
El café sabía a los mil demonios. ¿Qué se supone que haría ahora? ¿Hacer como sino me importara? ¿Sonreír a la par de aquella chica? No, no creía poder.
-¡Emily! Hola… - Era Dorian. Se sentó junto a mí. -¿Estas bien? – tomo mi mentón y acaricio mi mejilla.
-Hola, Dorian… Si, estoy algo cansada, creo que me duele la cabeza.
-Temporada de exámenes y Día de Brujas, ¿ah?
-No lo repitas. Odio este mes… - lamente.
No solo el mes, sino las preparaciones. Detestaba escuchar sus planes Universitarios. O más que odio era nostalgia. Extrañaba esas fiestas. Extrañaba poder disfrazarme de conejita sexy, de porrista muerta sexy, de enfermera zombie sexy… Sonreí al recordarlo.
-El que solo se ríe de sus maldades se acuerda – comento Dorian.
-No, solo… Bueno, recordé cuando mis amigas y yo planeábamos alguna fiesta de Día de brujas, y los disfraces y todo eso. Como los chicos ahora.
-Si… - suspiro. –Adoraba esas fiestas… - miro a la nada con nostalgia.
-Le haremos una fiesta a Jennifer en León, es para el día de brujas. ¿Quieres ir?
-Seria fantástico. Gracias.
-Disfraz obligatorio – sentencie.
-Wow. Que bien… podre sacar mi disfraz de Flash Gordon… - decía divertido.
-Espero que estés bromeando. ¿Tu, de Flash Gordon? – alce una ceja.
Lo cierto era que me imaginaba a Dorian como un vampiro letal, quizá como un Batman, pero de rojo… No, a él no le iba el rojo.
-Si, estoy bromeando. Bueno, Emily, tengo que patear un par de traseros. La temporada de futbol empezó, y hay varios chicos que merecen un poco de mis gritos. Nos vemos – se puso de pie.
-Dor… ¿Quieres ir…? Olvídalo.
-¿Un café?
-Solo quería saber si quieres ir al cine conmigo.
-El cine, ¿ah? ¿Cuál veremos? ¿Toy Story 3? – soltó divertido.
Si, Toy Story 3. Esa película nos sirvió para besarnos en la oscuridad. Para sentir las manos de Dorian sobre la tela de mi ropa. No se como no nos corrieron de ese lugar. Y menos mal que Luna no sabia eso, sino…
Ya podía escuchar sus reclamos: “Las salas de cine son para eso, para ver películas, no para ir a manosearse con tu peor es nada. No entiendo como es que la gente acude a la oscuridad de las salas de cine a eso. Podían gastar ese dinero para irse a algún hotelucho barato”. Si… eso sin duda seria lo que diría.
-Bueno, prometo mantener las manos quietas.
-Se que no puedes prometer eso. Mejor te veo a la salida, y comemos en mi casa. ¿Te parece? Yo cocino.
-Mejor aun…
-Perfecto. Nos vemos más tarde, linda – alzo la mano despidiéndose.
Perdí la mirada en el trasero de Dorian. Que bien le lucían los jeans. Aunque no se veía nada mal en traje negro y corbata. O en sus pantalones de algodón para deportes. O mejor aun… en esos pantalones cortos.

Regrese a mi oficinita después de tirar mi café expreso al cesto de basura, esa cochinada sabia a los mil infiernos.
Por los pasillos mis alumnos parloteaban contentos, algunos incluso me saludaron. Solo les sonreía, hoy no tenia ganas de charlar con ellos. Si tuviera 10 años menos seguramente les guiñaría el ojo, para atraerlos a mi trampa y después de un par de copas…
Ok , no.
Olvidemos los cortejos y los acostones con mis alumnos. Venga, solo tienen 4 años menos que Rens y Luna. ¡Caray! Solo 4 años menos. Esas dos niñas, tenían demasiada suerte y tantas ganas de trabajar que daban asco. Es en serio. Ellas persiguieron sus sueños. Rens quería ser contadora, y Luna fotógrafa. Y aunque en el interior, Rens tenia alma de músico, le gustaba su trabajo o eso parecía. Al menos no lucia cansada, demacrada o malhumorada. Luna, por su parte, se la vivía en el trabajo, esa Editorial bien podría ser su segundo hogar. Pero para mi que algo más que tomar fotografías era lo que la motivaba en su trabajo. Metería las manos al fuego y diría con mucha seguridad que el hijo de su jefa, el tal Tristan, motivaba a mi Luna. Si, seguro que si; yo no naci ayer. Ahora, pasando a Jennifer. Ella ahora estaba más que feliz. Empezando por Rosty, ese tipo la tenía en un pedestal, y me alegraba mucho por ella. Francamente fue un alivio que ella dejara de perseguir y de vivir en su asqueroso pasado. Atrapada con Carter, la mierda de novio que tenia. Lo conoció en la preparatoria o una cosa así. El tipo le bajo el cielo, la luna y las estrellas, típico, y después derrumbo los castillos de aire y arena que Jennifer construyo.
Mi pobre amiga, había sufrido por él, demasiado. Sabía que ella lo amaba, y muy en el fondo lo seguía amando aun sabiendo que él la había dejado por otra. Por una zorra, que el muy desgraciado negaba. Y decía con toda seguridad que era solo su amiga. Si, claro. Solo su amiga. Y yo me chupo el dedo, ¿no? El muy bastardo ahora estaba sufriendo, y no era que me alegrara… Ok, si me alegraba, porque se merecía eso y más. Jennifer siempre tenía una sonrisa, aun después de saber de la muerte de su madre. Y que bueno que dejo de interesarse en el tal Andy; yo no lo conocía, pero según Luna y Jennifer el tipo estaba demasiado bueno para ser verdad.

