noviembre 19, 2010

Maldita delicia. Capitulo VIII

Hola, como cada viernes nuevo capitulo de Maldita delicia. Uf, secretos descubiertos. Fíjense en los detalles, es un buen consejo que les doy :D

Y bueno, disfruten de este fin de semana. Ah, por cierto. Ale... ¿para cuando nuevos capitulos de tus fics? ¿Eh? me tienes con el Jebus en la boca! D: No se vale. Te amo de cualquier forma y estoy profundmente agradecida con las Diosas Destinos de ponerte en mi camino o de ponerme en tu camino XD Te amoooo! :D Y a ustedes chicas, gracias por comentar ;) Enjoy


8. El León y la verdad


Emily Wildest


Ya habían pasado dos semanas desde mi ultima reunión con los abogados, el señor Deline y… él. Mis días en la universidad estaban pesados. Tenia que preparar los exámenes de mis alumnos. Que consistían en un par de preguntas capciosas. Solo para que los muchachos pensaran un poco.


-Emily… ¿Tienes un segundo?
-Solo uno Dorian, tengo muchos pendientes.
-Bien, solo quería ofrecerte una disculpa. Me comporte como un adolescente. ¿Crees que podamos tomarnos un café más tarde?
-Descuida, Dorian. Y lo siento no puedo, tengo que verme con mi abogada.
-¿Todo en orden? – pregunto, parecía preocupado.
-Claro, un par de papeles. Es todo, gracias.


Asintió y dejo mi oficina.


Al menos había aceptado que se puso como niñito. Ahora éramos adultos, las niñerías dejémoslas para los niños. El adulterio para… ok, basta. Mi mente empezaba a divagar.


Toda la semana estuve distraída. El día en que vi a Logan, esperaba encontrar a mis amigas en la cafetería, pero solo estaba Jennifer. Me dijo que Luna y Rens habían tenido un “momento” no grato. Esas dos resolvían con tanta rapidez sus problemas que la cabeza te daba vueltas si eras espectador.


Mi teléfono sonó y me hizo dar un brinco. Mire la pantalla que encendía y apagaba, era Ann Cohen, mi abogada.


-Hola, Ann.
-¿Qué tal Emily? El señor Lacrosse quiere estar presente en la reunión de hoy – directo al grano. Así era ella.
-No.
-Emily, - sonó como regaño – el señor Lacrosse es importante para el bar, lo sabes. ¿O no?


Espero en silencio.


-Ok, ok… entiendo.
-Parece que no te cae nada bien Lacrosse, ¿ah?
-Pues no, la verdad es que no. Pero dejare mis problemas lejos de los negocios. Si quiero que esto funcione, dejare que este en la reunión. Solo quiero que le quede claro a él, que es mi bar.
-Eso le quedo claro la última reunión, Emily. A la que no pudiste venir – recordó.


La ultima reunión. Eso había sido el viernes pasado. Me hice la ocupada y no fui. No quería verlo. No podía verlo. Recordar era lo menos que quería hacer estando él cerca. No quería que fuera Luna, ella es… demasiado explosiva, incluso más que yo. Si algo le decía Logan sobre mi, seguro que ella atacaría directo a la yugular. Mejor no arriesgarse.


-Bien, te veo en la mesa de siempre, ya sabes que pedir para mi, ¿ok?
-Ok, whisky en las rocas. Lo tengo. Buen día, nos vemos pronto – colgó.


La cita era en un bar llamado Francesco. Muy conocido, ahí se habían cerrado tratos importantes. Así que era una tradición ir ahí, y ponernos al día de las cosas del negocio.


Para mi desgracia, el tiempo paso como de rayo. Pronto eran las 5 de la tarde.


-Adelante – le dije a quien quiera que estuviera tocando mi oficina.
-Hola, me dijeron que viniera a ver a la profesora Wildest – alce la mirada apenas escuche esa voz.


El tipo sin duda era guapísimo. Se caía de bueno, si me preguntan.


