octubre 14, 2011

Maldita delicia, segunda temporada. Capitulo XXI

¡Lindo viernes con frio mis chicas! :D

Tal y como lo prometi. O al menos asi se lo prometi a mi Ale♥ Hoy viernes les tengo el capitulo 21 de Maldita delicia -Como lo dice el titulo de este post, obvio-. Pense que no terminaria de ajustarlo. Ya que primero lo leo, lo releo, lo edito, le agrego cosas, lo leo, lo releo, lo edito de nuevo y al final le quito cosas o le agrego nuevas, y sino me gusta, todo comienza otra vez. ¿Todo para qué? Para que todas ustedes tengan una perfecta creacion -o casi perfecta-. Los escribo con mucho cariño y con cierta obsecion XD
Sin más les dejo el capitulo, disfrutenlo. Ya saben, el blog no ha muerto, pasenle la nueva direccion a sus amiguitos: tealemmonparty.blogspot.com ¡Recomiendennos y visitemos! :D
¡Cambio y fuera ♥!
21. Grecia

Los días habían pasado sin contratiempos. Luna y Renata andaban más sonrientes que nunca.


El cumpleaños de Renata estaba en puerta. Renata intento sacarle la sopa a Luna, pero siempre con los mismos resultados. “Yo no sé nada, mi Rens, lo juro”, repetía Luna algo acongojada. Eran mejores amigas así que al menos tenía que saber algo. Pero esta vez desconocía cualquier sorpresa que Jennifer y Emily le tuvieran a Renata.“No te diré nada Lunática, no insistas”, una tarde había ido a visitar a Jennifer. Con el pretexto de ir por su vestido negro. Jennifer no la dejo pasar, solo le dio el vestido en el pasillo y la llevo a una cafetería cercana por un frappe. Al menos con el estomago y la boca llenas, Luna no preguntaría nada más. Emily había aplicado el mismo plan con Luna cuando la morena la había ido a visitar al departamento en Manhattan, donde vivía con Logan. La hermana de Emily, Scarlette vivía ahora en el antiguo departamento de Emily. “Basta, Lunática”, repetía sin cesar. “No diré nada, nada, ¿oíste?”, la había señalado con el dedo antes de que entraran en el cine.

Para Luna, hablar en el cine era pecado mortal. Así que las dos horas que había durado la película no había dicho ni pio.

***


-¿Qué les cuesta decirme aunque sea una pista? – Luna se quejaba con Jensen en la comodidad de los enormes sofás de él. Ella y él ahora pasaban el tiempo juntos. Eso tenía encantada a Luna, que casi siempre pasaba las tardes sola. Y no se diga a Jensen, él… Él simplemente estaba feliz.
-Es una sorpresa. Por eso no te han dicho nada – contesto diplomático.
Luna frunció los labios e hizo un mohín.
-Eso no es excusa. Soy la única, aparte de Rens que no sabe nada. Eso no es justo – ahora hizo un infantil puchero.
-Te vez tan sexy cuando haces esa cara – Jensen tomo su barbilla y la beso a conciencia.
Al menos ese tórrido beso la hacía olvidar que tenía que descubrir el secreto que celosamente sus amigas habían guardado una semana entera.
-Tramposo… - gimió una vez que Jensen termino el beso y acariciaba su cabello rizado.
-Pensé que te agradaría pensar en que le regalarías a tu amiga en vez de la sorpresa que le espera – levanto los hombros.
-Ya tengo su regalo – sonrió. –Desde hace meses…
-¿Oh si? ¿Qué es?
-Es sorpresa… - sentencio y se puso de pie. –Tengo hambre… - sobo su estomago directo a la cocina.
Jensen la siguió y juntos comieron un emparedado de jamón y pollo que gustosa Clarisse les preparo. Una vez que lo terminaron, ambos sobaban su estomago con sonrisas satisfechas.

-Solo quiero una pista – repitió por enésima vez Luna. –Una chiquita aunque sea…
-Pues deberías de ir a investigar por tu cuenta, Sherlock Phellan – la abrazo por detrás, mientras ella miraba por la ventana directo a la calle. Se estremeció cuando sintió el aliento cálido de Jensen rozar sus orejas. Su punto débil.
-No… - negó con la cabeza. –Descubriré algo y le arruinare la sorpresa a Rens.
-¿Lo ves? – beso su mejilla. –Deja las cosas como están y descubre la sorpresa junto con Renata.
-Si… - se giro para mirarlo. –Nunca fuiste más sabio, Jen.
-Yo diría que nunca lo ha sido… - una voz a sus espaldas rompió la suave burbuja en la que ellos se encontraban. Jensen giro para mirar hacia donde provenía esa burlona voz.
-¡Jason!
Su hermano.



