febrero 24, 2011

Maldita delicia. Capitulo XVIII

Chicuelas...
Nos acercamos a la recta final de esta primer temporada de Maldita delicia. Si... estoy super emocionada. No teman, yo espero no tardar mucho entre capitulo y capitulo...
Aqui les dejo el capi de Jennifer... Toda felisota con ese Rosty XD
Espero que les guste muchote. Gracias por leerme. Adelante el capitulo, ya que los viernes no cargo con mi Warri, y andare de vaga je XD Y el fin, sera fin de la remodelacion de mi casa, por fin... ;D Wiii, soy retefeliz! ;D Cuidence harto... Comentenle y gracias por todo chicas :)


PD: Mi Ale te amo harto! ♥ For ever & ever. Never de lemmon lo olvides! ☺










18. Aun no te das cuenta

Jennifer Lamb

-No te dejare ir al trabajo hoy – amenazo Rosty.
Ahora prácticamente amanecía casi todos los días en su casa. O en algunas ocasiones pasábamos las noches en mi departamento.
-Tengo que terminar la sorpresa de mis amigas – chille.
-No me importa, puedes terminar la sorpresa aquí… - dijo echándose hacia atrás, tenia mi mano entre la suya y el movimiento provoco que cayera sobre él.
Ok, también me avente un poco a él. Solo un poco.
-Rosty…
-No digas mi nombre con ese tono… No puedo resistirme cuando me hablas de esa forma.
-¿De que forma? – inquirí inocentemente.
-Tú sabes de que hablo – respondió y abrazo mi cadera. Apretándome contra su duro cuerpo. Si, literalmente. Duro.
-Rosty… Tengo que irme.
-¿Tienes o quieres? – beso mi mentón.
-No puedo contestar eso. Pero, creo que ‘tengo’ que irme.
-¿Lo ves? Dudas de tus respuestas. Entonces no tienes que irte.
-No puedo llegar tarde, Victoria me matara…
-¡Oh vamos! Ella te ama, me lo dice a diar… - cayo abruptamente.
-¿Qué?
-Nada – se incorporo y dejo mi cuerpo libre de su
s brazos.
-Rosty, te escuche. Dime que pasa. Dilo… - exigí.
Lo escuche claramente. Él decía que Victoria me amaba, lo que quería decir que él la conocía. ¡Lo sabia! Lo intuí desde el momento en que la llamo Vico. Estar cerca de Luna, ahora daba resultados.
-Jennifer… - rogo con la voz, no quería confesarse, eso era más que claro. Se meció el cabello, sentándose en la orilla de la cama.
-Rosty, yo te conté todo de mí. O todo lo que me has preguntado. Sobre mi madre, mis amigas, Carter…
-Lo se – me miro. –Solo que prometí no decirlo…
-¿Es peligroso que yo sepa la verdad?
-No, no es peligroso… Pero me… me odiaras.
-Bueno, no lo sabremos hasta que no me lo digas – dije sentándome a su lado.
-Victoria es hermana de mi madre, era hermana de mi madre – espero a mi reacción.
-Ok… Es tu tía entonces – resumí. Bueno, no le veía nada de malo a que ella fuera su tía, pero la espinita de que omitiera ese detalle me hizo tensar los hombros.
Baje de la cama, y comencé a vestirme.
-Jenn… - se incorporo. La sabana que rodeaba su cadera cayó al suelo. -¿Lo ves? Por eso no debía decírtelo. No quería que… que pensaras que por mi…
-¿Cómo dices? ¿Qué por ti tengo el empleo que tengo? ¿Eso dices? – Esta vez alce un poco más la voz.
¿Acaso él no me creía capaz de obtener mis propios sueños?
-No… ok, si. No quería que pensaras eso. No quería… por eso no te dije que tenia parentesco con Victoria. Y créeme, obtuviste el empleo por ti misma. Yo no tuve nada que ver en eso.
-¡Oh por Dios! – lo empuje. –Rosty… ni por la mente me paso que tú al ser sobrino de Victoria me hubieras conseguido el empleo, pero gracias por hacerme dudar. Gracias – di media vuelta y tome mi bolso y mis zapatos.
-No, no, Jenn, no te vayas. ¡¡Jennifer!!
Jalo mi brazo y me hizo girar para verlo.
-Lo siento, en serio.
-Si… Ya, déjalo.
-Jennifer. Entiéndeme, lo siento. Ok, soy el sobrino de Victoria Sparks; Robert Sparks.
-Ya… olvidémoslo ¿si? Te creo – sonreí.
Ahora evite mirar por debajo de su ombligo. Recordé que estaba desnudo.
-Te contare todo de mi, todo.
-Ok, empieza por contarme tu desnudes. Ayer solo dormimos. Y si mal no recuerdo, tú te acostaste con tu pantalón de dormir – dije cruzando los brazos sobre mi pecho.
Rosty sonrió con picardía. –Digamos que me dio calor, y termine quitándome todo. Te abrace y escuche un gemido cuando me sentiste contra sus braguitas lilas – dijo dando un paso hacia mi.
-Mmmh, si, recuerdo eso.
-Ahora… ¿Iras a trabajar? – pregunto cruzando la distancia que nos separaba e inclinándose a besar mi cuello. Suspire. – ¿Eso es un ‘no’?
-Eso es un cállate y tómame – dije y lo abrace de la cadera. Baje las manos a sus nalgas y las apreté.
Desde la primera vez que vi su trasero, me dije: Ese culo tiene que estar entre mis manos.
Rosty sonrió contra mis hombros y bajo los tirantes de mi blusa para besarme a conciencia. Sin duda este hombre me tenia tan feliz, tan agusto. Apenas sentía sus manos recorriéndome y yo me humedecía, su voz llamándome por mi nombre, su sonrisa dándome ánimos, sus brazos rodeándome cuando hacia frio.
Por las tardes cuando salía del trabajo, Rosty siempre estaba esperándome. Caminábamos por Central Park, rodeando el lago muchas veces, hasta que las piernas nos dolían. Platicábamos de todo.
Él me conto que desde la primera vez que me vio y decidió ayudarme, quedo aturdido por mi belleza. Y que le digan eso a una chica que tenia la autoestima baja después de su último novio, era sin duda lo mejor. Me conto que su madre murió, y su padre la siguió tiempo después. No me había contado que era sobrino de Victoria. Pero ahora todo tenia sentido.
-Rosty… por favor…
Trazo un camino de besos húmedos pasando por el valle de mis pechos, mi estomago, deteniéndose un par de minutos más en mi ombligo. Que bien se sentía…



