Indomitos!! Capitulo 1!!

Hola chicas!!!

Que tal sus dias? espero esten de lujo y pasando genial estos dias!! Las clases absorben, cambios de horario, de escuela, de salones, de amigos etc...
Que les cuento que mi adorada Beu me hizo esta hermosa portada!!! Me encanto!!! definitivamente tiene talento!! :3

Y bueno les dejo el primer capitulo espero les guste n.n y el miercoles subo 5 bodas y un funeral! Buen fin de semana!!!

Saludos!!
Besos!!
Xau!! :D

Las amooo <3<3

Capitulo 1: Apasible…

“Dejemos que el pasado sea el pasado”-Homero

-¿Cuánto tiempo pasa para que sane un corazón?- Sophie cuestiono a Travis mientras su cabeza se recargaba en el hombro de su amigo. Ambos eran los únicos niños en aquella sala de espera del hospital.

-No lo se… supongo que depende cual sea el daño- Contesto el niño de aproximadamente unos 10 años mientras tomaba la mano de la niña con fuerza.

El tiempo en aquel lugar había pasado de minutos a horas de forma tan lenta y dolorosa. Su madre había ido al supermercado, ella la había visto en la mañana mientras hacia la lista de las cosas que faltaban para su novena fiesta de cumpleaños.

Su madre no la había llevado con ella ya que había detalles que aun deseaba mantener como sorpresa. Como el regalo de cumpleaños que había elegido hacia alrededor de un mes para ella, aquel camafeo en forma de corazón con incrustaciones de esmeralda y rubíes daban un delicado y laborioso toque. A primer vista daba la clara impresión del laborioso y cuidadoso trabajo puesto en el. Dentro de este ella misma había mandado a poner una foto de Sophie, su padre y ella.

-¿Los familiares de Susan Stevenson?- El doctor busco entre la sala e incluso repitió el nombre con más fuerza hasta que los niños se posaron frente a él. Sophie limpio sus lágrimas mientras seguía tomando la mano de Travis.

-Yo soy su hija…-La voz de la niña se quebró incluso antes de salir de su boca.

-¿Estas tu sola? ¿Tu padre?- Pregunto el doctor con suavidad y urgencia. La niña miro al piso dejando que las lágrimas que escurrían en su rostro cayeran en el piso.

-Viene en camino, se encontraba fuera de la ciudad… le avise hace un par de horas- Travis hablo porque su amiga no parecía ocupar su cuerpo, su mirada se perdió en el suelo, lo único que le indicaba su consciencia era el agarre de su mano que cada vez tomaba más fuerza

-Pequeña tu madre sufrió un accidente muy grave… - Sophie pudo contemplar en su mente el rostro de su madre mientras le cantaba una vieja canción de cuna. Las palabras se exteriorizaron, careció de conciencia para interpretarlas. Sintió los brazos de su amigo sujetarla fuertemente.

-Hicimos todo lo humanamente posible…-Termino el doctor con las palabras y Sophie se desconecto del mundo.

-¡¡Shophie!!-Escucho una voz en algún punto llamándole.

Su frente estaba perlada de sudor y sus ojos se anegaron de lágrimas. Se incorporo de su cama y se sujeto el pecho para asegurarse que el camafeo estuviera colgando y recordándole a su madre siempre. Una enfermera le había dado los efectos personales de su madre aquel día. Ella había visto aquel camafeo envuelto en una caja de color rosa con un moño magenta.

Era lo más cercano que tenia de sus padres, ahora ambos estaban juntos como en la fotografía que descansaba en aquel corazón colgante, era lo único que le reconfortaba. Porque después de la muerte de su madre ella y su padre nunca estuvieron en paz de nuevo.

El se culpaba por su ausencia ese día, mientras que ella por no haberla acompañado. Ambos estuvieron con sus culpas, incluso cuando su padre se casó 2 veces más, él no fue el mismo y las continuas deudas o quizás la falta de felicidad propicio que su corazón dejara de latir una tarde de otoño hacia ya 5 años.