***


-¿Pasa algo, Rens? – William tomo la mano de Renata mientras caminaban por Central Park. Las parejas a su alrededor hacían lo mismo, caminar de la mano, suspirar y besarse. Esa tarde de viernes, después del trabajo habían decido, más por elección de William que por gusto de Renata, dar una caminata larga por el parque.


Solo que Renata estaba distraída. Pensaba en su nueva relación con William. No estaba nada mal sentirse deseada y querida por un hombre de la talla del rubio. Adoraba que él la mimara y se interesara por sus cosas que tanta felicidad le enchinaba la piel. Y después, muy al fondo de su mente estaba Julien. Ese arrogante hombre de ojos eléctricos, ¿Por qué había ido a buscarla, si ella lo había dejado plantado?


-No, nada – sonrió lo más convincente que pudo. El rubio no se trago esa sonrisa. Se detuvo y la miro fijo a los ojos.
-Puedes decirme lo que sea, Rens. Cualquier cosa…
-Lo sé… Solo que son niñerías lo que pienso – bajo la mirada, avergonzada. –Es… mi cumpleaños.
-Oh… - sonrió divertido. –Estoy enterado… ¿El aumento de edad te tiene así?
-No – jadeo indignada. –Es la sorpresa… Me carcome la curiosidad. Es eso…
-Me estás diciendo media verdad, pero te lo paso por el momento – beso sus labios fugazmente.


***


Renata y Luna esperaban en el departamento de Jennifer. Luna tronaba sus dedos nerviosa. Angustiada y emocionada. Un nudo en su garganta no le permitía hablar, parte la sorpresa que desconocía, pero esperaba, y parte la llegada del mayor Wyngarden a Nueva York.
-¿Pasa… algo? – pregunto despacio Renata, en la soledad de la salita de Jennifer.
Sentadas una al lado de la otra esperando a Jennifer desde hace más de una hora.
-Jason, el hermano de Jensen llego hoy – soltó finalmente, y el nudo de su garganta desapareció.
-Eso huele a problemas – murmuro intentando sonreír.
-Huele a que correrá sangre – gimió ella pasando las manos por su rostro. –Jason no es… Jackson. Es… el peor hermano del mundo. ¡Dios! Era el único que se alegraba de la partida de Jensen. Lo hubieras visto – lamento.
-Diablos… ¿Y Jensen que piensa?
-Dijo que buscaría un lugar donde vivir, que no sea bajo el mismo techo que él. Pero sospechamos – agrego – que Jason planea algo. Algo gordo…
-¿Por qué?
-Tenia esa sonrisa… - recordó estremeciéndose. La sonrisa llena de triunfo y malicia en su rostro. Una sonrisa que te estremecía las entrañas y te las retorcía de miedo. Luna no podía aceptar en voz alta que Jason Wyngarden le daba miedo. Huía de casa de Jensen cuando él estaba ahí. Le daba la vuelta cuando en ocasiones iba a la preparatoria a burlarse de Jensen. Ella lo odiaba y le temía, pero no podía decirlo en voz alta. No sin lastimar a Jensen. Eran, de cualquier modo, hermanos.
Renata no supo que decir. Luna miraba a la nada. Y un segundo después le sonrió.
-¿Qué se siente cumplir diez y nueve más cinco? – chillo emocionada, tomándola de las manos y dando brinquitos aun sentada en el sofá.
Esta vez Renata sonrió completamente y levanto ambos hombros.
-Bien… Supongo.
-Se que quieres muchos regalos… Pero el tuyo lo guarda Jensen celosamente… - arrugo la nariz. –Dijo que arruinaría la sorpresa.
-Me encantara lo que sea que me des, ya que con tu amistad recibí el mejor de los regalos – la abrazo.
-No pueden haber empezado ya la fiesta – gruño Jennifer desde la puerta. Entre sus manos llevaba dos bolsas de plástico de esas donde llevan vestidos o trajes, ropa principalmente. Se acerco a ellas, con esos mega altos stilettos.
-No la empezamos – gruño Luna acomodando su cabello. Jennifer había dicho seria: Cabello suelto. Y Luna se desesperaba con el cabello suelto, al contrario de Renata, que le quedaba hermoso.
-Más te vale, Lunática – la señalo y le dio una bolsa. –Nada de curiosear, porque te desinvito de la sorpresa – sentencio.
Luna hizo un mohín y acepto con un cabeceo. Jennifer tomo la otra bolsa y jalo a Renata de la mano, directo a la salida y sin decir ni una palabra más.
Las tres chicas salieron del departamento de Jennifer y bajaron hasta la calle, donde las esperaba un hombre con dos caballos, uno blanco y el otro de un brillante color negro.
-¿Qué demonios? – jadeo Renata y Luna a la vez.
-No me preguntes, no sé nada sobre esto – aseguro dejando a Renata junto al hombre que asintió solemne y con media sonrisa. -¡Ah ah! – negó cuando Luna caminaba para estar al lado de Renata. –Tengo órdenes estrictas de solo dejar a la festejada – tomo a Luna a pesar de que ella se opuso por unos segundos y después agito la mano despidiéndose de su amiga que tenía la palabra pregunta, en toda su frente.