-Si, soy ella. ¿Qué deseas?


Yo podría darle todo lo que deseara, todo. Esa barba, su cabello despeinado y sus ojos claros, pero de remate y directo a la razón, esa ligera sonrisa. Me estaba mojando, sin duda.


-Soy el profesor de Historia del Arte, Patrick Snyder – estiro una mano, le tendí la mía sin parecer desesperada por sentir su piel.-Bienvenido a NYU.
-Gracias…
-¿Y por que te mandaron conmigo? – pregunte. –Siéntate.
-Si, gracias. Bueno, en la dirección me dijeron que como ambos impartíamos materias optativas, por lo tanto, compartiríamos oficina. Dijeron que traerían otro escritorio a las cinco – miro su reloj.
-Bien. Te dejo mis llaves, yo tengo un asunto que resolver, ¿Patrick o prefieres profesor, o señor Snyder?
-Patrick esta bien, ¿puedo llamarte Emily? – sonrío.
-Claro… - tome mi bolso. Antes de salir le di el juego de llaves. –No las pierdas, que son las únicas que tenemos. Y es un lío llamarle al cerrajero. Adiós, bienvenido nuevamente.


Asintió y lo mire por última vez antes de salir disparada a la calle.


Me divertiría estando en mi oficina, que después ya no querría salir de ella, estaba segura.


Mi nueva camioneta me llevo sin problemas al bar acordado. Le di las llaves al Valet Parking, entre y en la mesa de siempre, la del fondo cerca del piano de cola, estaban ellos. Ann, mi abogada, y Logan, mi peor pesadilla.


No era una pesadilla, al menos no lo era cuando estábamos juntos. Él siempre fue atento conmigo, tierno, cariñoso, me sentía protegida a su lado, y cuando me pidió matrimonio le dije que si con un grito. Pero después…


Después al ver a mis hermanas con sus enormes panzas y sus problemas maritales, preferí huir, dejarlo plantado en el altar. Tenia miedo, miedo de lo que fuera a pasar con nuestro perfecto amor. Él me odio por supuesto. La boda se cancelo, no teníamos muchos invitados, solo amigos de él y mis hermanas, que ya sabían lo que iba a hacer, pero como buenas cómplices guardaron el secreto. Ahora ellas… bueno, ellas eran jodidamente felices con sus esposos. Alegaron que a toda pareja recién casada les llegan sus problemas, pero que saben resolverlo porque hay amor. Bonito consejo después de dejar a Logan, ¿no?


Poco después de dejarlo plantado, me entere que iba a comprometerse con una chica ligeramente más joven que él. Era linda, parecía una muñequita. No me dolía que se casara con ella, lo que me dio directo al corazón, fueron sus palabras: “Ella si es comprometida”. ¿Insinuaba que yo no era comprometida?


Por supuesto que lo era, solo que también era una estúpida, una miedosa. Me deje llevar por un miedo sin fundamentos. Y bueno, eso me sirvió para ampliar mis horizontes. Conocí todo lo que alguna vez planee conocer con él. Probé otros labios y me estremecí en otros brazos. Pero siempre, y para mi condena, siempre extrañe su musculoso pecho agitado, su voz entrecortada clamando mi nombre, sus manos grandes sobre mi cuerpo y esa barba, que él acostumbraba, raspando mi piel. Si, para mi desgracia… aun lo amaba.


-Hola, Emily – Ann me estrecho la mano y se hizo aun lado. El sofá era suficientemente grande para las dos, pero aun así se movió un poco, quede frente a Logan.
-Emily – saludo Logan.
-Señor Lacrosse – solo eran negocios, él y yo no gramos amigos.
Ann se aclaro la garganta.