Un sonido nos detuvo. Rosty gruño. Se volvió a su buro, tomo su móvil y observo la pantalla.
-Es Vico… - dijo antes de pegarse el móvil a la oreja. –Hola…
-Robert, ¿aun tienes de prisionera a mi mejor modista?
-Algo por el estilo, ¿la necesitas? – respondió.
-Niño, Jennifer es mi mejor empleada. La necesito siempre. Ahora, déjala libre… Después podrás venir por ella.
-No tengo otra opción – Rosty suspiro. Cubrió el teléfono con su pecho. –Victoria te quiere en su oficina.
-Ya mismo voy – acomode mi ropa y mis bolso. -¿Nos vemos más tarde? – pregunte antes de salir de la habitación.
-Seguro. Suerte… - cruzo la habitación hasta poder juntar sus labios con los míos. Ese beso me supo a gloria. –Mmmh, que tengas un buen día – musito contra mis labios. –Cuídate.
-Gracias. Buen día para ti también en el gimnasio.
-Si – sonrió y volvió el móvil a su oreja. –Vico, ella sale para allá.
Colgó antes de que saliera de su habitación y me besara por última vez.



Grite por un taxi.
Pague y baje del taxi. Entre a la tienda de Victoria. Subí a su oficina. No tarde ni 20 minutos en llegar con ella, desde casa de Rosty.
-Jennifer – saludo Victoria. Alzo la mirada de su pila de papeles y telas. –Robert te tiene prisionera toda la semana, ¿ah? – alzo una ceja.
Me sonroje.
-Algo por el estilo…
-Robert en un buen chico, Jenn, y créeme que cuando te digo que te quiere mucho, es porque es más que la verdad. Ahora, a trabajar. Quiero que hablemos de la línea nueva de invierno.
Victoria me había tomado en cuenta para la nueva línea de ropa, teníamos muchas ideas. Gorros, bufandas, guantes, abrigos, faldas y de todo un poco. Estaba muy emocionada con el proyecto. Incluso Victoria decía que podía darme una entrevista para una beca al 100% en Parsons. Eso me tenia aun más emocionada, por eso trabajaba como esclava en las sorpresas para mis amigas, y en mi línea de ropa, para mi entrevista.
Después de la lluvia de ideas que tuvimos, me dirigí a mi pequeña oficina. Y digo pequeña, porque a comparación con la de Victoria, la mía apenas tenia un escritorio, una maquina de coser portátil y muy moderna, tres maniquíes, y un perchero con ruedas para colgar mis prendas. Tres de las paredes de mi oficina eran de cristal. Mi ordenador, sobre mi escritorio, tenia de fondo de pantalla a mis amigas. Emily, Renata y Luna sonreían. Ellas eran todo lo que tenía. Y las amaba mucho.
Sin duda el tiempo pasa volando cuando te diviertes. La tarde se me fue como agua, y cuando menos me di cuenta ya eran las 9 de la noche. Aun no terminaba la sorpresa de Luna. La sorpresa de mis demás amigas ya estaba lista. Me tumbe sobre mi silla de escritorio. Recosté mi cabeza sobre el respaldo.
-Jenn, ¿Aun aquí mujer? – Victoria se asomaba por la puerta.
-Si… - conteste un poco adormilada. –En un rato más me voy. Saldré por la puerta de atrás como siempre.
-Pero con mucho cuidado, Jennifer – me señalo. –Que descanses, nos vemos mañana.
La vi desfilar hasta las escaleras que daban a la salida de atrás. La tienda ya la habían cerrado 2 horas atrás. Solo quedaba yo en la oficina.