Renata espero junto a aquel hombre sin decir una palabra hasta que de pronto apareció William con un pulcro smoking.
¡Dios!
Su rubio cabello estaba peinado de lado, su traje era impecable y esa sonrisa en su rostro la ilumino.
-¡Feliz cumpleaños, Ren! – le dio una rosa roja y la tomo de la cadera para besarla a conciencia, robándole el aliento y mojándola de inmediato.
Renata se colgó de su cuello, temiendo que sus rodillas le fallaran y cayera rendida ante los pies de William. Sonrió como estúpida una vez que el rubio se despego para acariciar sus mejillas y mirarla fijamente a los ojos.
-¿Nos vamos? – la tomo de la mano y la ayudo a subir al caballo blanco. Afortunadamente esa tarde vestía unos jeans con una blusa marrón con unos botines altos.

Una vez que William monto el otro caballo, ambos corceles caminaron lentamente.
-Estas muy callada. Quiero suponer que mis caballos te han comido la lengua. Cosa que dudo porque danzo lujuriosa con la mía hace unos minutos – comento William, entre divertido y serio.
-Son hermosos – Renata acaricio la crin del caballo blanco. -¿Son tuyos?
-Ajá… - asintió. –Mi padre me los regalo.
-¡Wow! – jadeo la chica, con la boca medio abierta. -¿No los tienes en tu departamento o sí?
El rubio se carcajeo con ganas.
-No, cariño. Ellos viven en el viñedo de mi abuelo, en California.
-¿Los trajiste aquí solo…? – temía terminar la pregunta.
-Solo por ti, cariño – termino por ella.
-Eso es… Gracias – atino a decir, totalmente sonrojada y con el bombeo de su corazón a punto de salir de su cuerpo.


Anduvieron lento sobre los caballos. Renata sentía las miradas de sorpresa de la gente que pasaba al lado de ellos sobre las aceras. Iban deteniendo el tráfico, cosa que poco le importaba a William, que mantuvo la sonrisa deslumbrante todo el tiempo. Cuando atrapaba a Renata mirarlo de reojo, él le guiñaba el ojo y se ponía serio.


Renata no podía creer todo aquello. Era hermoso el gesto. Caballos. ¡Wow!


Se detuvieron cerca del edificio Dorado de Nueva York y bajaron de los caballos. Renata lo miro entrecerrando los ojos. Un hombre se llevo los caballos y William la tomo de la mano.


