enero 28, 2011

Maldita delicia. Capitulo XVI

¡¡Viernes!!

No debería estar emocionada, ya que hoy si hay escuela :( Pero... como hoy subo nuevo capi de MD, es decir Maldita delicia, pues me encuentro harto contenta :D

Mis queridas lectoras, espero que este capi les guste :) Y mi Cricri que ya se ha vuelto una adicta, espero que te guste :3 Las aprecio por leerme y por sus comentarios. Disfruten de este viernes, que acá en mi pueblo pinta para estar nublado. Espero que así sea, ya que iré a tomarme un frappe, a falta de alcohol, café XD ja. Cuidence y nos estamos leyendo x)


Enjoy ^^





16. Déjame hacerte el amor por primera vez...
Luna Phellan

-Rens dijo que después venia – informo Chuck entrando a la cocina. Dejo el paquete del pan para emparedados en la mesada.
Preparaba algo de jamón con queso manchego para derretirlo sobre un sartén. Producto de una visita de Rens a mi departamento.
-Oh, que bien. ¿Dijo algo más?
-Nah. Regresaba del supermercado – dijo. Él le untaba mayonesa a los panes.
-Bien… - no pude evitar observar su trasero. Enfundado perfectamente en esos jeans oscuros.
-Termine – anuncio y me acerco los panes.
Coloque el jamón en medio y él lo adorno con rebanadas de tomate y algo de lechuga. Se veían muy bien. ¡Y sorpresa!, no los queme.

Llevo los emparedados a la mesa y sirvió un poco de jugo de naranja fresco en un par de vasos altos. Era raro pensarlo siquiera. Pues esta mañana era… nuestra primer mañana juntos-juntos. Ya me entienden…

¿Recuerdan su frase… “–Luna… deja que te haga el amor por primera vez en tu vida…”?

¿Y después de eso yo me sentía envuelta en fuego…? Pues mi estúpido hermano marco por teléfono. A pesar de que rezongue y de que le dije que no contestaría, Chuck me obligo a contestar alegando que podría ser una emergencia. Finalmente me rendí y muy a mi pesar deje sus labios un rato. Por cierto, besa deliciosamente. Delicado y con furia. Mmmh.
Jack estaba ebrio. Cosa rara. Y estaba varado en medio de la nada, con nada más y nada menos que con Lex. No tuve más elección que ir por ellos. No tenían ni un quinto y creo que los habían robado en la dichosa fiesta a la que habían ido. Chuck me acompaño por ellos y después de golpear a mi hermano en el estomago lo lleve al pequeño loft que tenia sobre su taller. Lex vivía a un par de manzanas de ahí. Así que no nos desviamos mucho. Idiotas.
Cuando volvimos a mi departamento… pues las cosas se habían enfriado y volvimos a ser amigos. Chuck se despidió de mí, esta ves sin beso ni nada.
Tal vez se arrepintió, pensé.

