Un tanto estresada, pero... bien despues de todo (:
Bien dicen por ahi: Uno no sabe lo que tiene, hasta que lo ve perdido.
Disfruten de esta nueva entrega ^^ Nos estamos leyendo :D
¡¿Que les parece el nuevo diseño del Tea Party? *.*
7. ¿Dónde está
mi brócoli?
Samantha
Woods, la hermosa rubia con curvas despampanantes regreso a Nueva York el
martes a primera hora. Melanie se despidió de ella en la entrada y le dio un
fuerte abrazo con una recomendación que le hizo hervir la sangre a la hermosa
modelo: “Una rosquilla más y por poco no te rodeo completamente con los brazos,
Sammy”.
Con un
caliente beso se despidió de Bran y subió al auto que la llevaría al aeropuerto
con la promesa de que su novio estaría con ella el próximo domingo para la
subasta de los artefactos antiguos que estaban en la colección de la familia
Hardenbrook. “Ahí estaré, amor”, prometió frunciendo los labios el joven
heredero. “Y también yo, ¡será divertidísimo!”, juro Melanie dando brinquitos.
La rubia no logro ocultar el estremecimiento y el mohín de asco que se formo en
su rostro de perfecto ángel.
-Hogar,
dulce hogar sin la modelo obesa… - Melanie se tumbo en uno de los sofás del
salón.
-Ella no es
gorda, Mel – corrigió Winter llevándole galletas con un vaso de leche de
chocolate.
-¿Y? Ella
no me agrada, las rubias son unas putas, todas.
-¡Melanie
Hardenbrook-Marshall! – su tío apareció en el salón. –Cuida esa boquita o hare
que laven la boca con jabón.
-¡Ja! –
puso los ojos en blanco. –Tú le dices putas a todas, no me vengas con tonterías,
Bran.
-Soy tu tío
y puedo hacerlo – la señalo. –Winter, no más galletas para Melanie.
-¡Qué! – la
niña se incorporo de inmediato. –No me llevaras a Nueva York y ahora me quitas
las galletas, en serio, ¿Qué diablos te pasa?
-Melanie,
cierra tu bocota. ¿Bien? No iras a Nueva York porque no es un viaje de placer –
miro fugazmente a Winter – son negocios. Ahora lárgate a tu habitación, no
quiero verte – señalo las escaleras.
Furiosa la
niña dio un manotazo al platón de las galletas y estas salieron volando junto
con el platón, que al chocar con el suelo se hizo añicos. Winter pego un brinco
y se aparto de los pedazos de porcelana rotos y las galletas destrozadas.
-¡Maldita
niña! – gruño en respuesta Bran.
-No
entiendo, me llevara a mí, tendría que llevar a la niña, ella es su familia… -
se arrodillo para levantar las galletas y el resto del platón.
-A ti no te
tengo que cuidar, a ella si – la tomo del mentón para que lo mirara. –Llama a
Briseida y vamos a divertirnos en tu habitación.
Winter no
tardo en hacer lo que Brandon le pedía. Briseida asintió y tomo una escoba y
una bolsa de basura para recoger el desastre que Melanie había causado, no sin
antes regalarle una sonrisa a Winter, la chica de inmediato se puso nerviosa.
¿Briseida sabría algo de ellos dos ocultos en las sombras?
Desnudos y
jadeantes, Bran se deslizaba dentro de ella despacio y mirándola a los ojos,
las piernas de ella lo abrazaban y sus uñas se clavaban en sus costillas.
-¡Dioses! –
rugió Bran, próximo a su propia liberación. La tomo del cuello y la levanto
para pegarla a su pecho, sus senos se levantaban al ritmo de su respiración y
sus pieles se tocaban sudorosas, como si se unieran. Ella salto un par de beses
sobre él, enviándolo al lugar más maravilloso, solo ella podía azotarlo de
placer, como si miles de lenguas de fuego pasearon por su cuerpo, allá donde
ella hundiera las uñas o sus dientes. Su lengua bailaba contenta reconociéndola
con dulces y exigentes besos.
-¡Ah! –
Winter abrió los ojos para mirarlo, mientras ambos se corrían.
Bran le
regreso la mirada, oscura debido a la dilatación de sus pupilas y esos verdes
ojos esmeraldas la reflejaban mejor que un espejo.
-Jamás te pedí
como se debe que fueras conmigo a Nueva York – hablo de pronto, los espasmos
del orgasmo de Winter apenas desaparecían y permanecían unidos, abrazándose.
–Quiero que vayas para no tener que soportar a Samantha todo el tiempo, pero podrás
andar por ahí a tus anchas mientras hago mis negocios – despejo el rostro de
ella con las puntas de sus dedos, sus cabellos negros se pegaban a sus
mejillas.
