diciembre 16, 2011

Maldita delicia, tercera temporada. Capitulo 2

¿Listas para más delicia? ¡Yo si! Dioses, que emocionada que estoy con esta nueva temporada. Gritemos juntos :D (¡!¡!¡!¡!¡!) Sin más preambulos, disfruten este nuevo capitulo... Y recuerden, pronto estreno de El lado Oscuro y capitulos nuevos de Cuando los planetas se alinean :D Besocos xoxo♥ Cambio y fuera.


Nota del autor: ¡Oh siiiii! Ya llego... XD Te amo mi Ale♥
2. Lealtad


Luna miro con los ojos muy abiertos a su amiga. Podía apostar que su corazón amenazaba con salirse de su pecho. Julien tenía el rostro perplejo, sin podérselo creer, una suave sonrisa se formo en su masculino rostro.
-¿Qué haces… aquí?
-Viene conmigo – Luna la tomo de la mano, mostrando total apoyo hacia su amiga. -¿Dónde esta tu hermano?
-Salió – contesto. -¿Son… se conocen?
-Es mi mejor amiga, mi hermana – contesto Luna a la defensiva, levantando una ceja.
-Ya veo…
-Esperare a Tristan en la sala… -anuncio Luna caminando hasta el salón y se sentó, obligando prácticamente a su amiga a sentarse junto a ella.

Julien quedo confuso. La chica de los ojos verdes más hermosos que hubiese visto estaba frente a él, bajo el mismo techo, respirando el mismo aire. Seguramente odiándolo. No. Él no tenía tanta suerte. El odio, como dicen, es un sentimiento pasional. Él no tenía siquiera su odio. Estaba seguro.
De pronto todo su valor se fue al carajo. Sentándose frente a las chicas, los tres se quedaron en silencio. Luna acariciaba a Conan, Renata retorcía sus dedos y Julien miraba el escote de Renata bastante concentrado. ¡Como pudo ser tan imbécil! Teniéndola a su alcance y echando al caño esa oportunidad. ¡Maldición!
-¿Dónde estuviste tanto tiempo, Renata? – finalmente se había animado a hablar.
Los ojos verdes de ella se posaron en él, y sintió que el cuerpo le flotaba.
-Fue de viaje con su novio – contesto Luna, alzando la barbilla.
Julien asintió. Luna defendía a su amiga a capa y espada, con uñas y dientes. Así que era una guerra. Él sabía cómo pelear.
-Tristan salió con una amiga, supongo que tardara – dijo dejando caer la espalda en el sofá. Notoriamente cómodo.
A Luna le hirvió la sangre de inmediato.
-Lastima – hablo Renata. Obligo a su amiga a ponerse de pie. –Luna tiene una cita – dijo. Luna la miro sorprendida. ¿Cita? No se atrevió a desmentir a su amiga.
-Bien por ella.
-No quiero que llegues tarde, Luna. Mejor nos vamos… - prácticamente arrastro a su amiga hasta el ascensor.
Renata quería salir de ahí. El aire comenzaba a faltarle. Julien… Ese hombre hacia que sus piernas temblaran y su cuerpo necesitara de su toque. Deseaba que su mirada celeste se posara en ella, en cada pulgada de su anatomía. Que la explorara a conciencia, siendo salvaje y tierno. Solo que todo eso estaba en su mente.
-Yo… - Luna tomo a Conan entre sus brazos y camino finalmente rendida.
No supo como resistió a no partirle la cara a Julien desde el primer momento en que lo vio. Él había menospreciado a su amiga, merecía que le partiera las bolas.
-¡Vamos, Lun! – susurro Renata.
La morena asintió. Pulsaron el botón para bajar, cuando las puertas se abrieron.
-¡Luna! – jadeo Tristan. –Hola… - enterró la mano en su nuca, nervioso. –Pensé que llegarías más tarde. Salí por un pastel… Chocolate, ¿te gusta? – el mayor de los Van Gulick solo tenía ojos para ella.
-Ya nos vamos… - Renata se aclaro la garganta. Ella quería salir de ahí, cuanto antes. Su corazón aun no se normalizaba y se preguntaba cuándo comenzaría a respirar por la boca y jadear.
-Oh, no, no por favor – pidió Tristan. –Más tarde las llevare a su casa. Solo un minuto…
Luna sintió el apretón de la mano de su amiga sobre su antebrazo.
-Solo un rato – dijo Luna.
-Bien – Tristan sonrió y las guio hasta su comedor. –Pensé que ya te habías ido, Jules – se sorprendió de ver a su hermano en la sala.
-Decidí quedarme… - se acerco a su hermano. –Mmm, pastel. ¿Cervezas?
-No. Hay café en la cafetera…
-Puagh. ¿Con whisky?
-En la alacena – señalo Tristan hacia la cocina y dejo el pastel sobre la mesa. Lo destapo. El pastel redondo se veía delicioso. De chocolate.
Ambas chicas se relamieron los labios disimuladamente.
-¿Café?
-Si – asintió Renata sentándose a la mesa.
-El mío frio… - pidió Luna sentándose junto a su amiga.
Julien rebusco en la alacena y encontró la botella de Jack Daniels casi llena, la llevo a la mesa y se sentó frente a Renata. La chica desvió la mirada.
-¿Cómo has estado?
Luna no contesto esta vez, mordió su lengua. Pero no dejo de perforar a Julien con la mirada. Fiera y dispuesta a atacar. Nadie lastimaría a su amiga. No mientras ella estuviera con vida.
-Muy bien – respondió ella. Negándose rotundamente a mirarlo a los ojos. Sabía que se perdería en su mirada. Lo sabía.
-Hey, Luna… - llamo Tristan desde la cocina. La morena pego un brinco. Julien soltó una carcajada. Luna choco los dientes. – ¿Puedes ayudarme?
La chica se puso de pie. Pero antes levanto una ceja mirando a Julien en advertencia. Desapareció en la esquina del pasillo. No quería dejar sola a su amiga, quería matar a Julien.