Cerré un poco los ojos, descansándolos… Cuando un ruido me sobresalto. Mire a través de las paredes de cristal. Los cubículos de las costureras estaban a oscuras, la luz de mi oficina era la única que alumbraba. Me pare silenciosamente de mi silla. Tome unas tijeras grandes entre mi mano temblorosa. No quería salir de la oficina. Me aterraba andar a oscuras en aquel lugar tan grande. Siempre intentaba no quedarme sola ahí. Pero esta vez tenía tanto que hacer que lo olvide. Abrí la puerta de mi oficina. Ésta nunca había chirriado. Pero esta vez sonaba con una de esas puertas de las grandes casonas de la antigüedad. Camine por el piso de madera hasta el primer cubículo. Mis zapatillas sonaban sobre la duela. Mi pulso estaba agitado. Mis manos aun más temblorosas.
Otro ruido a mi espalda me sobresalto. Di un brinco y mire hacia atrás. La luz de mi oficina se apago.
-¿Hola? ¿Quién esta ahí? – pregunte.
Si, claro. Eso hacían en las películas. Preguntar por alguien desconocido, pero ese alguien que acechaba a la victima nunca contestaba, siempre salía detrás de algo de lo que la victima nunca sospecho. Trague con dificultad.
Decidí dejar las tijeras debajo de una montaña de telas. Si dejaba el arma letal a la vista de todos bien podría matarme quien quiera que estuviera detrás de mí. No volví por mi bolso a la oficina, en los bolsillos de mi pantalón tenia mi teléfono móvil y dinero. Podía regresar a casa sin problemas. De loca volvía a la oficina, donde seguro había alguien. Di un par de pasos dirigiéndome a la salida, solo un pequeño foco en una esquina alumbraba el camino.
Di otro paso hacia atrás, con el corazón latiéndome en mi garganta. Quería correr pero sabía que mis zapatillas no lo permitirían. Mal día para usar tacones de 15 centímetros. Gire en media vuelta y choque con algo… No, era alguien.
Grite con todas mis fuerzas. Y empuje a lo que quiera que estuviera frente a mí.
-Jennifer, Jennifer… - Alguien tomo mis muñecas. –Tranquila, soy Rosty…
-¡¡Rosty!! – jadee y cese en mi pelea. –Me asustaste cretino – jadee, lleve una mano a mi pecho. Casi podía jurar que mi corazón se saldría de mi pecho.
-Deja de ver películas de terror – dijo entre risas.
-Cállate, tonto – bufe. –Casi me matas…
Regrese a mi oficina. Encendí la luz.
-No quería asustarte – dijo en la puerta.
-Si claro… - voltee los ojos. Me incline por debajo de mi escritorio y tome mi bolsa, mi suéter. -¿Qué haces aquí, por cierto? ¿Querías matarme de un susto? – chille.
-No, nena… Solo pase por ti, te esperaba abajo, en la camioneta. Entonces Vico me dijo que aun seguías arriba, así que subí. Después te vi en tu oficina, y decidí…
-Darme un susto de muerte – gruñí. –Lo lograste, gracias…
-Lo siento… no fue mi intención. Además quería poder besarte sobre tu silla, pero entonces decidiste salir a ver quien estaba afuera. Apague la luz, con la esperanza de que volvieras, pero no fuiste predecible…
-Las películas de terror con Renata y Luna me han enseñado un par de cosas – dije con orgullo.
Rosty torció la boca en burla. Pero después de un segundo alzo los hombros y me atrajo a su cuerpo con un brazo.
-Yo puedo enseñarte un par de cosas más.
-¿Ah si? ¿Cómo cuales? – acaricie su rostro. Su barba rasguñaba la palma de mis manos.
-Como esta… - bajo la cabeza al hueco entre mi cuello y mis hombros. Su lengua paso por mi piel, estremeciéndome.
Rosty saboreo mi piel durante horas. Mi cuerpo ya dolía de tantas mordidas. Dolía de tanta acción. Ya no podía ver mi oficina como antes.
Riendo y tomados de la mano, salimos por la puerta trasera de la tienda. Una vez en el callejón, Rosty me aventó a una pared, y me subió hasta que mis piernas lo abrazaron de la cadera.
-Me tienes vuelto un adicto al sexo, Jennifer – decía mordiendo mis hombros.