La semana en mi trabajo comenzó de nuevo. Con Dorothea gritándole a todo el mundo, pero elogiando mi trabajo con muchas sonrisas. Y si… con Tristan deambulando por la Editorial. Paso un par de veces frente a mi oficina. La escena se repetía, las escritoras de quinta, lo miraban con ojos de cachorras calientes y él olímpicamente las ignoraba. Comenzaba a creer que era gay y que su pareja era Harry.
-¿Luna?
Alce la vista y para mis pulgas: ¡¡Era Tristan!! Sino hubiera traído jeans las bragas se me hubieran caído al suelo.
-¿Si? ¿Tu madre me necesita? – me puse de pie y cerré de un manotazo mi ordenador.
-No, no. Yo te necesito…
Eso se escucho tan sexy de sus labios.
-Ah. Si, ¿Qué pasa? – lo invite a sentarse. Él termino de entrar y cerró la puerta.
-Hmm… ¿Ubicas a Samantha Woods? – su tono era preocupado.
-Ajá. La modelo rubia – que tiene dientes perfectos, cabello hermoso y una sonrisa que hace que la desee muerta, pensé – alta y… bonita – resumí.
-Si, ella – asintió.
-¿Qué tiene?
-Quiero quitármela de encima – soltó. Y se desplomo en la silla.
-¿Qué? – chille, no me creía sus palabras.
Quitársela de encima. ¡Ya no serian novios!, grite en mi interior.
-Si, ella esta diciéndole a todo el mundo que somos… algo. Vamos, ella solo es una modelo que mi madre ama, no quiere decir que yo deba amarla – volteo los ojos. -¿Por qué sonríes?
-¿Eh? – Dios. –Ah nada…
-Si, mira. Se que puede ser tu amiga, pero anda, ella no es mi tipo…
-Uh-hum – asentí. –No es mi amiga, por cierto.
-No soporto su sonrisa todo el tiempo – continuo. - Es linda y todo… Luna… ¿puedes… ayudarme a quitármela de encima? – casi rogó. Subió los brazos a mi escritorio y estiro sus manos hasta encontrar las mías.
Me encogí.
-¿Qué tienes en mente? – pregunte. Porque si me preguntan a mi… Mmmh.
-Bueno… será algo simple. Las demás chicas no… Iré al grano, las demás chicas no te quieren.
-Dime algo que no sepa – ironice y el sonrío.
Me lleva el Diablo.
-Si… Bueno, será algo… improvisado, para que se vea natural. Solo debes aceptar.
-Bueno, si quiero ayudarte. Se lo que es tener esa puta sonrisa mirándote todo el día – mi mano libre camino hasta la foto donde “retoque” a Samantha con bigotes, dentadura incompleta y cuernos. Se carcajeo y soltando mí mano tomo la fotografía y continúo riendo.
-Tienes un don – dijo divertido. –Bien. Entonces estas advertida – me devolvió la fotografía y se puso de pie.
¿Advertida?
-Gracias, en serio – sonrío una última vez y me sentí volar.

Después de eso. No lo volví a ver en toda la semana. El viernes cuando salí del trabajo Chuck me esperaba en la calle sobre su moto. Casi pierdo el piso.
-Hola, Luns – Hacia años que no me llamaba así. Sonreí.
-Hola, Chuck – corte la distancia entre la puerta del edificio de la Editorial y su moto. Dios, su moto… -¿Qué haces aquí?
-Bueno, vine por ti, ¿Qué no es obvio?
-Si, creo.
-Sube – me tendió un casco rojo y dándome su mano me monte detrás.

Disfrute del camino. Abrazada a su torso, recargando mi cabeza en su espalda y aspirando el aroma cuero y hombre de su cuerpo.
Llegamos a mi casa y subimos. Abrió la puerta con la llave de emergencia que tenia. Me hizo pasar primero y…
Casi lloro de felicidad.
Siempre desee una cena así. Con velas, pasta y vino. Él me conocía tan bien que nunca me percate de que tan lindo podría llegar a ser.