Travis fue a su habitación y se acerco a ella, le retiro los cabellos del rostro para mirarla. Ambos vivían juntos desde hacía 3 años, siempre habían sido amigos, ahora compartían la casa donde había vivido Sophie con sus padres y que ambos le habían dejado según el abogado familiar que había leído la cláusula donde se le nombraba heredera universal. No es que a sus 23 años no pudiera irse a vivir a otro lugar, pagar su renta y sobrevivir lejos de aquella ciudad en la cual tenía todos los recuerdos de su infancia pero simplemente se rehusaba a dejar atrás todo. Seria tener consciencia de que todo terminaba y lo sola que estaba. Además ella y Travis estaban juntos.

Eso era lo mejor de todo.

Por su parte su amigo le había hecho la promesa de nunca dejarla, de siempre estar a su lado, ahora que ambos vivían juntos compartían muchas cosas. El siempre procuraba que ella sonriera, nunca la dejaba sola, la apoyaba y Sophie por su parte que él se alimentara de algo más que frituras y chocolates a granel.

-Tranquila sophs…-Travis la rodeo en un abrazo mientras ella hundía su rostro en el pecho desnudo de su amigo, por inercia inhalo su aroma fresco, su loción aún seguía en su piel bronceada debido a las horas que solían pasar nadando en la playa.
Alzo su mirada para toparse con su rostro en la oscuridad, la tenue luz apenas y le iluminaba las facciones, incluyendo su ceño preocupado. Su simple presencia la tranquilizo.

-¿Te desperté?- Pregunto la chica sin separarse de aquel abrazo ni tener la mínima intención de hacerlo, todo se veía mejor desde aquellos brazos que la consolaban siempre, justo como ahora.

-No, yo estaba viendo la televisión y comiendo helado- Travis pudo sentir como su amiga esbozaba una tenue sonrisa, la suavidad de su cremosa piel le reconfortaba a él también. – ¿Quieres un poco de helado?- Travis conocía el por qué Sophie despertaba así, pero el hablarlo ahora no era lo mejor. Él prefería que se distrajera, que no se enfrascara, después de todo no era un psicólogo ni la iba a psicoanalizar a las 2 de la mañana. De nada serviría.

Sophie lo miro con los ojos chispeantes, agradecía a todo lo bueno que su vida no fuera una mierda total, tener a Travis a su lado siempre lo había visto como la forma en que alguna fuerza sobrenatural le retribuía un poco de la vida.

Travis la tomo en brazos y la llevo a la cocina sin que tocara el piso en ningún momento, la sentó en un sofá mientras él se perdía en la cocina para servirle helado.

-Lindo modo de dormir- Sophie levanto una ceja mientras miraba el short de color Índigo que hacia resaltar su piel.

-De hecho duermo desnudo…- Travis se rio fuerte y ella entrecerró los ojos especulativamente.

-¿De verdad?- Ahora la sorpresa y un tenue rubor le cubrieron ambas mejillas e hizo que el calor en su cuerpo se igualara al del medio día.

Su amigo se rio aun mas fuerte mientras caminaba con dos tazones de helado de vainilla, prometían refrescar además se veían realmente deliciosos.

-No te miento jamás lo haría…-La miro fijamente y no pudo evitar sonreír aún más cuando miro el encantador color que había adoptado su amiga.

-Te sienta muy bien el rosa- Travis le guiño un ojo y ella giro los ojos, se puso en pie tomando un tazón y llevándose el fresco bocado a la boca, un poco de este cayó sobre su camiseta de tirantes blanca.

-Que sexy...-Su amigo se reía pero se preguntó cuan ilógico era querer pasar su lengua por la comisura del labio de la chica que también tenía una pequeña pero tentadora porción de aquella crema congelada. Un tirón de consciencia le llamo la atención y se dedico a comer sin pensar en algo de lo que después pudiera arrepentirse.

Después de comer helado se acurrucaron en el sofá, debido a que Sophie se rehusaba a irse a su cama, por lo que Travis se quedó con ella encantado mientras hacían el zapping en la televisión, dándose por vencidos al recorrer todos los canales incluyendo los de cable y decidiéndose al fin por una película.

-No sabía que también te gustaba Vin Diesel… -murmuro Sophie cuando su amigo ponía “Las batallas de Riddick”.

-¿Vin Diesel?-Pregunto fingiendo desconcierto.