-Emily… - Me detuve en el pasillo. Era Patrick, su voz era inconfundible. -¿Dónde estuviste?
-Por ahí – respondí sin darle mucha importancia.
-Oh, ya veo – se rasco la nuca. –Bien, nos vemos después – sonrió muy poquito y lo vi alejarse con rápidos pasos por el pasillo.

¿Qué demonios le importaba donde estuve? ¡Él estaba con esa chica! Con esa hermosa chica. Joder.

Despeje las ideas, en donde él besaba a la chica sobre mi escritorio. Me convertiría en dragón y le sacaría las tripas a la fulana. ¡Grrr!

No, momento, ¿Qué demonios me pasaba? Patrick y yo, bueno, no había un Patrick y yo. No. Solo fue una loca noche de sexo en mi departamento, donde él, después de hacerme el sexo matutino más delicioso, preparo el desayuno, y entre juegos que llevaban jarabe de Maple sobre la piel…¡Basta! Emily… reacciona mujer.

Me tumbe en mi silla, detrás de la cortina de cabello rojo cerré los ojos, relajándome o intentado hacerlo. Dejando de pensar en la fulana hermosa que se había colgado del cuello de mi compañero de oficina. Aproximadamente una hora después, Patrick regreso de quien sabe donde, con un beso rojo pintado sobre la mejilla izquierda. Intente no rugir. Me relaje y mordí mi lengua toda la tarde. Di un par de clases. Al menos Dorian me distraería un poco.

-Hey, hola Emi – saludo al asomar su cabeza por la puerta. No dejo siquiera que Patrick le permitiera la entrada.
-¿Puedo ayudarte? – inquirió Patrick con la voz gruesa, nada amigable.
-Tu no, amigo. Emi, ¿lista? – entro por completo a la oficina.
-Lista… - tome mi abrigo y mi bolso, apague mi ordenador y tome su mano. –Nos vemos después Sr. Snyder.
-Hasta luego, Profesora Wildest – respondió Patrick.
¿O era mi imaginación o Patrick tenia el semblante oscuro?
Nah, seguro que lo imagine. Sonreí antes de salir. Uf, al menos no estaría cerca de él. Y así, él no podría ofrecerse a llevarme a mi casa, y después sucedería lo que iba a suceder con Dorian.