-Estuvo delicioso, Chuck, gracias – le dije después de la cena.
-De nada – devolvió la sonrisa y tomo mi mano entre la suya. Acariciando con su pulgar. –Todavía falta lo mejor…
Se puso de pie y me arrastro a mi habitación.
Miles de velas me daban la bienvenida, desprendiendo un aroma a vainilla y rosas. Y en medio de mi cama, un girasol.
-Chuck… - solloce. Me lance a sus brazos y no pude evitarlo, llore.
-Ya… no lo hice para que lloraras – acaricio mi espalda.
-Es que es tan lindo… - sorbí mi nariz. –Gracias.
-Shh – callo mis palabras con un beso.
Cerré los ojos y lo abrace.
Me desnudo con lentitud, sin prisas y mirando mis ojos.
Me tendió en la cama. Trague cuando él empezó a desnudarse. Su piel bronceada me tentó a tocarla. A pasear mis manos por sus músculos y por el hueso de su cadera.
Sonriendo beso mis hombros y bajo por la parte interna de mis brazos. Beso las cimas de mis pechos. Subió por mi garganta y atrapo mis labios entre sus dientes.
-Te dije que te haría el amor… por primera vez en tu vida… - sentencio nuevamente.
Sofoque un grito al tiempo que se unió a mi cuerpo, lento, suave, mirando mis ojos. Las muecas de placer de mi rostro y finalmente la sonrisa que se formo en mi rostro.
Tomo mi cadera y se aventaba tan despacio en mi cuerpo que me desquicio de inmediato. Sentía como me llenaba por completo. Sin dejar de besarme, continúo aventándose entre mis piernas, hundiendo su cara en el hueco de mi cuello y mis hombros. Suspirando y besando con una sonrisa mi cuello. Abrace su cuerpo con piernas y brazos.
Si… Nuestra primera vez. No tenia palabras para describir cuan maravilloso era sentirlo sobre mi cuerpo, sudando, besando, lamiendo y regalándome miles de gritos de placer. Su nombre lo pronunciaba entre jadeos, con la esperanza de que esto nunca terminara. Que me siguiera besando y lamiendo a la luz de las velas. Que siguiera besando mi espalda mientras tiernamente me hacia el amor, acariciando mi vientre y mi botón, anhelante de sus caricias.
Chuck me hizo el amor de muchas formas. Con la mirada, con su tacto, su aroma y su voz. Grite su nombre tantas veces que sentí que se grababa a fuego en mi garganta. Mi cuerpo se fundió con él una vez que grito mi nombre. Lo sentí explotar en mi cuerpo, con la respiración forzada, sonriendo. Nunca dejo de sonreír. Esa sonrisa que conocía tan bien y que tranquilizaba la fiera bestia dentro de mi cuerpo.

Exhaustos nos derrumbamos en la cama y empecé a reír.
-¿Tan mal…?
-¿Qué? Si no me rió de ti… sino de mí… - ataje. Me recargue en mi costado derecho y despeje su rostro, echando a un lado su cabello revuelto. –Sin duda es la mejor noche de mi vida – acaricie sus orejas.
Sin decir nada me beso una vez más al tiempo que me envolvía en sus brazos.
-Duerme… preciosa… - susurro y tarareaba una canción.
Que ya estando más dormida que despierta reconocí como “Te amo” del Camino hacia el Dorado. Cerré los ojos con fuerza.

((Click aqui para ver el video))

-¿Luns? – Chuck rozo mi mano devolviéndome al presente. -¿Pasa algo? Tenías la mirada perdida…
-No, no pasa nada. Estoy bien – asegure con una sonrisa.
Le di un último trago a mi jugo de naranja.
-Lu… yo…
-Chuck, no tienes que decir nada. Es decir… Bueno, ¿que ibas a decir?
Él me miraba divertido. Sabia que interrumpía las cosas cuando estaba nerviosa. Se removió el cabello.
-Nada. Solo iba a decir que me la pase de maravilla ayer por la noche y la cena… y el desayuno estuvo genial. Solo eso…
-Ah – baje la mirada.
¿Cómo debía comportarme? Conocía cada rincón de Chuck ahora. Y lo conocía ahora con mayor profundidad. La voz de Chuck que tanto me gustaba, profunda, ronca, sensual. La escuche en tantos matices que aun recordándola me enchinaba los vellos.
-Lu… ¿quieres que me vaya? ¿Quieres que olvidemos… lo que paso? Mira, si de alguna manera te sientes incomoda con esto. Siempre puedo darme una terapia de electroshock y borrar las ultimas 12 horas. En serio.
-No quiero que hagas eso Chuck. No quiero que te vayas. Solo… - lo mire. –Solo… lo que hiciste por mi fue muy lindo. En verdad que lo fue.
Hice una pausa. Chuck me observaba atento, en silencio. Esperando.
-Luna. Tienes miedo… Miedo… miedo de que lo que puedas sentir por tu mejor amigo. Luns, te conozco mejor que la palma de mi mano. Se que estas nerviosa y todo eso. Conozco ese tic que tienes. Cuando retuerces tus dedos y mueves los pies sin parar. Y te conozco tan bien, que se que me evitaras por un par de días. Alegando que tienes mucho trabajo, que no podrás salir los viernes conmigo porque saldrás con tus amigas… Conozco de memoria cada una de tus excusas. E inventaras unas nuevas.
¡Diablos! Me conocía tan bien.
-Será mejor que me vaya – soltó mi mano y se puso de pie. –Me la pase muy bien. En serio - Tomo su chaqueta.
-Chuck… - él tenía una mano en el picaporte de la puerta. Me miro.
-Dime…
Tome aire. Tratando de no ser una completa loca desesperada. Y que él no notara mi desesperación. Mordí mis labios.
-Solo tienes que decirlo.
-¿Decir qué? – pregunte. ¿Cómo es que sabía lo que haría?
Él sonrío ampliamente y regreso frente a mí.
-Por eso me encantas… - dijo antes de besarme.

