abril 29, 2010

Capitulo 2 En tu cuerpo o en el mio!!!






Capitulo 2: El…

Mire el reloj que se encontraba en el desayunador, eran las 6:30 y como todas las mañanas estaba desayunando fruta picada como una costumbre arraigada ya en mí. Mi primer clase del día de hoy seria Bioquímica, clase que tomo paras obtener créditos extra, mis padres han soñado con mi vida universitaria desde que tengo uso de razón. Sé que no tengo opción, debo ir a Yale, no es que no agradezca todo lo que tengo o he logrado gracias al apoyo de mis ellos, pero a veces siento que soy considerada solo un robot; El robot Bella que solo está aquí para complacer a todos, que su vida es tan delicadamente inspeccionada.

Debo hacer todo bien y eso a la larga pesa. Recuerdo mi niñez clara y nítidamente, lo peor es que desearía que no fuera así aunque no aferrarme a esos recuerdos me causaría un dolor enorme, de verdad era lo mejor, cada momento gracias a mi vecino y ahora ex amigo Edward Cullen, cuyo estatus y “popularidad” lo han cambiado bastante. Si no se hubiera hecho un patán, cretino, petulante, presumido…bueno no tiene caso si quiera que siga sacando verdades al aire, como si me importara, bueno ojala dejara de importarme. Solo acabó por hacerme creer que de verdad era sincero, cuando a las primeras de cambio dejo de hablarme por no ser ni popular ni resbalosa como todo el desfile de mujeres que han pasado por su “lista”.

Me sentía realmente estúpida, pero no podía hacer nada, parecía una enferma o psicótica. Negué a mis pensamientos, me levante del comedor con tendencia minimalista, mire la sala en tono blanco, haciendo parecerla clínica. Mi madre es una psicóloga reconocida, pero creo que ha comenzado a desarrollar una tendencia compulsiva por la limpieza desde que mi padre contrato a Susan la nueva secretaria.

Las fotos que adornan la chimenea parecen de revista, nuestras sonrisas y poses ensayadas. La nostalgia me invadió un momento cuando en el rincón de la pequeña repisa de cristal me encontré la fotografía con mis antiguos amigos; Edward, Jasper y el gran Emmet, de esos días no quedaba nada, Edward olvido todo, Jasper ahora está en su primer año de universidad, es con el único que sigo en contacto pese a la distancia. Cuando gane el reconocimiento por mi trabajo de literatura hace una semana el me envió un ramo de hermosas rosas blancas junto con el libro “cien años de soledad” de García Márquez. Y en él una hermosa nota;

Bella:
Primero te saludo esperando que tu familia así como tú se encuentren excelente.
Sabes que te deseo todo el éxito y suerte del mundo, de verdad este es un triunfo de muchos. Espero ansioso verte y que no importa el tiempo siempre estaré ahí para ti Bella.
Saludos.
Jasper Hale.

La nota era sin duda un gesto hermoso y halagador, pero no deje de notar las palabras así como el mensaje expreso en ellas. Jasper es un caballero en toda la expresión de la palabra, es el hombre que deseas que algún día llegue a tu vida, mi madre lo conoce y me ha dicho infinidad de veces que un tipo así es el que necesito. Otra razón más que añadir en cosas que “debo” considerar según ella.

Si quizás soy una masoquista por haberme fijado en el pariente equivocado. Cuando éramos pequeños siempre que estaba en la casa Cullen estábamos juntos los 3, algunas veces la pequeña Leah se unía a nosotros, pero las ocasiones en las que eso sucedía eran esporádicas.

El día que conocí a Edward Cullen fue un verano, mi madre no se encontraba en casa, solo Zafrina mi nana, quien me dejo salir a tomar un poco de luz solar, ya que según ella estaba demasiado pálida y “blanquita”, Salí a pesar de la orden expresa de mi madre de quedarme a practicar el Saxofón. Estaba en la Me quede con mi pequeño gato negro llamado “Pocky” mi mascota en ese entonces. Recuerdo que miraba a mi alrededor tratando de encontrarle lo lógico hasta que el niño de ojos verdes me saludo. Me quede impresionada, sus ojos eran una novedad para mí. Incluso le había preguntado que se sentía tenerlos así, era un día caluroso por lo cual no traía zapatos y mis desnudos estaban plácidamente en la hierba fresca.