-Bien, iré
con usted.
-Gracias –
esa palabra la sorprendió tanto que Bran lo noto. Él mismo sabia que nunca agradecía
nada, esta vez la palabra salió por sí sola. –Si tengo modales, aunque lo
dudes, Win – beso su mejilla y se tumbo en la cama. –Ahora tengo… - se alejo de
ella y tomo su ropa del suelo. –Mañana salimos temprano, alista tus maletas.
-Lo hare,
señor – asintió abrazando la sabana de la cama contra la desnudez de su cuerpo.
-Buenas
noches – una vez vestido salió de la habitación.
Jamás había
visitado Nueva York, no tenía tiempo para viajar en su único día libre en la
mansión. La gente corría apresurada por todos lados, olvidándose de los demás y
pensando en los pendientes. Aquí, la vida pasaba más deprisa que un parpadeo.
Se
hospedaron en el Hotel Empire. Bran dijo conocer al dueño del lugar, o al menos
eso profesaba su padre cuando aún vivía. Claro que no dormirían juntos, como
tanto deseaba Bran, ella tuvo su propia
habitación y él estuvo en otra, las habitaciones eran continuas, así
Bran podía escabullirse con Winter cuando quisiera y sin levantar sospechas.
Desempacaron
y descansaron el resto de la mañana. Winter solo tenía una maleta, que incluyo
su traje de maid y un par más de lencería provocativa que el mismo Bran se
encargo de incluir. Para la hora de la comida, Bran llamo a su puerta tocando
tres veces con los nudillos. Winter abrió con un vestido negro de encaje que se ajustaba a su pecho.
-Luces
preciosa…
La chica
asintió sonrojada y salió de la habitación.
-Tengo una
comida con mi abogado, muero de hambre así como tú, ¿o me equivoco?
-No, en
serio tengo hambre, señor – camino a su lado por el pasillo hasta el ascensor.
-Winter, no
estamos en la mansión como te podrás dar cuenta – juntos entraron a la cabina.
La chica lo miro levantando un poco la mirada. –Solo dime, Bran, como en los
viejos tiempos, ¿si?
-Bien, lo
hare – sonrió abiertamente.
Las puertas
se abrieron en el lobby y salieron del ascensor.
La comida
iba a ser en “Colors & Promises” uno
de los restaurantes que justo en estos tiempos tenía más popularidad, a Bran le
encantaba ser asediado por los paparazzis, muy en el fondo lo adoraba, sin
embargo tenía que portar la careta de aburrición y sus siempre usados: “Sin
comentarios”, cada que algún reportero acosador le preguntara acerca de su
relación con Samantha; la rubia por el contrario, amaba, y ella si lo
exteriorizaba, los fotógrafos acosadores, nada podía hacerla más feliz que
hablar de su carrera que iba en despunte, la relación con Bran y su vida como
modelo que era, según ella, extenuante.
El lugar no
era muy grande, pero si tenía una enorme fila con personas que deseaban entrar.
Bran se acerco a un tipo de traje que estaba en un estrado pequeño donde tenían
una libreta con las personas que ya tenían una mesa.
-La mesa está
reservada para 3, a nombre de Hardenbrook, Brandon Hardenbrook – le dijo al
hombre que lo miro un segundo y después paso las hojas de su libreta con
rapidez.
Winter pasó
los ojos por el sitio. Acogedor e íntimo. Con sillas de respaldos altos y mesas redondas. Más que
un lugar para cerrar tratos o hablar de negocios, el sitio era digno de citas íntimas
y románticas, eso fue lo primero que le vino a la mente al ver las velas sobre
las mesas y los candelabros que colgaban del techo que iluminaban el
restaurante a media luz. Por los techos colgaban guirnaldas con luces blancas,
las mesas que estaban ocupadas, mayormente por parejas que tenían las manos
entrelazadas y las frentes juntas, le provocaba cosquillas de ternura en el
estomago. Lucían tan enamorados que daban envidia.
-Hey,
Winter, por aquí – Bran la tomo del codo.
Ambos
siguieron al camarero que los llevo a una de las mesas del centro del
restaurante, justo debajo de los candelabros colgantes, la exquisita pieza
parecía de cristal, Winter lo miraba embelesada.
-Logan
adora este lugar, lo empezó de cero – dijo Bran, jalándole la silla para que
ella se sentara.
-Es hermoso
– exclamo maravillada sentándose.
Bran la
observo curioso cuando tomo su lugar frente a ella, hasta que fue interrumpido
por un enorme rubio.
-Lamento
llegar tarde, ese maldito trafico del demonio – Bran y el enorme rubio se
dieron un abrazo fraternal y después estrecharon con fuerza sus manos, Winter
intento ponerse de pie.