Me estremecí. Lo abrace de la cadera. Disfrutando del dulce beso que me regalaba. Siempre me sentí protegida por él. Como si nada me fuese a pasar a su lado. Él había estado a mi lado, cuando Jensen se fue. Aun sin saber nada y sin exigirme una explicación de mi llanto, él estuvo ahí. Limpiando mis lágrimas y obligándome a sonreír. Su sinceridad siempre mataba la mía.

-Chuck… - musite contra sus labios.
-¿Ajá?
-Si sabes todo de mí… ¿Cómo podré sorprenderte?
-Lu, siempre lo haces. Siempre – aseguro tomando mi rostro con sus manos. –No se todo de ti. No se que pasa aquí, cuando las luces se apagan y vuelves del trabajo.
-Te aseguro que no es lo que hicimos ayer.
-Lo se. Casi llevo 10 años conociéndote, y siempre aprendo algo nuevo de ti. Como ayer… ese lunar en tu estomago no lo conocía.
-¡Chuck! –chille avergonzada.
-¿Qué? Te dije que no te conocía al 100 por ciento. Y es muy sexy como cierras los ojos cuando…
Chuck deslizo una mano suavemente dentro de mis shorts. Jadee.
-Es muy sexy cuando cierras tus ojos, justo… - No logre evitarlo. Cerré los ojos. –Si, así… O también cuando… - Chuck acaricio mi entrepierna sobre la tela de mis bragas de algodón. –Cuando muerdes… Si, así, tus labios.
-Chuck… - gemí.
Me cargo entre sus brazos hasta el diván. Me tumbo en el diván, y se coloco sobre mi cuerpo.
-Luna, adore cada una de tus muecas. Cada respiración, cada roce de tus manos sobre mi cuerpo. Soñé contigo cada noche después de conocerte. Algunas veces cosas más sucias que un simple roce de tus dedos sobre los míos. Al paso de los años, supe que eras algo más que mí mejor amiga. No eras la dulce Luna, eras la Luna decidida que entro a la preparatoria. La Luna fiera y salvaje. Me encanto cada una de tus facetas. La única que no me gusto nada… Fue cuando Jensen se fue. Lamento que su partida haya causado eso en ti. Era nuestro amigo y también me dolió.
-Chuck… Jen…
-Shh – atajo. -Ya paso. Se muy bien que…
-Chuck. Ahora estoy vuelta un lío.
-Lo se. Solo te doy a probar tus opciones – se inclino a besar mi cuello. –Y soy una de las mejores, nena.
Reí. Terminaría por volverme loca.
-Sin presiones, Lu – musito jalando el lóbulo de mi oreja entre sus dientes. –Dejare que disfrutes de mi cuerpo como una posesa…
-Que caritativo, Chucky.
-Lu… no juegues – advirtió.
-¿Qué? ¿Qué hice? – me hice la inocente y baje mis manos a sus nalgas.
Oh si, como deseaba hacerlo. Apreté su trasero un poco. Chuck jadeo por la sorpresa.
-Eres una perversa – sonrío.
-Recuerdo que me llamaste perra cuando hice… - deje su trasero y una de mis manos bajo a su entrepierna – esto.
Chuck dio un brinquito.
-Pero recuerdo que me apretaste como si mataras a un pato – entrecerró los ojos.
-Lo siento… Te compensare – bese su nariz. Mi mano acaricio despacio, sobre la tela del jeans.
Quería escuchar sus jadeos. Lo quería vuelto un loco para mí.
Metí la mano dentro de sus jeans.
-Ups. Olvide mis boxers – comento pícaro.
-Malo, malo – lo tome entre mis dedos.
Comencé tomando su extensión, frotando de la punta a la base. Sin despegar mis ojos de Chuck. Él cerró los ojos y oculto su rostro en mi cuello. Respirando jadeantemente.
Chuck gemía en mi cuello, mientras yo continúe frotando su dureza con delicadeza. Tomando suavemente la carne delicada de su sexo. Y aunque yo necesitaba probarlo me contuve y sacie mi sed de él, besándolo.
Cuando Chuck empezó a respirar más agitadamente supe que mis caricias pronto culminarían con un grito arrollador de su voz. Sentí la calida humedad de Chuck derramarse a través de mis dedos. Su corazón palpitaba velozmente.