-Tu amiga me odia – murmuro Julien recargando los brazos sobre la mesa.
-No eres tan afortunado – señalo acida. No solo lo odiaba, sabía que Luna estaba dispuesta a cortarle la garganta.
-Lo sé – confirmo con una amarga sonrisa.
Ella no podía quedarse callada más tiempo. Quería explotar.
-Encontraste otra mucama, supongo.
-¿Perdón?
-Alguien más que te hiciera la limpieza. En tu nuevo departamento…
-No te entiendo.
-Oh – hizo una mueca cínica. –No me entiendes, ¿uh? Cuando limpiaba tu departamento te importaba una mierda lo que dijera, ¿ah? ¿¡¡NO!!? – dio un golpe en la mesa, furiosa.
-Entiendo que estés enojada…
-¿Enojada? – hablo con voz aguda. –No, no estoy enojada… ¡Que va!
-Bien, entiendo… - el semblante de Renata lo hizo enmudecer. No estaba enojada. No, estaba que se la llevaba el Diablo de ida y de regreso. Sus orejas estaban rojas y sus labios tensos. Se acobardo. Él, un Van Gulick se sintió miserable y pequeño al lado de Renata.
Bajo la mirada.
-Lo siento…
-¡Me importa una mierda! – gruño Renata mirando de reojo hacia el pasillo por donde había desaparecido Luna, asegurándose de que nadie la escuchara. – ¿Sabes? En serio eres un imbécil. Al menos pudiste haberme dicho que te importaría una mierda mi vida.
-Yo nunca…
-¿O crees que por tener dinero – lo interrumpió – puedes tratar a las personas como basura? ¿Cómo simples mucamas que hacen la limpieza gratis con la promesa de mostrarles como golpear? ¡Bah! – jadeo tomando aire por la boca y poniéndose de pie. – ¡Amigo! Tú no sabes nada de mí. Nada de mi vida y dudo que te interese…
-No es verdad… - se puso de pie también, sobrepasando la estatura promedio de Renata al menos por 20 centímetros, quizás más. Cosa que no menguo la furia de Renata, que con los puños cerrados contenía todo su cólera.
-¿Y sabes algo más? – lo señalo. –Pudiste haberme tenido en tu cama en un parpadeo – Julien abrió grades los ojos y ella le propino un puñetazo en la nariz, provocando que él callera hacia atrás.
Renata jadeo realmente sorprendida. Sus días en el gimnasio de chicas y sus clases de defensa personal habían rendido frutos. Julien sangraba a borbotones.
Ella sonrió complacida, tomo su bolso y camino al ascensor.
-Dile a Luna que la veo luego. Aquí huele a marica – finalizo entrando al ascensor.
Antes de que las puertas se cerraran logro ver a Julien poniéndose de pie con dificultad, aun con la nariz sangrando. Ella se sentía victoriosa y renovada. De cualquier forma, ese cretino se merecía eso y más. Y ella lo haría pagar.