-No es mi culpa ser tan sexy – respondí.
-Claro que es tu culpa, pequeña perversa – dijo y apretó mi cuerpo aun más.
-Robert, llévame a casa – logre decir una vez que su boca dejo la mía.
Rosty besaba jodidamente bien.
-Ok – me puso en el suelo y caminamos hasta su camioneta.
Me ayudo a subir y después él subió del lado del conductor. De pronto una idea fantástica me azoto.
-Oh mierda – fingí que mi brillo labial se había caído. Rosty ya manejaba por la calle. No se imaginaba lo que tramaba.
Bese su pierna encima de la tela vaquera de sus jeans. Dio un respingo.
-¿Qué tramas? – pregunto a pesar de saber la respuesta.
-Nada – respondí inocente. Abrí sus jeans y libere su pene.
Estaba tibio. Grande. Listo para mí. Relamí mis labios. Rosty se detuvo.
-El semáforo esta en rojo – anuncio con un hilo de voz.
-Perfecto.
Me incline hasta sentir su punta contra mis labios. Comencé a besarlo. Rosty apretó con fuerza la bocina de la camioneta.
-¡Mierda! – grito.
Seguí con mi ardua labor. Metía su hombría dentro de mi boca y succionaba con fervor. Aquello era algo extrañamente delicioso. Nunca había sentido tantas ganas de comérmelo, literalmente.
-Oh sigue…
Rosty acaricio mi cabello. Echo el asiento para atrás y logre hincarme frente a él. Lo mordía un poco de vez en vez, y acariciaba su saco con ternura.
-Oh nena…
Escuchar a Rosty jadeante por mi causa me hacia sentir completamente feliz y al mando. Él era mío, solo mío.
-¿Te gusta? – pregunte, a pesar de sospechar la respuesta.
-¡Me encanta!
Él seguía detenido. Quizá era de madrugada, ya que habíamos pasado la mayor parte de la noche en mi oficina, “trabajando arduamente”. Rosty acaricio mi nuca. Supe que quería, su respiración era jadeante y pesado.
-Un poco más por favor…
Me incline una vez más, perdí la vista de su rostro perlado de sudor, con el ceño fruncido y los ojos cerrados.
Unos minutos después, Rosty tomo mi nuca y me alejo de él. Estallo en un rugido poderoso. Sonreí orgullosa. Estire la mano hasta mi bolso y tome un pañuelo para limpiar su desorden.
-Eres un chico muy sucio – dije al tiempo que limpiaba su cuerpo, y parte del asiento.
-Jenn… - decía cansado. –Eres estupenda… - me atrajo a su rostro y me beso. Subí a horcajadas sobre él.
Paseo las manos por mis piernas y llego a mi trasero. Lo apretó y me mojo. Basta decir que escuchar los ruiditos de placer de la voz ronca de Rosty me tenia súper excitada. Saber que yo le provoque un orgasmo me inflaba el pecho, sentía que volaba. O quizá eran los besos y las manos que recorrían mi cuerpo cada noche, cada mañana y cada media tarde, siempre que podían.
Ignoro como es que logramos pasarnos al pequeño espacio detrás de los asientos principales de la camioneta. Lo único que se, fue que grite su nombre con fuerza, pero que él tapo mi boca para no despertar a media ciudad. Estalle en su boca como él estuvo por hacer conmigo.
Relamiéndose los labios me atrajo de nuevo a su cuerpo y beso mi cabello.
-Jamás me cansare de hacerte el amor – soltó y me abrazo.
-¿Seguro?
-Por mi vida – respondió. –Jennifer… ¿quieres vivir conmigo?
-Rosty, yo…
¿Qué demonios estaba pasando? ¿Cuándo dejamos de ser solo una aventura y pasamos a algo más serio?
-Ya… - Rosty tenso la mandíbula. –No digas anda. Te llevo a casa… a tu casa, supongo – me dejo en el asiento de atrás mientras él se acomodaba adelante.
Lo vi alborotar su cabello. Lo conocía tan bien, que sabia que esa acción era igual a frustración. No dije nada, hasta que llegamos fuera del edificio donde vivía.