Dejo caer su cuerpo sobre el mío. Una rodilla entre mis piernas sostenía su peso, sin dejarlo caer por completo sobre mí.
-Te digo que nunca dejaras de sorprenderme… - beso mi nariz.
-¡Lunática!
-Es Jack…
Chuck se bajo de mi cuerpo y acomodo sus jeans. Corrí al baño a lavar mis manos.
-¡Lunática! – Jack aporreo la puerta.
-Corre… Tu hermano esta por volverse loco – advirtió Chuck.
-Abre tú… Me daré un baño – cerré la puerta del baño.
-Tramposa.

No tarde en salir de la ducha y vestirme. Unos jeans y una blusa negra bastarían.
-¿Qué sucede? ¿Algo se quema? – pregunte al mirar a Jack en la sala, platicando con Chuck. Ya tenían dos cervezas en la mesa de centro.
-No, boba. Solo que ya tiene mucho que no te veo… Además, mis padres preguntaron por ti. No fuiste con nosotros a pescar hace dos semanas.
-Tenia trabajo, Jack – me senté en el brazo de sillón y bebí de la cerveza de Chuck.
-Chuck, ya le dije a la abejita trabajadora que deje a esa vieja bruja, pero ella se empeña en ir. Parece que le gusta que era víbora le grite – gruño. –Habrá algo más por lo que Luna no quiera salir de ese nido de ratas.
No podía creer como decía tantas cosas insultantes en una sola frase.
-Bueno, Jack, es el trabajo de sus sueños. No podemos culparla por eso…
-¡Si podemos! La muy desgraciada ya no sale conmigo ni con Lex los sábados por la noche… alegando que su jefa la necesita. Venga, Chuck, si sabes algo más de Luna, dímelo – pidió.
-Desgraciada – me burle, imitando su voz.
Chuck me miro y sonrío. Ya concia a mi hermano como era de exagerado.
-¡Claro! ¿Desde cuando no salimos todos? Digo, tus amigas, mis amigos, todos – alzo ambas cejas. –Estas muy ocupada con tus conquistas que te olvidas de tu hermano – ahora fingía tristeza.
-Ya va, tranquilo – deje el brazo del sofá y me senté a su lado para abrazarlo. –Pronto Jennifer cumplirá años, le haremos una fiesta en León. Lleva a tus amigos, y espero que estén guapos. ¿Ok?
-Me parece perfecto – Jack me devolvió el abrazo y beso mi cabeza. –Es fácil convencer a esta diablilla – comento mirando a Chuck.
Chuck rió.
-Me avisas que día es.
-Es para el 31 de octubre.
-Oh, saldrán las brujas – hizo gesto de terror.
-Solo tu, monstruo – le di un coscorrón.
-¿Chuck, como la soportas?
-La imagino desnuda – respondió Chuck con una sonrisa perversa.
-Ugh. No podría, es mi hermana. Vomitare… - Jack se puso de pie. Camino a la salida. –Los dejo. Y por favor, Lu, llámame de vez en vez. Estoy muy solo, necesito una chica… Chuck, hombre, ¿tienes alguna de tus conquistas libre? La ultima con la que estuviste, Dios, era preciosa.
-Lo siento, Jack, me dio una bofetada cuando olvide su nombre.
-Duh – lamento Jack. Creo que yo sobraba en esa charla. –Lastima… Tenía unos pech…
-¡¡Jackson!! – chille. –Demasiada información, te recuerdo que sigo aquí.
-Venga, Lu. Como si tu o tus amigas no hablaran así de nosotros. Te conozco…
Voltee los ojos.
-Como sea. Pasare por tu trabajo después, Chuck. Podremos charlar de chicas sin la presión de la bruja de mi hermana cerca. Te quiero, Lu.
-Adiós, Jack, también te quiero.
-Te espero entonces, Jack – dijo Chuck antes de que mi hermano saliera y azotara la puerta. –Bueno… yo también me voy.
Tomo su chaqueta.
-Ok.
Esto del día juntos se termino muy rápido. Todavía ni eran las 3 de la tarde. Y ya estaría sola de nuevo.
-Nos vemos después… - Chuck tenía una mano en el picaporte cuando dijo eso.
Yo lo miraba desde el sofá donde minutos antes estaba sentado. Asentí.
Él sonrío y salio. Era raro estar sola de nuevo. La nostalgia me daba con tubo.