Desde ese momento creamos un lazo de amistad, cuando le conté a mi madre quedo fascinada, dijo que los Cullen eran importantes y no puso pero cuando seguí frecuentándolos. Después de ese día conocí a Esme su madre, siempre tan linda, amable y maternal, su padre es médico, pero siempre busco el tiempo para dedicárselo a sus hijos, a Jasper Hale su primo y a Emmet Cullen su hermano, el tipo siempre daba una imagen de “tipo malo” hasta que se le conocía a fondo, su pasión: Cocinar, claro además del futbol. Jasper siempre en el mundo de los libros, siempre me ensañaba uno nuevo compartiendo los suyos y regalándome unos cuantos. Con Edward todo era diferente, platicábamos, ensayábamos juntos, veíamos películas e íbamos a nadar al estanque que había detrás de su casa. Todo iba perfecto, un sueño total hasta la secundaria…

El verano antes de entrar a la escuela mis padres me llevaron a New Hampshire, a visitar a mis abuelos. Me inscribieron en unos cursos de literatura y matemáticas, así que mis vacaciones se fueron entre cálculos y ensayos.

Al regresar deseaba mostrarle a mi amigo todas mis fotos de las vacaciones, deseaba conocer que había hecho el en las suyas. Llame pero no contesto, lo busque y no estaba. Así que decidí esperar al día siguiente para darle lo que había comprado para el de recuerdo; una lindo cuaderno hecho a mano, con las tapas de cuero teñidas de un azul intenso, para escribiera lo que deseara ahí, música, letras o los deberes.
El primer día de escuela él ni me miro. Se inscribió al equipo de futbol, se hizo popular y todo ese mismo día.
Al parecer no era la única que apreciaba sus hermosos ojos. Todo empeoro cuando quise hablar con él y lo encontré besando a Irina, la chica popular de ese entonces. Mi corazón se contrajo de puro dolor, no me di cuenta de todo lo que sentía por el hasta ese día. Todo se había acabado el niño que me gustaba y mi mejor amigo todo lo había perdido. Llore como una boba durante horas hasta que un grupo bastante peculiar se acercó saludándome y mirándome preocupado.

-¿Oye chica te encuentras bien?- Dijo una voz tímida y dulce

-No creo que pueda contestar a eso, pero gracias- Solté tras un sollozo

-Enserio, mira yo soy Ángela, el Eric y el que viene con los muffins es Tyler- Dijo a la vez que mi vista se fijaba en su rostro, sus lentes reflejaron mi rostro haciéndome sentir mal, la persona que veía parecía un desastre; las lágrimas surcaban sus mejillas, su cabello se había despeinado, su boca tenia las comisuras hacia abajo. La imagen que veía me dio escalofríos.

-Toma un Klenex- El tipo de rasgos orientales me lo dio dándome una sonrisa cálida.

-¿Sabes que te hace falta cariño?.. Un Muffin!!- Dijo el chico ofreciéndome uno con la cubierta rosada, me sentía de muchas maneras, ellos sin proponérselo habían llegado a mí sacándome de ese estado y ofreciéndome su amistad. Desde ese día estamos juntos. Sé que ahora somos llamados “los aburridos” por toda la escuela, incluso por él.

Tome las llaves de mi Audi, conduje hasta la escuela y aparque en el lugar de siempre, Ángela me esperaba en la puerta, sonreí al mirarla.

-Te traje un café- Dijo al momento que me tendía mi rutinario Cappuccino.
-Gracias-

La clase de literatura es mi favorita, ahora que había ganado el reconocimiento por mejor exposición literaria juvenil, había alcanzado la entrevista en Yale.

Después fuimos a nuestra guarida “El salón 23” En ese espacio podemos estar apartados de los comentarios hirientes de las porristas y demás gente mal intencionada. No es que nos aislemos pero la gente a veces tiende a ser tan ordinaria; Que si American idol es lo mejor, que las Gossip girls en fin hay más cosas, quizá al principio no es molesto, pero hablar siempre de lo mismo como grabadora es algo exasperante. Todos siempre buscan tener la razón, así que si por cualquier motivo difieres con ellos, bueno es bastante incómodo.