-Servida – dijo sin soltar el volante.
-Gracias – me pase al asiento de enfrente, tome mi bolso. –Ros…
-Cuídate – corto serio.
-Igual – le di un beso en la mejilla y baje con velocidad de la camioneta. Rosty no encendió el motor. No lo escuche. Intentaba abrir la puerta de la entrada. Por las noches la cerraban. Pero por los nervios o quizá por el miedo a la reacción de Rosty no lograba encontrar la llave adecuada. Escuche un portazo.
-Jennifer… - Rosty jalo mi codo con cuidado, para que lo mirara. -¿Qué sientes por mi? Dime.
-Rosty… - ¿Qué se supone que diría? ¿Eres la mejor persona que he conocido en mi vida? ¿Mi mejor amigo? ¿Mi pilar? ¿Mi héroe? No, me mandaría al carajo. Mire sus ojos celestes. Esperaba por mi respuesta. No quería lastimarlo, pero lo cierto era que no sabía que sentía por él. –No lo se… - baje la mirada.
-Entiendo – dejo mi brazo. –Cuando lo sepas… me buscas…
-¡Rosty! – grite cuando se encamino a su camioneta.
-¿Si?
-Te quiero… - musite. –Eres mi mejor amigo, la mejor persona que conozco. El único hombre que se que no romperá mi corazón. Puedo confiar en ti.
Rosty sonrió.
-Soy más que eso, Jennifer. Solo que aun no te das cuenta.
-Mereces algo mejor que yo…
-No… - negó con la cabeza.
-Si… Rosty… - Odiaba tener que pensar que estaría con otras. Lo necesitaba. Lo quería a mi lado, siempre. Pero tenía miedo, miedo de decir las palabras que me llevaron a la ruina.
-Jennifer… - Rosty tomo mi rostro. –No te hare daño, nunca. Eres la mujer más hermosa que he conocido. Jamás te haría daño… jamás.
Sonreí.
-Solo quiero estar contigo, ser tu amiga, estar a tu lado. Que me abraces, que estés conmigo…
-Si eso es lo que quieres, así será – beso mi frente.
-¿Quieres pasar? – me separe y removí una vez más mi bolso en busca de las llaves. Rosty me quito el bolso y abrió un zíper de uno de los lados de mi bolso, saco las llaves.
-Si quiero – respondió y abrió la puerta.
Una vez dentro del departamento. Rosty me arrastro a mi habitación.
-Tranquila, solo dormiremos – dijo serio.
-Te creo – asentí.
Comenzó a despojarme la ropa. Quede en ropa interior, se volvió a mi armario y tomo mi camisón de seda.
-Prometo firmemente no tocarte – dijo mientras me invitaba a alzar las manos y meterme dentro de la prenda. Una vez dentro, lo deslizo hacia abajo, tocándome con sus dedos. –Falle, lo siento – se disculpo con un puchero.
-Esta bien – camine hasta mi cama, pero Rosty fue más rápido, e hizo a un lado las cobijas para que me metiera y me arropara.
-A dormir, hermosa – me metí dentro de las cobijas.
-¿Dormirás conmigo?
-Si es lo que quieres, si – dijo y empezó a quitarse la ropa. -¿Quieres que este… desnudo?
-Boxers esta bien – respondí.
-Así será – dijo y entro a la cama como se lo pedí.
Me abrazo, rodeando mi cintura con su brazo. Su calor me envolvió por completo.
-Buenas noches, Rosty – bese su pecho.
-Aaauh – ronroneo. –Buenas noches, Jenn – lo vi cerrar los ojos.
¿Así sería un día entero con él? Abrir los ojos entre sus brazos, y cerrarlos de nuevo al anochecer. Siempre, entre sus brazos. Rodeada del aroma cítrico de su perfume. Sentirme segura todo el día porque él me… me quería. Él me quería, me quiere. Cerré los ojos y me uní a la respiración tranquila y pesada de él. Pegue mi cabeza a su duro pecho. Escuchando el bum-bum de su corazón termine por caer en un sueño profundo.

