diciembre 10, 2010

Maldita delicia. Capitulo X*

¡Feliz viernes! Nuevo capi, por fin de Maldita delicia. Me costo trabajo en serio, al menos darle un fin, porque no quería que se terminara. Esta Rens me cuesta, me cuesta. Y más porque es mi mejor, mejor amiga, mi Ale :3 Quiero que te guste mi Ale, tanto como a mi escribirlo :D

Aquí esta el plus que les prometí y que tanto te tuve esperando mi Cricri :) Deseo que te guste muchote... Y manos a la obra en los siguientes capis jeje


Además de que casi me quedo sin Internet. Mi hermosa Dellia estaba enfermita y no me abría el Internet D: Sufrí, sufrí... Ya me veía en los Cyber subiendo mis capítulos, cosa que me da como que no se, cosa XD

Pero afortunadamente my precious (Como diría Golum @__@) ha vuelto y este más precius que nunca XD



Saludos y gracias por esperar ;) Enjoy...




10. Tu cuerpo, una botella de Jack Daniels y la raya morada


*Nota: Continuación capitulo VI


Renata Cotty

La vida de todas era un completo caos. Al parecer Jennifer tenía un nuevo empleo, uno con la mujer que era su heroína desde pequeña, miraba a Jennifer y parecía que el sol la alumbraba a donde quiera que fuera. Lo cual me llenaba de alegría.

Por mi parte me encontraba hecha un nudo de sentimientos. Me encantaba William, pero también me volvía loca Lex y ahora el aparecido Jared. Que cada que podía me enviaba flores a mi trabajo. Al menos una rosa cada tercer día, deseándome suerte, no parecía del tipo romántico, lucia más bien como un tipo rudo. Pero vaya que me sacaba sonrisas bobas cada que veía una nueva rosa en mi escritorio.

-¿Y esa cara? – William estaba en el marco de mi puerta con los brazos cruzados sobre su pecho, lucia como un depredador.
-Nada, solo estoy contenta – le dije y baje la mirada, guarde la nota de la rosa de ese día: “Lindo día”, sus notas eran cortas, pero con un detalle así cualquiera se derrite, ¿o no?

En mi interior siempre fui una romántica. Todas los somos, ¡Acéptenlo!

-Tengo unos asuntos que resolver en Canadá, un distribuidor y una empresa quieren ser parte de esto, ¿te gustaría acompañarme?
-No, es decir, no puedo. Jennifer cumple años y pues… tenemos una sorpresa para ella – mentí.

Lo cierto era que me moría por ver a Jared. La semana pasada quedamos de vernos en la fiesta de Jennifer, que cumplía años. Emily había organizado una fiesta en su bar, así que iríamos.

-Oh, esta bien… será un viaje largo después de todo – sonrío derrotado.
-Lo siento…
-Esta bien, descuida. Te dejo para que sigas en lo tuyo. Adiós – asintió y salio.

Quizá debería sentirme mal por decir esa pequeña mentira, pero no. No era así. Vería a Jared y eso me emocionaba mucho. Parecía una niña pequeña, una adolescente en su primera cita.

Si se preguntan por Lex, bueno, tenia dos semanas enteras de no saber nada de él. Imagino que seguía en el taller trabajando con el hermano de Luna, pero solo eso.

No me llamo para confirmar algún encuentro, quizá mi sinceridad acerca del sexo entre nosotros lo dejo sin habla o se molesto o muchas cosas. En verdad que Lex me gustaba, pero no quería un corazón roto, así que mejor las cosas por la paz.


Cerca de las siete de la noche salí de la oficina, dirigiéndome a mi casa. William no estaba en la oficina así que no se ofreció a llevarme como casi siempre pasaba. Camine las 5 manzanas al tren. Luna tampoco estaba disponible, así que camine sola con el frío de otoño helando mis huesos.

-¡Hey, Rens! – una voz que reconocí de inmediato me hizo girar.