Los chicos platicaban del nuevo Karaoke que han abierto a escasas cuadras de la escuela, Ángela desea ir pero su trabajo de niñera no se lo ha permitido. Tyler desea conocerlo con su “novio secreto” y Eric no pretende ir a menos que alguien más lo haga. Estaba al pendiente de la plática cuando mi mente divago preguntando que es el realmente?

El hijo de la amorosa y delicada Esme y del exitoso doctor Carlisle Cullen, hermano de Emmet el jugador ofensivo estrella de la escuela (y del mejor cocinero aunque nadie lo sepa), primo de Jasper Hale, el caballero de ensueño, novio de Kathe la capitana de porristas.

Edward el casanova por excelencia, el que dejo de lado la música por el futbol, el que no ha hecho otra cosa que darle gusto a los demás en todo, en eso quizás nos parecemos un poco. Mi madre dice que va directo al fracaso si no se decide por medicina como su padre, mi padre piensa que no es más que un tipo con mala reputación, que lo mejor que me pudo haber pasado fue alejarme de él.

Yo pienso que lo odio, pero me engaño, si fuera así ¿porque me preocupo por él?

Me mantengo cerca de el aunque ni enterado este. He ido a todos los juegos en los que ha participado, me siento en las últimas gradas como una especie de acosadora o algo así. Mi corazón aún duele.

Al verlo con su grupo siempre me pregunto ¿cómo alguien puede cambiar tanto? Siempre es la misma cuestión.

Tal vez nunca sabré que es lo que ronda por su cabeza, que es lo que piensa o espera de la vida. Pero extraño masoquistamente su cercanía, su voz. No es lo mismo escucharlo gritar en la cancha o en los pasillos. Sé que tal vez debo dejarlo ir de mi mente, comprender que el Edward que conocí no está más y que ahora solo queda lo que veo a diario.

Que deseara estudiar, tal vez se incline por la medicina, aunque no le veo futuro para ello, quizás a la música. Él es mi paradigma, mi instrumento de observación mi obsesión.

De pronto una extraña sensación me invadió, gire para ver la puerta y ahí estaba el, mirándome como si tratara de encontrar algo. Mi corazón dio dos saltos, lo mire como siempre lo hacía, esperando que el chico regresara a la normalidad. Lo que había por fuera era el cascaron de alguien extinto. Me gire decepcionada. No había ni rastro de lo que buscaba. Todo siempre es en vano, así se crucen mil veces nuestras miradas nada cambia, el sigue instalado en su papel y yo no tengo más remedio que seguir el mío.

Tiempo después fue hora de ir a Bioquímica, clase que nos habían pospuesto por que el señor Perkins había chocado. Llego con la sonrisa que lo caracteriza explicando que sus frenos habían sucumbido como síntoma de rebeldía en la nueva era. Todos los que estábamos en el salón no rebasando los 12 alumnos reímos.

Hoy nos tocaba hacer algunas conversiones sustanciales y anotar la tarea para la próxima clase. Salí del laboratorio hacia la cafetería, tome una ensalada y la fui comiendo antes de entrar a Español. La señora Vázquez nos dio de nuevo el aviso para la exposición “Lo místico de Latinoamérica” misma que tendría lugar al día siguiente.

Tome mis libros y mi bolso e hice la última parada a mi casillero. De pronto escuche una voz pastosa por el llanto.

-Ha terminado lo oyes! Hemos terminado y todo porque el Sr. Aburrición no quiere ir a la fiesta de Laurent!- Esa voz era nada más y nada menos que la de Kathe, me tense por instinto y trate de no hacer el menos ruido. No quería comenzar a ser su “objeto” des estresante.

Cuando escuche la voz grave de un hombre.

-Linda él no sabe lo que tiene, tu sabes que siempre me has gustado, nunca te haría algo que te haga daño. Escúchame Kathe Williams! Estoy enamorado de ti.- Dijo con la voz segura, mire para toparme con Garrett Benson, el jugador de basquetbol, era guapo, pero siempre me ha dado la impresión de aventurero, con su motocicleta.