-¿Qué necesitas, Tristan? – Luna entro a la cocina.
-No se usar la cafetera – dijo como un niño pequeño que ha sido regañado.
-¿Lo dices en serio? – se acerco a él.
-Muy en serio. Mary siempre hacia el café para mi, ahora está de vacaciones en la playa y me tengo que hacer cargo…
-¿Mary es tu…?
-¿Qué? ¡No! – jadeo alarmado. –Es mi ama de llaves. Mi nana, dice ella. Es una mujer asombrosa de muchos años. Te caerá bien…
-Oh – asintió, sintiéndose tonta. –Pues es fácil. Mamá tiene una en casa, pero la odia. Mi padre la compro porque una vez confundió la bolsa de café molido con el de grano entero – decía, tomo la bolsa de café y un filtro. –Solo colocas el filtro aquí… El agua por aquí, y el café aquí. La enciendes y listo – presiono el botón y la cafetera comenzó a funcionar. –Es fácil, ¿lo ves?
-Ya veo. Soy un imbécil.
-No presumas – le guiño un ojo, se dirigía a la salida.
-¡Hey! – la jalo del brazo. –Quizá… si les damos un poco de privacidad.
-¿Cómo? ¡No! – chillo. –Tu hermano… es…
-No te agrada para tu amiga – sentencio.
Luna bajo la mirada. No solo no le agradaba, lo odiaba. Lo odiaba con el fuego de miles de soles.
-Julien es un buen tipo. Ha pasado por tanto que siempre está a la defensiva. Ha vuelto a ser mi hermano y lo conozco. Es un buen tipo – aseguro. –Si le hace algo a tu amiga, yo mismo le partiré las bolas – prometió mirándola.
Sin discutir ella se perdió en sus ojos pardos. En esa sonrisa amigable y tierna. No logro articular palabra, solo asintió. Rindiéndose.
-Si… - suspiro.
-Ahora, ¿Qué tal una enorme rebanada de pastel? – la tomo de la mano llevándola al comedor.
Julien limpiaba su nariz con una servilleta de tela. La cual estaba completamente roja. Tristan soltó la mano de Luna y corrió a ayudar a su hermano.
-¡Jules! ¿Qué demonios te paso?
Julien sonrió de lado.
-Nunca subestimes la fuerza de una mujer, Tris – término de limpiar su nariz. Su camisa estaba roja también.
-No entiendo…
-Renata lo golpeo – informo Luna, con una mueca burlona. –Creo que mi amiga no necesita que tu le rompas las bolas a tu hermano después de todo – Luna sonrió divertida, al tiempo que Julien la perforaba con la mirada. Ella sostuvo su mirada y levanto una ceja. –Mi amiga puede sola con cualquier lame bolas de la ciudad. ¿No crees Jules?
El interpelado choco los dientes.
-Como digas, preciosa – se alejo de su hermano. –Nos vemos después, Tris. Quizá necesite la dirección de Christine más tarde, parece que te diviertes mucho con ella – le guiño un ojo a Luna y bajo por el ascensor.

-¿Tu amiga lo golpeo? – se giro hacia Luna que aun estaba de pie ante el comedor.
-¿Quieres más pruebas? – tomo la servilleta ensangrentada con asco entre las puntas de sus dedos.
-No – le quito la servilleta y la arrojo a un bote de basura. –Jamás me imagine…
-¿Qué ellos se conocieran? ¿Qué tu hermano la utilizo para limpiar al cuchitril donde vivía y que la boto después como si mi amiga fuera nada? – Luna estaba agitada, esta vez no era la presencia de Tristan lo que la tenia así.
-¿Conocías a mi hermano?
-Si – contesto.
-¿Sabias que él conocía a tu amiga?
Luna asintió. –Así como sabía que mi amiga se había sentido peor que invisible a su lado.
-¿Desde cuándo sabes que él y tu amiga…?
-No insinúes nada, Tristan. Ellos no tuvieron nada que ver. Nada. Como dije, tu hermano la ignoro olímpicamente cinco días. Cinco. Mientras mi amiga hacia lo imposible por sacarle una frase coherente, más allá de los estúpidos monosílabos que tu hermano sabe. Es un idiota.
-No sabes nada de él.
-Y me importa una mierda saberlo – sentencio. Tomo su bolso, su abrigo y Conan apareció a su lado como si supiera que era hora de irse.
-¿A dónde vas?
-Esta claro hacia dónde va mi lealtad – finalizo, tomo a Conan entre sus brazos y entro al ascensor.
-Y esta claro hacia dónde va la mía…
-Muy claro – levanto una ceja.
Las puertas se cerraron, dándole una última vista de Tristan.

2 comentarios:

Ale de Moesia dijo...

Dioses!!!! NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO
Es muy chiquito!!!! u.u Como puedes dejarme asi????? No es justo!!!! hare huelga!!!!!!! Dx
JAjajajaja Esa Luna y ese Julien me encantan xD jajajajajajaja miradas asesinas chan chan!!!
Y Luego zaz Tremendo golpe de Rens y su fuerza oculta xD Saco el Fua xD
Aqui huele a marica... Tan epico que me lo imagine tipo viejo oeste!!! xD
Lealtades!!! Dioses!!! Que no se peleen Luna y Trish.... dicen en mi pueblo que no suden calenturas ajenas xD
Asi como el capi fue chico tambien mi coment y ahora con tu permiso me sumire en depresion hasta nuevo aviso xD
Malaaaaaaaaaaaa!!!! U_U

Ada Parthenopaeus dijo...

hhahahahaahhaha muy bueno.... selo enie merecido porimbecil creo que le pego muy pasito porque anda muy boncon Jules ... ahi me encantoo mi Beu

Las chicas del Té de Lemmon

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