Era Jared, bajo de su auto un convertible negro. Que si mal no recuerdo era un Chevrolet Camaro del 69. Camino casi corriendo hasta donde estaba y me abrazo sin previo aviso. Me quede helada, ya fuera por el clima o por la sorpresa del acto. Que bastaba decir que me hallaba más que feliz entre sus fuertes brazos.









-Oh, lo siento, es que te vi y… bueno, ¿Cómo estas?
-Bien, gracias… Por cierto, me gustaron mucho las rosas.
-No fue nada, me alegra que te gustaran, no soy del tipo que manda flores, pero me pareció justo, bueno, una necesidad de mi parte más que nada. Aunque, tu mereces más que eso – tomo un mechón de mi cabello y lo puso detrás de mi oreja.

Mi cuerpo empezó a arder.

-Iba para mi casa, ¿quieres ir?

Era el primer viernes que todas estábamos bastante ocupadas, así que no planeamos nada. Todas parecíamos zombies, unas mas que otras. Pero al fin zombies.

-Claro, vamos, iremos en mi auto – jalo de mi mano, antes de que protestara.

No iba a hacerlo de cualquier forma.

Una vez dentro, nos dirigimos a mi departamento. Una esquina antes bajo sin decir nada y regreso con una botella de Jack Daniels.

-Hace siglos que no tomo una – dijo sonriendo y colocándola en la parte de atrás de su auto.

Así que, planeaba lo mismo que yo.

-¿Dónde estuviste tanto tiempo? – pregunte extrañada por la forma en la que dijo lo del whisky.
-Bueno, en muchos lugares. Intente ayudar a un amigo, pero… pues falle mucho tiempo. No lo deje solo pues no quería perderlo. Pero ahora parece que todo mejora, o eso espero, honestamente.
-Hum, pensé que te habías ido de gira, o algo por el estilo.
-No, bueno, mi banda no funciono, así que empecé a trabajar.
-¿En qué? – andaba muy curiosa.
-Bueno, en un centro de rehabilitación. Una amiga trabaja ahí y pues, me gusta ayudar a la gente. Además esos chicos estaban muy mal.
-¿De drogas y esas cosas?
-Si – tenso la mandíbula. –Yo estuve ahí un tiempo. Un amigo me ayudo, y pues… ahora soy un hombre de bien – sonrío y sus ojos brillaron cuando me miro. – ¿En esta a la derecha, verdad? – pregunto y me devolvió de mis perversos pensamientos.
-Sip, por ahí puedes estacionarte – señale al frente.

Un hombre de bien. Eso era lindo. Y me daba gusto que por fin haya encontrado el camino.

Después de ayudarme a bajar de su auto, subimos a mi departamento. Luna tenía su felpudo de bienvenida con un montón de cartas y un paquete. Lo tome y Jared me miro con desaprobación.

-Eso es un delito, ¿sabias? – No supe si lo dijo en broma.
-Bueno, es el departamento de mi amiga, no quiero que alguien más le robe sus cosas – le dije sacando las llaves de mi bolso.
-Dame, te ayudo – Jared tomo el paquete. Era una caja de cartón. Tenía la leyenda de Frágil.

Una vez dentro, deje las cartas de Luna en la mesita de la entrada, Jared entro y cerro la puerta, colocando la cadena y el seguro.

Le indique el camino a la salita, donde tenia un par de sillones negros de piel, mi mesa de centro era redonda y debajo tenia un sin fin de revistas de música y un par de discos que Luna me recomendó.

-¿Dónde dejo esto? – pregunto Jared subiendo un poco el paquete, en la otra mano tenia la botella de Jack Daniels.
-Oh, por aquí – le señale la entrada de la cocina.

Mi cocina quedaba después de la salita, en un pasillo donde al final estaba mi dormitorio, otra habitación, donde tenía una cama de más, para que si tenía visitas se quedaran placidamente, y frente a mi habitación, el baño.

Como yo era la que cocinaba para Luna y para mi, la cocina tenia de todo y la adoraba. No era muy grande, una nevera de tamaño estándar, un par de ollas y sartenes y mi dispensario de especias. Luna me había regalado un set completo muy bonito en frascos de vidrio con tapitas herméticas, junto con un moderno recipiente para colocar las cucharas de madera.