Ella lo miro con sus ojos con llorosos, besándolo con delicadeza, ese beso fue distinto a los que le daba a Edward, no era posesivo era solamente un beso, la clase de besos que alguna vez esperas recibir.

Por primera vez no se fijó a su alrededor esperando público, solo fue su momento. Claro excepto por mí, pero a quien se lo iba a decir? Es su asunto no el mío. De pronto mi lapiza cayo haciendo el ruido más estruendoso que pudiese creer. Ellos se separaron y había un peculiar rubor extendiéndose en el rostro de ella. El sujetaba su mano tiernamente.

Kathe me miro y por primera vez me sonrió, fue una sonrisa sincera, una oleada de confusión me tomo por sorpresa. Al parecer ser testigo del engaño te hace amiga. No, quizás solo fue la euforia de besarse con él.

Los mire y sonreí un poco, la parte más egoísta de mi ser estaba jubilosa, “ellos” ya no estaban juntos, aunque eso no cambie nada entre él y yo, como si fuese a venir con flores a declarárseme, Ja!

Seguí caminando hasta mi auto, me puse el cinturón y vi por el rabillo del ojo que él también se iba, en su Mustang negro, sabía su rutina. Pasar por su café, así que hoy deseaba ver cómo había tomado lo de Kathe, pase a dejar una carta por encargo de mi madre.

Coincidimos en la entrada. Si no fuera mi situación juro que reirá por como se ve. El por su lado y yo por el mío caminando hacia nuestras casas. El parecía inmerso en algo, no se le veía triste al contrario estaba hastiado.

Subí a mi habitación, mi casa se encontraba vacía, mis padres aun no volvían del trabajo. En mi habitación las ventanas abiertas me permitieron tomar algo de aire otoñal, la sensación me relajo, mire mi repisa con los libros, tome el cuadernillo que había escogido para él. Solo tenía en la primera hoja mi dedicatoria y una foto de los dos un día de verano, él sonreía mirándome mientras mi cara se encontraba completamente roja. A mi lado Emmet con lodo en sus manos y Jasper quien no dejaba de reír detrás de nosotros.

La nostalgia me invadió, voltee para mirar la ventana que tantas veces nos había servido de medio para platicar. Me encontré con él, sus ojos chispeando de curiosidad, su boca en una perfecta sonrisa, su cabello al viento. La imagen me sobre paso. Corrí a cerrar la ventana sintiéndome mareada. ¿Qué acaso siempre tengo que ponerme así por él? Negué y sonreí en mi cama. Esos ojos siempre serian mi perdición.

Mi celular sonó, lo tome con la sonrisa más boba que me pudiese haber instalado. Y mire el identificador, lo mire dos veces, era Jasper, abrí el mensaje y me encontré con una frase que me dejo helada.

Bella
Estoy en casa!, tan pronto salude a mis tíos y primos deseo que vayamos a tomar un café. Tengo tantas ganas de verte. Claro espero que puedas.
Jasper

Mi cabeza dio vueltas. El pariente equivocado. Respondió mi mente a la pregunta que nunca me haría en voz alta…

4 comentarios:

¡¡bamh!! dijo...

No pare de leerlo mi Cricri..
Jaja, Gossip Girl.. xD
me encanto el capi... jejeje... :]
Y Tyler es gay? Vaya, necesito un gay en una de mis historias, no te importa que me robe la idea, verdad amors mio?! :] jeje

TQ mi Sensei Jr. besos!

Y ya me largo a la escul, deseame suerte! :] (yn)

Ada Parthenopaeus dijo...

Tu tiens un problema con los chicos verdad jajajaj menitras mi Cricri.. cuando no es Mike es Tyler ahy haz que sean novios si si si si por fis(ojitos y puchero) aaa me encatna pero por faor continuaaa quiero leer y leer y leer .. habe rque sucedeee a.a.a.a

Anónimo dijo...

woww me gusta muchoo!!=) espero el prox con ganas!!:D... besitos!!!=)

NaNy_Cullen

Ariusk dijo...

Nena me encanto con q Jasper eh?? jeje ya quiero ver q pasa sobre todo al dis sigueinte en la exposicionjeje besos linda escribes muy bien siguelo si?? Besitos Feliz domingo!!

Las chicas del Té de Lemmon

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