-Bien, procedamos… Como le decía señor Lacrosse, el bar esta a cargo del Sr. Deline, pero sabemos que la señorita Wildest es la dueña, claro eso en conjunto son la señorita Phellan – Ann sacaba un par de papeles que Logan tendría que firmar, si quería ser inversionista y participar en el proyecto tenia que acatar todas las reglas.
-¿Señorita Phellan?
-Si, es dueña también del bar – explico Ann.
-Hmm, Emily... ¿podrías contarme como pasaste de inversionista a dueña del bar?
-Señor Lacrosse, usted limítese a los negocios, las historias del bar, se quedan en el bar – tome mi vaso con whisky.
-Señorita Cohen – ahora atacaba a mi abogada para obtener la información - ¿Podría usted ser tan amable y contarme como paso?


Ann me miro y asentí.


-La señoritas Wildest y Phellan, invirtieron dinero en el bar, después… el lugar iba a ser demolido, por tal razón el señor Deline lo vendió. Las nuevas dueñas lo impulsaron con nuevas ideas, el señor Deline quedo como gerente, los empleados siguen igual, solo fue cambio de dueño. Ahora el bar prospera.
-¿Para que necesitan un nuevo inversionista si al bar le va muy bien? – pregunto Logan después de escuchar la historia.
-Bueno, la señorita Wildest, quiere abrir un nuevo bar en Las Vegas, el señor Deline tiene un nuevo equipo allá, así que si todo va como hasta ahora, su inversión, señor Lacrosse florecerá.
-Ok, eso me queda claro. Por eso invertí. Dime, Emily… - me miro. Tuve que tragar todo el whisky de una vez para tener un pretexto de no hablar - ¿para qué un nuevo bar? ¿Huirás a Las Vegas?


Eso ya era un ataque. Bien, no le daría el gusto.


-Señor Lacrosse, puede que me case allá con alguien comprometido y haga una fiesta en mi nuevo bar, ¿no cree? – alce la ceja. Ahora trágate tus palabras, ¡bastardo!


¡Dios, necesitaba a Luna! Necesito sus groserías conmigo.


-Vaya, una boda, eso si es bizarro, al menos para ti, Emily – sonrío y bebió de su vaso.

Ann, nos miraba en silencio, después se puso de pie y se disculpo unos minutos.


-¡Firma o lárgate, Logan! –le grite dando un manotazo en la mesa, me estaba sacando de mis casillas.
-Ahora te dignas a llamarme por mi nombre, ¿ah? – Se inclino sobre la mesa. –Emily… me encanta cuando te enojas.
-Pues me amaras porque estoy dispuesta a romperte la cara ahora mismo, cretino. ¿Dónde esta tu esposa perfecta, ah? ¿La dejaste en California? Cuidando a los niños, ¿ah? – me burlaba.


Pero… ok, él podía tener hijos, pero yo tenia a mis amigas.


-Dame los papeles… - tomo el folder en la mesa. Lo giro con rapidez y firmo sin leer. –Nos vemos… señorita Wildest – termino su bebida de un trago. – Yo invito, linda.


Se dirigió a la barra, señalo la mesa y se fue.


¿Por qué no siguió discutiendo? Mire su firma, sus trazos difíciles y perfectos. Como él.


-¿Se fue? – Ann se sentó en el lugar de Logan. Una vez que regreso del tocador.
-Firmo antes – le tendí los papeles. –Todo esta pagado, nos vemos después. Buen día y gracias, Ann.
-Hasta luego, buen día – guardo los papeles en su portafolio y salio detrás de mi.



_*_
El enojo y la furia y todo lo malo que deambulaba en mi cuerpo y que me tenia como un fantasma lo días siguientes a la reunión con Logan, solo podían calmarse con un par de tragos y muchas risas de por medio.


Luna era la indicada. Ella bebía en cualquier ocasión. Jennifer solo cuando quería pasión; Renata solo cuando era una fiesta; yo al igual que Luna éramos de las que bebían para todo.


Deje que Patrick saliera del cubículo que compartíamos y me perdí en su redondo y firme trasero. Me sentía una de las chiquillas que tomaban su clase solo para verlo y podía entenderlas, claro. Yo también me hubiera matriculado en su clase y perderme con gusto en esos ojos claros y su mirada tierna. Uf, él si que era un buen historiador.