Para olvidar la deliciosa mañana con Chuck, comencé a recoger los platos de la mesa. Los avente al fregadero molesta. Odiaba estar sola. Por eso pasaba todo el día en el trabajo. Donde Dorothea podía gritarme, donde podía platicar con Neal, con Harry. Y donde algunas veces veía a Tristan. Era delicioso verlo caminar por los pasillos en esos jeans que le ajustaban perfecto. Dios…
Quizá si me apuraba lo vería. Solía andar por Central Park los sábados en la tarde.
Apresure mi cambio de ropa. Cambie mis Chuck Taylor por unos botines de piel negra, una linda chaqueta negra y tome mi cabello en una coleta. Hoy saldría a cazar a Tristan. Si.

Tome un taxi a Central Park. Camine rápido hasta el lago. Con cierto nerviosismo. Anduve un par de minutos rodeando el lago, pero no había señal de Tristan. ¡Diablos! Se me había escapado. Rendida, de nuevo, me senté en una banquita. Caía la tarde.
¿Qué se supone que hace una en la tarde? Cuando todas las parejitas deambulan ante tus ojos, burlándose. ¡Argh! Odio a las felices parejas andar por la calle, tomadas de la mano, suspirando amor, y mirándose con ojos de borrego a medio morir.
-Agh – suspire con pesadez. Justo una pareja se estaba besando frente a mí. ¡Malditos!
-Luna…
Cuando gire hacia la voz…
-¡Evan!

3 comentarios:

Ada Parthenopaeus dijo...

que puedo decir Me encantaaaaaa me fascinaaa!!!!!!!!! Siiii Chuck vamos tu puedes..... lo siento pero e tdos quiero que ella se quede on Él..... oh siiiii me encantooooo moritaaaaaaaaaa no sabes como anhelos los viernes para poder leeer a estas niñas que se me hacen tan conocidas jajajajaja gracisa por tus lineas te amoo

Ale de Moesia dijo...

Oh por dios!! Chuky!! xD ay diso mio!!! si Luna no se queda con el aaaa le pego xD jajaja esq es ufff dios!!! La conoce..se conocen y se quieren ademas harian una pareja genial!!! a mi si me gustaria!!! Que capi mi dios lo ame mi Beu amore mio como todos los que salen de esa privilegiada mente!! te amoo siempre me emociono cuando me mencionas aw mi sensei siempre osea always (no las toallas xD) sere tu Cri-cri!!! **!! tienes que decirme que pasara!!! soy una adicta a Maldita delicia deliciosa!!!! xD Ah por cierto Lex en una fiesta??? ¬_¬ ha de haberse estado ligando a alguien xD jajaja io toda loca xP ia quiero que Amy las conozca.. ia sabes a sus vecinas xP Que pasara en la fiesta de Jen aaa dime!!! o te soborno de niu? xD

te amooo mi Beu!!
Suerte!
Besos!!
Xau!!

VioletaHerondale dijo...

Y sucedió que Chuck es un adonis viviente! lo amé lo amé y ve qué hora es mujer! no me importa quiero ver a Evan en acción! xD

Las chicas del Té de Lemmon

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