-La sorpresa aun no comienza – le dijo guiñando un ojo.
-¿No? –mordió su labio inferior.
Negó con la cabeza.
-Apenas comienza… - beso el torso de su mano. –Espérame aquí, ¿si? No te muevas, ¿lo prometes? – Renata asintió y lo vio alejarse corriendo en medio de la calle.
-¡Renata! – Rosty apareció al lado del edificio Dorado. -¿Cómo estás? ¡Feliz cumpleaños!
-Hola, gracias. ¿Qué haces aquí? – lo miro curiosa. Tenía una bata larga, como de boxeador y unas sandalias.
-Nada, solo me daba una vuelta. ¿Quieres conocer mi gimnasio?
-No puedo… espero a alguien – contesto.
-¡Oh venga! Solo tardaremos un parpadeo… Te hare una promoción. Dos por uno. Puedes traer a tu amiga Luna… - sonrió.
-Solo un minuto – levanto un dedo y lo siguió.
-Lo juro – asintió solemne y caminaron hasta su gimnasio.
-Hace frio, ¿no crees? ¿Gustas un café? – la jalo dentro de una cafetería.
Pidió dos cafés americanos y para él un trozo de pastel de chocolate.
Tomaron una mesa juntos.
-¡Oh mierda! Lo siento, lo siento… - le había tirado el trozo de pastel sobre la blusa y se habían manchado sus jeans también. –Soy un tonto… Lo lamento. ¡Vamos! En mi gimnasio hay un cambio de ropa… Vamos.
-No, no, descuida – Renata intentaba limpiar la mancha de chocolate de sus jeans, pero la mancha simplemente se agrandaba. No había remedio. Tendría que lavarlos.
-Vamos, vamos. No tardaras nada… Lo juro – sonrió.
El rubio de ojos tiernos y celestes la miro sin quitar la sonrisa de su rostro. Totalmente apenado.
Renata asintió y se dejo guiar hasta el gimnasio.

-Perdona el desorden. Hare algunas remodelaciones… - explico que más de la mitad del gimnasio estuviese cubierto por cortinas negras, solo dejaba libre el camino a las regaderas y los vestidores. Incluso su oficina estaba en la penumbra de una cortina negra. –Siempre tengo sacos de pelea, los aparatos de las pesas y esas cosas por ahí – decía sin mucha importancia guiándola a los vestidores. –Toma… - de un locker saco una bolsa larga de ropa. –Seguro te quedara bien. La última vez lo olvido Jennifer. Descuida – agrego ante la cara de espanto de Renata al imaginarse siquiera que era lo que Jennifer pudo haber olvidado en el gimnasio de su novio – no es lo que te imaginas.
-¿No? – alzo una ceja divertida.
-Lo juro. Ese tipo de vestidos no suele olvidarlos en el gimnasio – le guiño un ojo y salió de los vestidores cerrando la puerta.


Renata abrió la bolsa y saco un hermoso vestido color palo de rosa. Su mandíbula prácticamente cayó al piso. Era precioso. La tela era vaporosa y suave.
-¿¡Lista!? – dio un brinco al escucha la voz de Rosty al otro lado.
Miro de nuevo el vestido, sin podérselo creer.
-¿Estas seguro que puedo ponerme este vestido, Ross? – pregunto mordiendo su labio.
-¡Claro que si! – grito del otro lado. –Anda… No es la gran cosa.


Claro que si era la gran cosa. Jamás había visto vestido más hermoso.

Rápidamente se desnudo y se puso el vestido. Levanto la falda para caminar hasta un espejo de cuerpo completo al final del vestidor. Quedo boquiabierta ante su propio reflejo. Su nívea piel combinaba tan bien con el vestido que parecía estar hecho para ella, justo para ella. Cada curva se acentuaba en su delgado y pequeño cuerpo. Solo que había algo que faltaba. Miro hasta donde estaba la percha donde estaba el paquete del vestido y vio una caja blanca con un enorme moño rojo. ¿Por qué no lo había visto antes? ¡Oh! Porque miraba como posesa el hermoso vestido que ahora pendía de sus hombros. La tela rosa pálida se cruzaba por el frente de sus pechos y se dejaba caer al frente y atrás como una larga falda antigua, además de la pedrería brillante que estaba sobre su pecho izquierdo, dando un toque sensual; como si fuese un peplo moderno. Muy moderno y sexy.


Camino hasta la caja y la abrió, sacando de ella un par de zapatillas de tiras que combinaban con el vestido. Todo era como un sueño.
Los caballos con Will, el vestido…
¡Cierto! William… ¿Dónde demonios se había metido?
Calzando los stilettos de tiras salió de los vestidores, solo para que su pulso se desatara aun más.
Sus ojos se abrieron de par en par, amenazando con salirse de sus cuencas. Todos sus amigos estaban ahí. Luna, Jennifer, Emily – con vestidos similares al de ella pero en un tono diferente, para que ella fuera el centro de atracción – su hermano Vincent, Jack Phellan, Lex, Jared, Chuck, Rosty, Logan, Jensen – todos ellos vistiendo al puro estilo de Spartacus (su serie favorita) –algunos con togas, otros con armaduras, con sus pechos descubiertos, letales y sexys – lucían deliciosos. Ahora no solo sus ojos estaban abiertos, también su boca, que peligraba con derramar saliva.