-Woah,
¿Quién es esta bellísima mujer?
-Winter
Strong, una amiga de la infancia – informo Bran.
Winter casi
se cae de la silla cuando lo escucho decir eso.
-Hunter
Trott – tomo la mano de Winter y le beso el dorso de la misma. –Un enorme
placer…
Bran aclaro
su garganta, Hunter parpadeo como si despertara de un sueño y tomo su lugar al
lado de Winter.
-Así que
son amigos…
Winter
asintió con una sonrisa ligera.
-Es hija
del ama de llaves de la familia. Llevo toda la vida conociéndola.
¿Por qué
diablos Bran diría algo así?
-No me
digas… Así que conociste a ese infeliz desde que tenía los mocos embarrados en
la cara – Hunter soltó una fuerte carcajada. Su sonrisa era tierna, sus ojos
celestes preciosos y desprendía un aura pacifica, daban ganas de abrazarlo solo
de verle la enorme sonrisa en el rostro.
-Algo así –
levanto los hombros restándole importancia.
-Basta de
hablar de mí, ordenemos de comer que muero de hambre… - interrumpió Bran.
-Dicen que
la especialidad del chef es la pasta y los filetes. Tengo ganas de vino tinto así
que me inclino por un filete… - anuncio
con orgullo Hunter.
-¿Conoces
al chef? – inquirió Winter.
-No, pero…
tengo una amiga que si – le guiño un ojo, ese gesto le provoco un sonrojo que
se noto de inmediato en su pálida piel.
-Pasta
entonces – gruño Bran. Llamo al camarero y ordenaron, pasta boloñesa para Bran,
lasaña para Winter y un filete enorme para el rubio, más una botella de vino.
-Y dime,
Winter, ¿a qué te dedicas? – pregunto Hunter.
-Cuida a
Melanie mientras esta en América – contesto Bran de inmediato.
-¿Eres su
nana?
-Algo así.
-¿Algo así?
– entorno los parpados. – ¿Qué estudiaste, Winter?
Winter bajo
la mirada. Si bien solo había terminado la preparatoria con honores y comenzado
la carrera en la Universidad, la tuvo que dejar cuando la enfermedad de su
madre la hizo volver a California. Summer no quería volver a la mansión,
deseaba que su madre viviera con ella en Manhattan, Sibyl se negó rotundamente
a abandonar a Bran y a la niña, Melanie. Así que Winter la ayudo, abandonando
sus estudios Universitarios para cuidar a su madre.
-Deje la
Universidad…
-¿Cómo
dices? – Bran se sobresalto.
-La deje
cuando mi madre no podía cuidar por si misma a Melanie. Ella adoraba a la niña,
como si fuera de su propia sangre, y quería que la cuidara como si fuera mi
hermana – el nudo en su garganta le hizo forzar la voz.
-¿Dejaste
la Universidad para cuidar a la sobrina de Bran? – repitió Hunter.
-Si –
confirmo –, es una niña encantadora y lo vale – agrego con orgullo.
-¿Si solo
eres su nana, porque no regresaste a la Universidad? La niña pasa poco tiempo
en California, la mayor parte de su vida es en el internado en Londres.
Winter
mordió su lengua, pensando con rapidez la respuesta.
-Miren,
llego la comida – Bran rompió ese desagradable silencio, tenía que aceptar que
Hunter tenía un agudo olfato para
descubrir la raíz de los asuntos, tanto personales como de negocios. No quería
que hondara más en la vida de Winter, que se unía a la suya propia de una
manera lujuriosa y reveladora.
Comieron en
silencio, para fortuna de Bran. Cuando terminaron la comida, ordenaron whisky y
hablaron de negocios. Winter permaneció en silencio, formulando historias en su
mente que parecieran coherentes. No se imaginaba diciendo que no regreso a la
Universidad porque era la ama de llaves de Bran y que aparte de todo se tomaban
su tiempo para conocerse desnudos en la oscuridad de la casa todos los días. Y
ahora que lo pensaba, toda su vida estaba alrededor de Bran y de Melanie. La
niña como había dicho antes, valía la pena, pero… ¿Bran lo valía? Él tenía
novia, y circulaban fotos de ellos tanto en la web como en las revistas. No
sentía envidia, por supuesto que no. Solo se preguntaba si tenía que vivir de
esa forma por el resto de su vida. Oculta tras las sombras y tras las mascaras
de sus puestos en la escalera social. Ella siendo la simple ama de llaves, y él
siendo el playboy magnate que podía darse el gusto de tener dos mujeres en su
vida sin que ninguna le negara nada. No era justo que su vida solo fuera eso. Amaba
a Melanie, y estaba segura de amar a Bran, quizá no de la forma en que las
parejas estaban aquí a su alrededor, besándose y sonriendo, sabía que nunca
amaría de esa forma, no a Bran, porque él no la amaría así tampoco. Tenía que
salir de ese lugar y vivir como hizo su hermana. Las razones que alguna vez
tuvo para permanecer en la mansión ahora le resultaban absurdas. Solo fueron
pretextos para saber si algún día Bran la tomaría en serio. Ahora sabía que él
nunca lo haría.