En la nevera tenia un par de post it, de esos papelitos de colores con pegamento, donde Luna me dejaba recados cuando venia a comer a casa. Tenia la costumbre de dejar notas de esas por todos lados y mi nevera era el lugar indicado para las notas de agradecimiento.

-“Me encanto la pasta boloñesa” – Jared leía en voz alta el ultimo recadito de Luna.
-Lo escribió mi amiga – informe -, la hermana de Jack.
-Oh, si, la morenita, ¿no? – recordó y dejo la botella de whisky en la mesada junto a la estufa.
-Sip – sonreí.
-Y… ¿Cómo va el trabajo? – pregunto.
-Perfectamente en orden – conteste y metí un par de cosas en la nevera y tome un par de vasos de mi alacena. –Hasta la raya morada – le tendí los vasos después de ponerles un par de cubos de hielo.

Jared río y eso me enchino los vellos de los brazos. Afortunadamente aun tenía mi saco, si no…

Él abrió la botella y dándole un pequeño golpe en la base de la botella el líquido ámbar empezó a salir. Lleno casi a la mitad los vasos y los movió en círculos en sus manos.

-Brindo por ti y… porque… bueno, por ti – alzo los hombros.
-Gracias – tome mi vaso y bebí un poco.

El liquido me raspo la garganta. El whisky no era muy de mi agrado, lo mío eran los shots de tequila y el vodka con arándano. Me sacrificaría.

-Mmmh, delicioso. Deje de beber después de que entre al centro de rehabilitación. No podía beber ahí, ni cerca de ahí. Políticas de la clínica – informo relamiendo sus labios.

Maldita sea.

-Yo salgo cada semana con mis amigas a algún lugar a beber o a bailar o simplemente a charlar sobre nuestros días – le dije con la vista fija en sus ojos.
-Hoy tus planes cambiaron – comento acercándose a donde estaba y tomo mi mano entre sus manos. –Por mi culpa.
-No, que va. No tenía planes. Me caíste como una brisa fresca.

Oh. Eso que dije salio sin pensar.

Mordí mis labios y baje la mirada a mi vaso.

-Lo mismo digo. Aunque… tú eres más como una droga – llevo mi mano a sus labios. Su barba raspo, pero eso fue muy sexy.
-¿Una droga? – lo mire. Él sonrío.

Esa sonrisa, la sonrisa que tanto extrañe. Esa que formo en sus labios después de que me tomo en su departamento tantos años atrás. La misma y tenia el mismo efecto en mi. Deseo.

-Si. Como la novela que dijiste que leías en tu juventud. Solo que yo no temo devorarte con mis dientes – se acerco aun más, su mejilla estaba pegada a la mía. Su aliento tibio rozaba mi cuello. –Yo te comeré, - aviso – una, y otra y otra vez.

Después de eso, mis piernas se aflojaron. Tuve que soltar su mano y sostenerme de la mesada. Jadee.

-¿Qué? – dijo separándose un poco. -¿Te asuste?
-No, solo… - despeje mi rostro, mi cabello había caído sobre mi frente y sudaba.
-Ahh… te pasa como a la chica de la novela, ¿ah? – dijo con voz de suficiencia.

Yo, simplemente respire con dificultad. Estaría de más decir que hiperventilaba, pero ¡joder! Eso era lo mismo que me pasaba. ¡Demonios!

-Oh, pobre… Isabella – se acerco más y sus manos tomaron mi cadera fuertemente para subirme a la mesada – tranquila, no haré nada que no quieras.

Cerré los ojos. Sentí las manos de Jared recorrer mi cuerpo, sus dedos largos de músico, desabotonaron mi abrigo y lo dejaron sobre la mesada, después se deshizo de mi saco, y cuando llego a mi blusa, creí escuchar un gruñido.

-Llevas mucha ropa – su voz era letal para mis sentidos.