-¡¡FELIZ CUMPLEAÑOS!!- gritaron todos.
La primera en abrazarla fue Luna. Tendiéndole una bolsa de papel café.
-Lo tengo desde hace meses, deseaba que tu cumpleaños fuera pronto – susurro en su oído sin soltarla. –Espero que te guste, Feliz cumpleaños – finalmente se separo de ella y sonrió. –Linda sorpresa, ¿ah? Ni yo puedo creerlo… - jadeo. Dejo que los demás la abrazaran.
Cada uno dándole un abrazo largo y otorgando su regalo. El último fue William.
Sonriendo el rubio, que vestía una toga larga color crema, dejando al descubierto su bien delineado cuerpo y músculos. Renata abrió la boca y la cerro inmediatamente. Sus mejillas se colorearon.
-Te ves preciosa… - acaricio sus brazos. –Feliz cumpleaños de nuevo – la abrazo y beso el cuello, estremeciéndola. –Más tarde y sin testigos te daré el resto del regalo – la miro a los ojos y la beso con ternura.
Embelesada, Renata asintió erráticamente, sintiendo un calor lamerle cada rincón del cuerpo.


-¡Ya, ya! – Jennifer pidió silencio. –Como todos saben, no están vestidos… así – miro fugazmente a Rosty -, por gusto. Bueno, en realidad si. Se ven excelentes. Más mi Rosty…
-¡Vamos, Jenn! – urgió Emily tomando de la mano a Logan. -¡Queremos ver lo demás!
-¡Si! – brinco Luna. Jensen la tomo de la cadera, tranquilizándola y enrojeciéndola de inmediato.
-¡Shh! – pidió de nuevo. –Feliz cumpleaños, Rens – jalo un extremo de las cortinas negras con la ayuda de Rosty.
Descubrieron una enorme mesa de banquete, ánforas de vino, copas antiguas, pilares en las esquinas y telas pendiendo del techo, velas encendidas, todo simulando la antigua Grecia. Renata estuvo a punto de llorar, de no ser por el beso abrasador de William.
Luna chillo emocionada. Emily jadeo por la sorpresa.

-Oh Dios – recorrió el lugar de la mano de Logan. Admirando cada rincón y detalle.
-Luna me dio la idea sin darse cuenta – explico Jennifer, cuando Renata se acerco para agradecerle la sorpresa. –Ambas están jadeando siempre por esos tipos deliciosos – sonrió. –Así que la sorpresa es para las dos – les guiño el ojo. –Ya después me agradecerás la armadura de Jensen, Lu – acaricio el hombro de Luna, cabeceando en dirección a Jensen que bebía sonriente junto a Logan.

-Se ve muy bien, Jennifer, gracias – Luna la abrazo. –En serio…
-Bah, no agradezcas. Ahora si me disculpan iré con mi Dios… - se alejo para abrazar a Rosty y acariciar su pecho desnudo.


Renata no se pudo creer la sorpresa todo lo que duro la noche. Ni sus sueños podían hacerle justicia a la decoración, casi podía sentirse en la antigua Grecia. Compartiendo vino y comida en aquel antiguo tiempo. Uno de sus sueños era poder ir a Grecia. Y ahora, era como si se cumpliera, como estar ahí. Solo que con todos sus amigos y disfrutando de una fiesta que parecía no tener fin.