-¿Winter?
¿Sigues con nosotros? – Hunter le tomo la mano y la hizo volver de sus
pensamientos. – ¿Estás bien?
-Solo
pensaba – sonrió.
-¿En que si
es que puedo preguntar?
-¿Puedo
hablar contigo un segundo, Bran? – la chica se puso de pie, pasando por alto la
pregunta y la mirada curiosa de Hunter, Bran la siguió. Llegaron al pasillo que
los llevaba a los sanitarios.
-¿Qué pasa?
¿Estas aburrida? Ya casi tenemos los pendientes en orden, solo un par de
minutos más…
-Renuncio.
-¿Cómo? ¿A qué
renuncias?
-A ti. No
volveré a la mansión, Bran.
-¿Estas de
broma?
-Nunca he
hablado más en serio en mi vida. No volveré contigo a California, o quizá lo
hare para recoger mis cosas.
-¿De qué se
trata esto?
-Solo de mí
renunciando a ti.
-No
entiendo… ¿Por qué?
-No hay
nada que entender, Bran. Ya no quiero ser tu ama de llaves… Solo eso.
-¿Qué
pasara con Melanie? Tu madre quería que la cuidaras…
-¿Cómo te
atreves a usar esa carta contra mí? Eso es vil.
-Bien, como
sea – bufo. –Vuelve a California, cuando regrese no quiero saber más nada de
ti, ¿quedo claro?
-Transparente
– levanto la barbilla.
Lo dejo en
el pasillo, ella volvió a la mesa y tomo su bolso.
-¿Todo en
orden? – Hunter la tomo de la mano.
-Perfecto –
la chica sonrió de oreja a oreja. –Soy libre, ¿y tu?
-Como un
ave – le guiño el ojo.
-Te veo
luego entonces…
-Espera –
se puso de pie y le dio su tarjeta. –Búscame cuando vuelvas a Manhattan.
Winter tomo
la tarjeta y la guardo en su bolso.
-Lo hare.
Gracias – se puso de puntitas para darle un beso en la mejilla y salió del
restaurante.
Bran
regreso a la mesa hecho una fiera.
-¿Todo en
orden? – Hunter sonrió.
-Como las
bragas de puta – rugió Bran y termino su whisky de un trago.
-¿Qué paso
allá?
-La despedí
– contesto tajante.
-¿Qué, por
qué?
-Hunter,
somos amigos, no hagas esas preguntas. ¿Bien?
-Hey,
tranquilo tigre, solo preguntaba – levanto las manos calmándolo. Si no lo
conociera mejor diría que estaba como un hombre cuando lo deja su novia,
furioso y confundido.
-Como sea…
Terminemos esto cuanto antes, tengo que ir a coger a Samantha – sentencio.
-¡Uy! Me ha
quedado claro.
La
habitación que Bran había reservado para Winter estaba vacía. Ninguna nota,
salvo el traje de maid que estaba sobre la cama. Había sido una fantasía de
Winter que él la tomara como su maid, la chica tenía ideas fascinantes cuando
se trataba de sexo, y esa en particular era su favorita. Para estas horas,
donde el ocaso cruzaba el ventanal de la habitación de Bran, Winter ya tendría
que estar llegando a California, tomando sus cosas para salir de la mansión y
para siempre de la vida de Bran.
Era difícil
imaginarse la vida en California sin ella. La mansión le resultaría enorme sin
su delicada silueta cruzando los pasillos. No podría vivir en ese lugar,
soportando a Melanie el resto del verano. La niña, podía jurarlo, estaría más
insoportable. Y estaba seguro de querer, ahora si, ahogarse con un pedazo de
brócoli.
4 comentarios:
que, que????? pero que paso ahi, de repente teniamos a los amantes escondidos y plaf! le llego el entendimiento a Win y todo acabo??? en serio???? me he quedado perpleja !!!
Tu tranquila Violet (: Esto esta lejos de terminar.
Creo que ya me recupere de la primera impresion, ahora solo espero que Bran sufra como un HDP y luche por Win, pero como es un bastardo arrogante seguro que no lo va a hacer enseguida...
Jajajaja, tienes razon, es un bastardo y cerdo arrogante :D
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