Cuando abrí mis ojos, mis manos ya estaban sobre su cuello. Y mi respiración aun más agitada.

Jared abrió mi blusa. Yo me puse colorada.
-Eres justo lo que me receto el doctor – sonrío con lujuria y se dispuso a besar mi cuello.

¡Joder! Mi cuello…

-Oh, Jared… - mis manos se aferraron a la solapa de su chaqueta. Y mis piernas se abrieron aun más para sentirlo más y más cerca. Las manos de él viajaron por mis hombros, despejando el área donde segundos después sus labios pasarían.

Mis hombros, fueron abrasados por besos húmedos de Jared. Mis brazos también, y cuando estuvo a la altura de mis codos, sus labios se posaron sobre mis pechos.

-Mmmh… - ronroneo.

Masajeo mis pechos y juro que me moje, digo, ya estaba húmeda, pero sentía como mis bragas nadaban. Quería verlo, me eche hacia atrás y él me siguió con sus labios sobre mi cuerpo. Recargue las manos sobre la mesada y él se deleito sobre la piel de mi estomago y la de mi vientre.

-Como dije, voy a devorarte Renata Cotty – una vez más me regalo esa sonrisa. Mi sonrisa.

Me gustaba creer que era así.

Asentí. Él jalo mi falta después de bajar el ziper, toco la piel de mis piernas y los vellos de mis brazos se enchinaron.

Emily tenía razón. “Más vale estar siempre bien depiladita. No queremos que se internen en la selva”, rezaba con voz altanera.

Jared mordió su labio inferior, tan jodidamente sexy cuando aventó mi falda a algún lugar de la cocina, provocando que mi corazón amenazara con salirse de mi pecho. Mis bragas se humedecieron en el acto.

-Te soñé miles de veces, pero esto es miles de veces mejor.
-Ven acá – la voz de mi deseo hablaba ahora.

Se había apoderado de mi cuerpo desde que él beso mi cuello.

Lo bese con pasión, mordiendo sus labios carnosos y danzando con su lengua. El sabor a whisky aun bailaba entre su lengua. No supe que fue lo que más me embriago, si él o el whisky o los dos juntos.

-Quiero que me hagas tuya toda la noche, Jared – solté mis deseos mordiendo su oído y abrazando su cadera con mis piernas.
-Tus deseos siempre han sido mis ordenes – clamo en un ronroneo y tomo mis nalgas entre sus manos.


De cómo llegamos a mi habitación no pregunten. Ni yo misma lo se. Solo se, que en el camino tropezamos un par de veces con la pared, ya que yo no dejaba de besarlo ni de morderlo ni de lamer su cuello.

Yo lo esperaba en la cama, mientras él se desnudaba frente a mí. La luz de mis mesitas de noche creaba un ambiente más romántico.

Jared gateo hasta donde estaba y jalando mi cadera me acerco a él.
-¿Lista?

Tome una de sus manos y la deslice por mi cuerpo hasta que llego a mis bragas.
-Pruébalo tu mismo – solté sensualmente.

No se que pasaba conmigo. Pero es que este hombre si me podía.

-Oh, pequeña traviesa – dijo y sus dedos viajaron dentro de mis bragas.

Sus dedos curiosos pasearon por mi centro húmedo y de pronto…

-¡Oh Jared! – grite.

Entraron en mí sin aviso y con potencia empezó a bombear. Deje caer mi cuerpo sobre la cama y él aun torturándome con sus manos me hizo llegar al primer orgasmo. Supe de inmediato que esto no terminaba ahí.

Él gruñía mi nombre mientras besaba cada rincón de mi cuerpo, cada poro de mi piel se acoplaba perfecto a la forma de sus labios. Su lengua mojo mi vientre y de pronto, como sus dedos, entro en mi cuerpo. Sofoque un grito.

-Oh Ren… - Jared murmuraba mi nombre, eso fue lo más sexy del mundo.

Por mi parte, no paraba de convulsionarme de placer. Apretaba las sabanas con fuerza, mientras él besaba mi cuello y trazaba caminos nuevos con sus dedos sobre mi cuerpo.