Decidí por fin llamar a mi amiga. Además de que tenia días sin verla, al parecer el trabajo ya nos absorbía a todas, y si quería tener un buen día con la sonrisa de Patrick a mi lado y poder disfrutarla como se debe, tenia que quitar todo el estrés de mis hombros y Luna sabía como hacerlo.


La llame, y como siempre, Luna contesto al quinto tono.


-¿Emily?, ¿Qué pasa?
-Solo para invitarte unos tragos.
-Cerveza – me pareció escucharla ronronear.
-Vale, ¿Dónde siempre?
-¡Uf! Sip, nos vemos afuera.
-Ok, en quince minutos estoy en tu trabajo…
-Ham… vale - ¿Acaso Luna Phellan tardo en decidirse?


Nah, quizá solo su jefa le llamo.


-Nos vemos, Lunática, adiós.
-Adiós – colgamos.


Como habíamos acordado, la esperaba fuera de su edificio. Ella salio corriendo y subió de un brinco a la camioneta.


-Andando, muero por una bien fría – dijo y se coloco el cinturón de seguridad.
-Lunática, ¿qué pasa? – le dije sin encender la camioneta.
-Nada – dijo ella y miro a la calle.
-No me iré sino me dices – amenace tomando con fuerza la palanca de velocidades.
-Te lo diré si me llevas a embriagarme – dijo con voz trémula.
-Ok – eso era una promesa.


Fuimos a nuestro bar. Era soberbio llamarlo así. Nuestro.


Luna bajo de la camioneta o de “La güera”, como la había llamado Renata. Arthur nos saludo en la entrada, pasaban de las siete de la tarde y el lugar no tenia ni un alma, un par de personas, más tarde empezaba el ambiente.


-¿Lo de siempre, Luna? – pregunto un mesero. Luna asintió y pidió un poco de limones y sal.
-Bien, ya estamos aquí, ahora dime que pasa.
-No, tu dime como te va, tienes esa vena saltando en tu frente – observo señalando mi rostro.
-Ok, solo son problemas en la Universidad – evadí sus ojos.
-Ja, si claro… Algo pasa, dime que es. ¿Es Dorian? ¿Se le bajo cuando te lo hacia?


Estallo en risas, las pocas personas del bar voltearon a verla y sonrieron. Luna no se calmo hasta que nos trajeron la primera ronda. La destapo con su llavero y empezó a beber como nunca antes. De un sorbo casi termino la botella. Eso indicaba que se confesaría pronto.


Bebí a la par de ella, se me hacia injusto escuchar sus secretos sin estar igual de borracha que ella. Además, tenia un punto a mi favor, la cerveza no me hacia efecto tan rápido.


-Ya va, dime que pasa – chupo un limón. Sus ojos estaban rojos y sus pupilas dilatadas.
-Pues, hombres – bufe.
-¡Dios! ¡Cómo los odio! – termino su quinta cerveza y abrió otra.
-¿A ti que te pasa?
-Mi trabajo, es muy pesado y no puedo mirar como yo quisiera… - gruño y se empino la botella.
-¿Mirar como quisieras?
-Si, ya sabes. Por ver no se paga, pero yo… yo pagare Emi.
-Hmm - torcí la boca. Eso no me daba pistas ni nada.


Al parecer Luna no soltaba la lengua estando borracha. Maldita sea.


-Y tu… ¿acaso es el tipo que me llamo la otra noche?
-¿Tipo?, ¿Cuál tipo, Luna? – tome su mano para que no evitara mi respuesta llenando su garganta con cerveza.
-Si, uno con voz ronca, como los que te gustan. Me llamo… déjame recordar – cerro los ojos – ah si, el jueves o algo por el estilo, la semana pasada creo.
-¿Y que te dijo?
-Nada, solo me pregunto cómo te conocí, supongo que va a secuestrarte… - estallo en risas. –Perdón, es que me acorde del “falo caído” amigo de Jenny, Dios, no le digas que le dije Jenny – ahora si estaba borracha.