3 comentarios:

Ale de Moesia dijo...

Uff que capi amore gracias por la Posdata!!! te amooo mi beu!! ame el capi ese Rosty uffas!!! me requete puede!!! Ojala Jenn se de cuenta de cuanto la ama por que ya la ama y si es dificil dejar tus sentimientos al descubierto por que te haces vulnerable... La entiendo pero el ya paso la prueba!!! xD ademas uffas despertar a su lado ha de ser Dios!!! ia tengo mis teorias con respecto a chupar y manejar xD jajaja quiero ser el conductor designado!! Gracias amore espero el proximo capi ansiosa!!!! Quiero saber la sorpresa de jenn a las chicas jajaja y lo de la tia vico me sosprendio =0 dios quiero mas Maldita Delicia Deliciosa!!! :D Te amooo mi Beu escribes super duper genial!!!
Suerte!!
XAu!!

Ada Parthenopaeus dijo...

que puedo decir ... amo a rosty.... ypoero por favor dejame a Dorian.....XD y que digo que digoooo awwwwww!!!!!!!!!!!!!!! ame este capitulo y esa escenita en le baño fue majestuoooosooooooo oh cariño... no quieor que acabe.... asi que puye s GRACIIIIAS GRACIASSS GRACIIIIASSS AMO TES FIC.... ES TAN YU NPOU... TAN HOT ... TAN MI SENSIE que es unico

VioletaHerondale dijo...

Rosty es tierno pero no me convence para mi Jen, tss ella es lo máximo (?)
Quiero un Lex porfavor!
mañana termino esta tempo y empiezo la dos :3 a dormir mi Beu love ya!

Las chicas del Té de Lemmon

LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...