-Mírame – pidió con voz ronca.

Abrí los ojos, su cabello largo estaba despeinado y caía a los lados de su rostro. Una sonrisa radiante y una mirada celeste llena de pasión me dejo con el corazón latiendo desbocado.

-Renata… eres exquisita, deliciosa… - beso mis labios.

Tomo una de mis piernas y se unió en un solo movimiento a mi cuerpo.

-¡Aaaah!

Si, esa fui yo. Mis gritos fueron más que solo escandalosos. Esto lo había deseado por mucho tiempo atrás. Incluso antes de que él posara sus ojos en mi, yo ya lo deseaba.

Jared tomo mi espalda entre sus manos y sus fuertes brazos me abrazaron pegando mis pechos a su musculoso torso. Él subía y bajaba mi cuerpo. Analizaba mi anatomía con cuidado y a cada embiste mi cuerpo ardía con furia.

Sabia que pronto alcanzaría el mayor de los placeres, mi interior me lo decía.

-Oh, si, si, si… - clamaba como loca.
-Venga. Los dos juntos – jadeaba él.

¿Qué? ¿Juntos?

-¡Renata! – grito Jared en mi cuello.
Mordí su hombro, cuando mi cuerpo alcanzo el clímax un segundo después de él.

Aun abrazados, esperando a que nuestras respiraciones se normalizaran, él beso mis hombros y lamió mi cuello. Eso se sentía tan bien.

Suspire.

-Oh Dios… - dijo y se recostó conmigo entre sus brazos. –Dame solo unos segundos… aun no asimilo tanto… placer.

Sonreí como estúpida.

Él no era como esos tipos que se descargan en ti y después fuman un cigarrillo. Él me tenía abrazada aun después de tener sexo. Eso sin duda le daba puntos a su favor.

_*_
A la maña siguiente, esperaba una nota en el lado de la cama de Jared. No fue así. Por el contrario no había nada. Suspire pesadamente. Todo había sido un buen polvo, solo eso. Mi pecho dolió sin poder evitarlo.

Me daría un baño y quizá después visitaría a Luna, la veía algo rara, con ojeras en los ojos, y aunque sonreía yo la notaba rara. Me puse unos jeans viejos con un par de agujeros en las rodillas, una playera de mi banda favorita: Interpol. Ate mi cabello en una coleta alocada y me calce mis zapatos Chuck Taylor. Anduve con el cuerpo dolorido hasta mi cocina.

Un olor a tocino y huevos revueltos me retorció las tripas. No había notado que estaba hambrienta. Quizá mi hermano había entrado por la puerta o quizá Luna había ido a tomar clases de cocina. En serio que olía muy bien.

Cuando entre a la cocina, mi mandíbula toco el piso. Era Jared, sin playera. Dios, ahora no sé si tengo hambre de comida o de él.

-Oh, hola Rens, espero no haberte despertado. Lucias tan hermosa dormida que me escurrí fuera de la cama para hacer el desayuno – sonrío. Sirvió generosamente en los platos y comimos en la mesa redonda que tenia a un lado de mi sala.

La comida había estado deliciosa. Comimos en silencio, aun no creía que él estuviera en mi cocina, preparando el desayuno.

-Hem, Rens… Yo… tengo que irme – rompió el silencio y dejo su tenedor sobre su plato. –No quería irme sin despedirme, como si fuese un criminal. Además, me la pase muy bien contigo – estiro su mano para estrechar mis dedos.
-Esta bien, si no quieres decir nada. Entiendo. Bien… te ayudare a lavar lo que ensucie… - se puso de pie.
-No, esta bien, yo lo hago… - ataje tomando su muñeca.
-Vale, gracias. Y… bueno… - tomo su chaqueta.

Ya tenía su playera puesta. Camino a la salida. Yo aun si creer lo que pasaba.