-De hecho la trama es buena… pero ya que lo mencionas…- Lo miro y guardo una sonrisa. Travis siempre la hacía sentir mejor, además la risa de su amigo le calentaba el corazón.

Pasaron un par de minutos para que los diálogos de la película sirvieran como arrullo para la chica quien se acomodó a penas había comenzado el filme en el pecho de su amigo. Su respiración en algún punto el dejo tranquila y convirtió el silencio en paz.

Travis la observo tranquilo, su gesto se tenso cuando la escucho decir en la obscuridad un nombre que le erizo la piel. No es que el no estuviera acostumbrado a verla salir con alguien. Hacía apenas 5 años que el comenzaba a ver todo con más claridad y dolor; La amaba de muchas formas y la que le aterraba de cierto modo era amarla como mujer. Ahora mismo podía ver la piel interminable de sus piernas expuesta. Trago lentamente y desvió su atención a la pantalla.

-¡¡Ya es tarde!! ¡¡Ya es tarde!!- Grito Sophie apenas y abrió los ojos mirando el reloj que se encontraba junto al televisor.

-Travis es muy tarde…- El hombre abrió los ojos intentando adaptarse a la luz del día. Solía desvelarse a menudo, era viernes y a pesar de que su día había comenzado prematuramente el no sentía cansancio alguno. Cerró los ojos de nuevo y encerró a su amiga entre sus brazos.

-Llegare tarde déjame levantarme- Su amigo solo gruño, y la pego aun mas a su pecho.

El sonido del móvil de Sophie retumbo en la habitación. Era el que ella había asignado a Sasha su amiga.

-Travis no me hagas morderte…-La mirada que soltó la chica de apenas 1.68 de altura hizo que el muchacho lo pensara, hasta que la libero de aquella cárcel matutina que formaba con los brazos.

La mujer sonrió de forma triunfal mientras contestaba el teléfono.

-¿Nena sigo esperándote con el café en la mano?- La melodiosa y escandalosa voz de su amiga la hizo sonreír mientras sacaba un par de jeans y una playera. Era viernes, lo cual significaba vestir casual sin los tacones y con ropa más cómoda.

-Se me ha hecho tarde...-Murmuro apurada.

-No tardes… Kevin no tiene mucho humor hoy...-Dicho lo ultimo colgó.

Kevin era su jefe, nunca había tenido problemas con él. Quizás por que había sido uno de los mejores amigos de su madre, quizás por que realizaba bien su trabajo que consistía en escribir la columna “Llanos y Praderas” del periódico local, ella prefería pensar en la segunda opción, no quería ventajas en algo que ella amaba hacer.

Se ducho rápido mientras tarareaba a Lily Allen, completo su rutina matutina vistiéndose y por ultimo dirigiéndose a la cocina para tomar una manzana.

-Tu café…-Travis le tendió su termo rojo mientras sonreía.

La chica salió de prisa surcando el camino en su bicicleta. Su trabajo quedaba bastante cerca, además sabia que dentro de unos días podría ir a comprar un auto “decente” como le decían sus amigos.

El día en el periódico fue despacio. Sasha se quejaba de su última cita y su afición por los videojuegos. La imponente mujer de tez morena y mirada esmeralda estaba acida ya que su mejor vestido no había podido competir contra Halo. Sophie se perdió en la plática, porque su amiga no paraba de hablar.

Kevin no estaba molesto, solo tenso ya que al parecer habían mandado a alguien importante a “su” periódico y llegaría el lunes, eso alcanzaba a explicar de manera nerviosa en una junta improvisada en la sala del café.

Al final del día Travis pasó por Sophie en su camioneta. Ese había sido el obsequio que su padre le había dado cuando se caso hacia un par de años atrás. Al parecer el señor Daniels no sabía cómo decirle a su hijo que se casaría después del divorcio con su madre.

Su matrimonio con su ahora esposo y anterior entrenador de Golf, había sido la novedad en el pueblo. Así que cuando Travis lo supo no hizo gran comentario. –El amor viene en la forma, en el tiempo y en la persona adecuada- Esas habían sido las únicas palabras que le había dicho, seguido de su apoyo incondicional.