Mire a la cubeta que teníamos al lado, ahí contábamos las cervezas que llevábamos, Luna tenia al menos unas diez y yo, como unas 6, después de todo no le lleve el paso.


-¿Te dijo algo más, Lu?
-Nah, solo eso. Bueno, si, algo más, me dijo que era el nuevo inversionista, que solo recolectaba información. Y después nos quedamos de ver para comer. Claro, como es inversionista de esto – miro alrededor -, supongo que estaba bien comer con él, ¿a que no? – termino su doceava cerveza.
-El tipo esta guaperrimo – ronroneo. –Dijo que era tu amigo… que amiguitos ¿eh? – de nuevo rió.
-No es mi amigo, Lu…
-¿Podrías llamar a Chuck? – dijo aventando una nueva botella vacía a la cubeta. Ahora el número se elevaba a trece.
-Ok, dime su número – saco con dificultad su Black Berry de sus jeans y la deslizo por la mesa.
-Esta en mi agenda – cerró los ojos y siguió la música con la cabeza.
-¿Luna? – la voz de un hombre contesto.
-Hola, soy amiga de Luna, Emily, me dijo Luna que te marcara.
-Oh, hola Emily, ¿Luna esta bien?
-S-s-no, no se – le dije honesta. Luna tenía los ojos cerrados, y aunque no parecía borracha, sus mejillas tenían un color rojo.
-Esta conmigo en el bar.
-Oh ya… si, me dijo que me llamaría – recordó el tipo.
-Supongo que Luna quiere que vengas por ella.
-Claro, ¿están en su bar? – pregunto.
-Si, aquí te espero, en la entrada le dices al hombre que vienes por Luna, ¿vale?
-Seguro, no tardo, gracias, Emily – el tipo se despidió y colgó.


-¿Lu, pequeña? – quite su cabello del su rostro, abrió los ojos.
-Estoy bien, ¿llamaste a Chuck?
-Si, ya viene para acá, ¿es tu novio?


Ella se destornillo de risa. -¡Qué va! Es un amigo de la secundaria – dijo y se puso de pie con dificultad. –Whoa, mejor me siento.



-Lu… ¿el señor Lacrosse dijo algo más?
-Algo más, ¿Cómo de qué? No Emily, si te preocupa saber que me dijo, como un secreto tuyo o de él, no. Pero él quiere saber de ti. También me llevo a un bar a perderme en alcohol, pero no bebo con desconocidos – dijo con otra cerveza en la boca.


-Bien – suspire aliviada.
-Pero yo si le saque un par de cosas – dijo con una risilla contenida en sus labios.
-¿Qué cosas?
-Su esposa murió, por eso volvió – me miro a los ojos y esos ojos grises me recordaron a Logan…

3 comentarios:

Ada Parthenopaeus dijo...

OMG!!! OMG!!!
OMG!!!
BEU DE SPIERR QUEDE ocnla boca abiertisiima ... pobre Luna luchando con todo lo que siente y ahor a Logan Viudoooo.... pobre y mi Doerian lo esta ignorano por completo pobre mi Bebe ya le quiero cuidar y Lunatica...
dIOS esta historia cada vez se pone mas buena ... bueniiiisiiimmaaaa!!! a joder quiero saber mas!!!
gracias Beu

Karla Medina dijo...

wooooooooooooooooooooooo, estuvo muy lindo el capitulo, y algo emotivo pobre de Logan, su esposa murio, me encanto gracias por escribir esta linda historia

VioletaHerondale dijo...

Santos ángeles benditos! que regresó porque la otra está muerta? WTF con el Logansin??? mátenlos tss xD
no pues pero ah que salga Dorian pls Beu :3

Las chicas del Té de Lemmon

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