En la puerta se despidió nerviosamente de nuevo, lo supe porque tenía un tic de tocarse el cabello.
-Vale… pues… nos vemos – alzo la mano despidiéndose, abrió la puerta y dio un paso hacia fuera.
-Si, lindo día.
-Si, igual para ti… Buen sábado – sonrío.
-Jared – casi grite cuando me dio la espalda. –Me la pase muy bien…
-Yo también… Nos vemos – suspiro y lo vi alejarse.

Cuando se perdió de vista al doblar la esquina para bajar las escaleras entre a mi departamento.

Volví la vista a la mesa, donde aun estaban los platos, con restos de comida, su vaso de jugo a la mitad, ahora podía decir que medio lleno. Mi lado optimista estaba asomando sus narices.

¿Qué demonios pasaba conmigo?

Él era un tipo genial, no había huido como el resto… Aunque, Lex tampoco había huido. Se despidió de mí cuando al amanecer, me llamaron porque Luna estaba en el hospital.

En realidad no sabía a ciencia cierta que pasaba conmigo. ¿Tenia que haber saltado a sus brazos? ¿Tenia que haberme rendido a sus ojos celestes? Solo había una cosa que sabia que tenia que hacer… Llamar a Luna.

4 comentarios:

Ale de Moesia dijo...

Mis dioses!!..Deja asimilo y respiro.. en ese orden!! Dios que capi!! esa Ren!! es una perversa!!! xD me recuerda a alguien... cof cof!! mi dios amore mio Beu!!! Me quede asi O_O!!! Dios Jared!!! Dios amo el capi me lo he leido dos veces para de nuevo tener la sonrisa que con orgullo ahora tengo en mi rostro!!! xD Dios!!! Te amooo y dios como escribes!!! me tienes emocionada, dios me encanto lo de que me comiera!! xD andas que ocupe esos dientes!! Yo su droga!!! Dios mori con esa parte!! Que hara ahora Renata?? Tiene a esos tipos buenos y ahora escoger sera dificil... William puede ser compromiso y amor, Lex definitivamente ese clic que a todas nos encanta uff y jared el musico depresivo, misterioso, revolucionario, sombrio y jodidamente sexi sabe por donde darle... en todos los sentidos xD Dios pobre Rens ahora que se da cuenta que va siendo de acomodar todo en su interior... andas io no se que haria, pero eso de dejarla y ella dejar que se alejen me es familiar... Por que simplemente ellos no son los que dan el paso y se quedan.. jajaja io y mis dilemas existenciales pero esque capi mi dios lo esperaba y ahora lo amo aaaa me emociona y me pone la piel de gallina!! Es asombroso como escribes amore mio!!! TE AMO!!!! Gracias por escribir!!!
Besos!!
Suerte!!
XAu!!!
Dios soy adicta a ti y a Maldita delicia!!!!!!!

Karla Medina dijo...

woooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo, que buen capitulo, estuvo muy bueno y Jared diciendo eso de "eres mi droga" haaaaaaaaaaaa, estuvo genial Jared es muy lindo, tierno, sexi, y el detalle de las rosas bueno, estuvo muy padre, wooooooooo, si que valio la pena esperar, ya quiero siguir leyendo mas de esta increible historia, me encanta y escribes muy bien, enserio, kuidate, y felicidades por la historis =)

Ada Parthenopaeus dijo...

Soy yo o esto xada dia esta ams complicado tanto hombre s buenso tanto polvazos bien echados y tantos temores!!!!!!!!! o sen sei me siento tan idenificad a con situaciones y bueno como que luna en el hospital que le paso???? fiooos tendre que esperar para descubirlooo miles de besos

VioletaHerondale dijo...

A ver .... ya no voy a decir en comentarios que Renata es una pta porque lo es, en eso estamos de acuerdo, pero ahora pff! se pasó!
Digo nadie dice nada por Jared! que para ser sincera me gustó más del de Jensen pero Jared essste Jared no tiene comparación pues mi Beu.

Aunque bueno mejor que se coja a Jared y no a Lex :D asunto terminado xD

Las chicas del Té de Lemmon

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