Su padre no sabía cómo manejar su situación así que lo llenaba con obsequios y dinero que Travis no le pedía, él trabajaba como editor de imagen en una editorial, su trabajo consistía en tener “buen ojo” para que las imágenes dijeran más que mil palabras, capturar la esencia de una publicación. Y por ello le pagaban bastante bien.

-¿Qué tal el día?-Pregunto a su amiga mientras aseguraba la bicicleta en la parte trasera.

-Ya sabes no hay nada nuevo...

-Hay una fiesta…-Sophie sonrió automáticamente. Solo eso bastaba como contestación y su amigo lo sabía.

-Solo debo cambiarme…-Travis negó con la cabeza.

-Así estas bien…-Soltó a su amiga quien revolvía su bolsa buscando rímel y gloss. Ella lo miro como si acabara de decir una blasfemia.

-Travis Dylan Daniels necesito al menos cambiarme los tenis- Evito reír. Sabía que utilizando el nombre completo de su amigo el siempre cedía de una u otra forma.

-Sophie Stevenson yo te digo que estas perfecta así… además es una reunión en casa de Stuart…-Menciono el nombre como si no fuera obvio el punto al que intentaba llegar.

-¡Oh!…-Solo alcanzo a decir. Stuart tendía a ser demasiado relajado, incluso sus fiestas eran de lo más alocadas pero introspectivamente se consideraban naturales. No parecía esforzase ni esperaba que lo hicieran los demás.

Antes de llegar a la casa de Stuart ya se podían mirar las filas de autos, camionetas y motocicletas que yacían en el jardín y en la calle aparcados. Solo había un auto que resalto de la forma más petulante y extravagante en el lugar; Un Lambourgini Diablo de color negro. Travis silbo apreciando aquella -“ingeniería mecánica”- como dijo en voz alta.

Ambos estacionaron la camioneta mientras caminaban el tramo de jardín que mostraba indicios de lo cerca que se encontraban de la fiesta.

-Ahí están...-El hombre de cabello negro y sonrisa socarrona llevaba una camiseta azul, el cabello revuelto y completamente entretenido.

-Stuart… - Chillo Sophie cuando al saludarlo el aludido la tomo en brazos y la levanto del suelo.

Travis sonreía hasta que a lo lejos miro acercarse a Hannah de la mano de un hombre, que por la pinta era el candidato más viable para perfilarse como dueño del auto que había admirado minutos antes.

-! Hey¡…- Saludo Hannah y todos se giraron a ver a la chica rubia que portaba un atuendo casi sencillo, de no ser que las etiquetas seguramente evidenciaban a algún diseñador. Ella era la viva imagen de lo que se espera de California. Cabello caoba con reflejos perfectamente cuidado, bronceado exacto, con tarjeta de crédito sin límite, una fantástica casa y una familia de renombre. Su madre tenía su propio programa de variedades y un lugar en la revista de Forbes al igual que su padre que se dedicaba a la inversión en la bolsa. Todo parecía pintar en un futuro ideal, por el que muchas chicas morirían o venderían el alma solo para obtener un poco de aquello.

Hannah a pesar de toda la ventaja que la vida le había concedido era de lo más humilde y sencilla que se pudiera imaginar a pesar de la primera impresión. Hacia donaciones anónimas en diferencia de algunas amigas que amaban la cámara demasiado como para posar frente a un cheque. Ella prefería a los amigos con los que estaba, se sentía normal y sobre todo querida no solo por lo que usara o donde viajara, solo por ser la tímida Hannah.

-Hannah…-Stuart dejo la sonrisa de lado cuando miro al hombre junto a ella.

Era en más de una forma atractivo, su sonrisa invitaba a probar aquellos labios rellenos, su cabello castaño despeinado, su mirada era penetrante y cautivadora, pero a la vez dejaba notar que la arrogancia brillaba en sus ojos azules con motas grises que los hacia resaltar aun con la tenue luz y debajo de ese saco y esos jeans se aseguraba un cuerpo digno de la hoguera de las vanidades.

Todo iba tranquilo hasta que Sophie y el hombre se miraron, no era una mirada de extraños, era todo lo contrario. Había confusión en las grisáceas orbes de la chica.

-Patrick…-Atino a decir. Travis reconoció aquel nombre, era el que susurraba por las noches Sophie. Y sin proponérselo la sangre le hirvió.