Salimos al estacionamiento. Dorian parloteaba contento sobre su partido con los chicos, en la Universidad de los Ángeles.
-Emily… -Logan – jadee.
De nuevo los recuerdos me azotaron. -¿Qué haces aquí?-Necesito verte. ¿Podemos hablar… a solas? – miro a Dorian.-No…-Solo unos minutos… - pidió. Ahora era su turno de rogar. Bien podía hacerme la importante, dejar que me rogara. Pero los días en que me hacia la cosa más divina del mundo habían terminado. Terminaron cuando escuche mi nombre de su voz. De su ronca y sexy voz. -Bien. Dorian, adelántate. Te veré en tu casa…-Seguro – Dorian se alejo de ahí, y subió a su auto. -¿Qué es lo que quieres?-¿Podemos tomarnos un café?Asentí. Caminamos a la cafetería. Él pidió dos cafés. Un crema irlandesa para mi, aun lo recordaba. Para él uno negro sin azúcar. -Lamento… lamento haberme comportado como un patán, aquella vez en mi departamento. Lo siento… -Ajá… continua…Él sonrió. –Tuve que pedirle ayuda a un amigo… para saber donde trabajabas. Le debo un gran favor.
-Pudiste recurrir a Luna, como antes.
-No, no puedo.
-¿Por? – pregunte curiosa.-Cosas… - dijo sin más. Seguro se refería a su confesión. -Ok… ¿De qué querías hablar? – le di un sorbo a mi café. Delicioso.
-De… - bajo la mirada a su taza. Se quedo en silencio unos minutos. –No quiero hacerme a la idea de que te perdí para siempre – dijo.
Mi corazón, juro que mi corazón dejo de latir apenas escuche a Logan.
-¿Cómo? – tartamudee.
-Emily, te amo – me miro. Sus ojos oscuros me cautivaron como la primera vez. –Nunca deje de amarte, nunca. Fue un gran error no luchar por ti, te hubiera dado el tiempo que necesitaras, si no me hubiera vuelto huraño e insensible cuando me dejaste en el altar. Tenía miedo, y en el fondo te odie. Pero sabía que te amaba más que a mi propia vida. Más… mucho más que a Molly. Sé que fue un error intentar olvidarte con alguien más. Lastime a Molly y fue mi culpa que ella… - la voz se le quebró.
-Logan… - intente tranquilizarlo. ¿Cómo podría? Yo misma no podía ni creer lo que confesó. Lo que dijo. Lo que aun sentía por mí.
-Emily… mi hijo murió - Logan se soltó a llorar.
Me paralice. ¿Su hijo? Eso me cayó como agua fría, como si hubiera caído dentro de una laguna congelada.
-Estaba embarazada de 8 meses cuando tuvo el accidente. No solo la enterré a ella, sino a nuestro hijo… - Logan se meció el cabello. No puedo describir el dolor que expresaban sus ojos, su rostro. Él era un hombre roto, un hombre vacio. Perder a un hijo…
No podía imaginar la magnitud de ese dolor. Solo me acerque más a él, lo abrace.
-Lo siento… - susurre. Esperando que no me rechazara. No lo hizo.
-El niño vivió aun después de que Emily estuvo en coma. No había esperanzas para ella. Pero Anthony sobreviviría… o eso dijeron los doctores. Dios… - sollozo.
-Ya, ya Logan, no me cuentes nada… No quiero verte así – pedí limpiando las lagrimas de sus mejillas.
-Pero tengo que decírtelo, Emily… Volví… porque… porque quería que… conocieras a mi hijo. Pero él…
-Logan… Basta. No sigas…
-Emily, perdóname… perdóname… - repitió.
-No tengo nada que perdonarte… Yo soy la que debí rogar por tu perdón, fue mi culpa que perdieras a tu hijo, que perdieras a Molly…
-No. No digas eso – tomo mi rostro. Su tacto cálido me hizo derrumbarme sobre sus hombros.
-Jamás te he olvidado…
-Te amo – dijo. Beso mi cuello. Se sintió tan bien eso.
Perdonar y ser perdonado. Un peso menos sobre mi miserable alma. Se sentían tan bien los brazos fuertes de Logan rodeando mi espalda. Sentir su respiración sobre la piel desnuda de mis hombros. Sentir su barba raspando mis mejillas. Sentirlo mío de nuevo. Al menos… al menos no éramos un par de extraños en la ciudad.
Me dolía verlo deshecho. Un hijo, dicen, es lo más preciado del mundo, el tesoro más grande que un ser humano pueda poseer. Él lo había perdido. Y por mucho que él dijera que no había sido mi culpa que perdiera a los tesoros más preciados de su vida; si era mi culpa. Pero repondría ese error, o lo intentaría.
-Logan… - me separe del abrazo para mirar sus ojos.
-Dime – sonrió. Cálido, tierno. Como antes.
Como cuando le decía algo importante, algo que empezaba por ser una estupidez, pero que siempre terminaba siendo importante. Logan siempre decía que lo mío, lo que yo pensaba era importante para él. Siempre me tomo en cuenta. Aunque lo que pensara o sintiera fuera una simpleza o tontería. Él siempre me tomaba en serio.
-Te amo… - dije. Siempre lo ame, siempre. No deje de amarlo.
-No sabes lo feliz que me hace escucharlo…
Inclino su rostro. Unió sus labios con los míos.
Dios…
Extrañe tanto esto. El contacto de nuestros labios, de nuestras lenguas danzando, de su respiración profunda, pausada. De su cálido aliento, de sus pequeñas mordidas sobre mis labios, sus manos atrayendo mi rostro al de él. Los susurros picaros contra mis labios cuando me besaba. Lo extrañe tanto. Tanto…

febrero 11, 2011

Una pequeña probadita de Maldita delicia...

Una pequeña probadita... Enjoy ^^

(...)

-Toc, toc.

-Adelante… - esta vez fue Patrick el que invito a quien quiera que estuviera fuera del cubículo.

-¡Patrick! – Una chica de cabello castaño rojizo se arrojo a los brazos de Patrick.


Quisiera decir que no son celos los que ahora siento. Pero es imposible. La chica era preciosa. Estatura promedio, cabello a la altura de los hombros, delgada.


Oh mierda… Mi estomago dio un vuelco. ¿Por qué me pasaba esto a mí?


Salí en silencio del cubículo.

(...)


... En breve el capitulo entero

febrero 04, 2011

Maldita delicia... Se atrasa



Así es chicas :(

Lo lamento. Sucede que no tengo tiempo, ni espacio para terminar el capitulo siguiente. Por lo tanto, y como es obvio, no hay capitulo nuevo de MD.


Saludos, y cuidence mucho :}

Las chicas del Té de Lemmon

LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...