Todos bailaban y bebían. Cantaban y reían.
Emily se comía a besos a Logan. Jennifer bailaba sensualmente con Rosty en el centro de la improvisada pista de baile. Su hermano platicaba con Jack, Jared y Lex también estaban agregados a esa charla. Y un par de modelos que seguro trabajaban con Jennifer también tenían esos lindos vestidos y sonreían embelesadas al ver a los solteros de la fiesta. Luna en un rincón charlaba con Jensen. Y Renata la miro fijo sin perder detalle cuando su rostro que estaba tan radiante de alegria de pronto se nublo por un halo de… Tristeza. La vio negar con la cabeza y tomar la mano de Jensen. Jensen negó con la cabeza y beso su frente antes de que se pusiera de pie y sin despedirse de nadie más, desapareció entre los pilares que decoraban el gimnasio de Rosty. Renata se disculpo ante el grupo de personas con las que platicaba y corrió para tomar entre sus brazos a su amiga.
Luna se sorprendió y sollozo más fuerte cuando sintió el confort de su amiga. Desplomándose.
-Dijo que lo hacía por mi bien – sorbió por su nariz. –Que se iba porque me quería y no quería que me involucrara…
-¿Por qué? – Renata se separo de su amiga y limpio su rostro con una servilleta.
-No se – confeso la morena, que tenia los ojos rojos y el maquillaje corrido por sus mejillas húmedas. Bajo la mirada y limpio su nariz con la servilleta que Renata le ofrecía. –No quiero arruinarte la fiesta, Ren – la miro disculpándose.
-No lo haces – aseguro Renata. –Si tú eres feliz yo también lo soy – agrego.
-Lo seré – sonrió. –Ningún hombre me va a derrumbar de nuevo. Si ese estúpido quiere irse y asegurarse de que este bien, estaré bien. Fue lindo mientras duro – sonrió, o lo intento, porque más que sonrisa, lo que se formo en su rostro fue una mueca de dolor. –La vida sigue…
-Así es, mi vida. La vida sigue… Y tú y yo la enfrentaremos juntas…
Se abrazaron y esta vez ambas lloraron. No de tristeza como hace unos minutos lloraba Luna, esta vez era la felicidad que se aproximaba a ellas.
Porque ningún hombre puede decidir el futuro de una mujer. No si él las lastima con mentiras, con sonrisas falsas y con caricias vacías. Con promesas que no será cumplidas. Con medias verdades que al final son completas mentiras.
Una mujer es valiente y libre, fuerte y decidida. Nadie podrá decidir por ella. Nadie. Ella luchara por formar su destino, y por hacerlo prospero y feliz. Sin lágrimas de dolor. Solo lagrimas de felicidad, de alegría, de amor.


La vida no se mide por las veces que respiras sino por aquellos momentos que te dejan sin aliento…

2 comentarios:

Ale de Moesia dijo...

Camelia me deja por fin comentar xD jajajajaja ufff desde ayer ya van 5 veces siii 5 que me lo releo amor de verdad que este capi es ufff lo amo lo amo!!! que envidia de esa Renata xD Osea y Willl ahora lo amo mas y mas cada dia mas!!! <3<3<3<3 y Luni!! oh por dios ese Jensen no la merece!!! he dicho!!! Por que Nadie solo una puede decidir si quedarse o dejarle ir a quien se ama o se quiere.... no puedes simplemente darle la espalda a todo.. a abandonar asi como asi yo lo se por que lo pase. No puede alguien venir a meterse en tu vida y luego desaparecer... decia una linea en luna nueva (he ahi por que es uno de mis libros amados y favoritos "Pense que el adormeceria el dolor, pero se limito a hacer si propio agujero en mi corazon... me sentia como un queso grouyer lo que me hacia preguntarme cuando me desmoronaria") Amor amo el capi e insisto quiero una fiesta asi!! ayer me puse triste llore por que eres una persona y amiga sin igual y maravillosa conmigo!!! TE amo!!! y tengo la firme creencia que las personas estan predestinadas a encontrarse y amo que asi nos haya pasado a nosotras!!! Mi Beu Eres una mujer valiente que tienen un fabuloso estilo al escribir!!! Gracias por irrumpir en mi vida y traerme alegria y sonrisas!!! Quiero una fiesta asi y te lo juro un vestido asi T_T quieroooo y unos troyanos, espartanos, tracianos, grecoromanos, macedonios xD uff lex y jared fueron!! hasta que se sabe algo de ellos ¬¬ ahora toy enojada con ese par xD Y jenny!!! awww la amooo jajaja el plan uff dioses!!! aaaa los caballos, el pastel!! osea todoooo!!! y el regalo de lunis!!! awww amor amo mi regalo aun lo veo y lo veo y no me lo creo!!! Te amooo gracias por todo tua poyo, amor para esta loca que tienes como amiga!!!
Besos!! :D
PD!! Quiero mas!!! en verdad ToT

Violet dijo...

En verdad este capi estuvo genial, primero la sorpresa, la fiesta que Jen organizo que barbara se volo la barda!!! esa Jen es fabulosa por eso le toco Rosty mmmhh Rosty...
Nata es super afortunada por todo y por tener a William... aaahhh.. William ese hombre me hace hervir, ufff!! creo que el es mi delicia favorita..
Y Jensen es un maldito HDP, bastardo, ojala se le sequen las bolas y no se le vuelva a parar nunca mas al muy cabron.... uff! bufe de enojo... Pobre Luni...

Las chicas del Té de Lemmon

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